Si quieres ser rico, debes tener cuidado con estos 31 hábitos que te impiden progresar financieramente

28 de octubre de 2024

Si quieres ser rico, debes tener cuidado con estos 31 hábitos que te impiden progresar financieramente

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Los seres humanos somos en gran parte el resultado de nuestros hábitos. Dicen que nosotros no decidimos nuestro futuro, sino que decidimos nuestros hábitos y son nuestros hábitos los que definen nuestro futuro.

Si actualmente te sientes estancado desde el punto de vista financiero, puede que la causa de ello sean tus malos hábitos.

A continuación, te presentamos una lista de 31 hábitos que influyen negativamente en tu vida y te impiden progresar financieramente. Analízalos uno a uno para identificar cuáles de estos malos hábitos tienes y trabajes en ellos para mejorar tus finanzas.

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1. Gastar más de lo que ganas

Si todo el dinero que ganas lo usas para pagar deudas o para sostener un estilo de vida que está por fuera de tus posibilidades, jamás vas a poder progresar. Puede sonar obvio, pero este es probablemente el error financiero más común de todos.

Se trata de vivir para progresar, no para aparentar. La gran mayoría de las personas se acostumbran a gastar hasta el último centavo de sus ingresos y luego se endeudan con altas tasas de interés para adquirir objetos de gran valor, por eso pasan mes a mes llenos de frustración porque sienten que el dinero no les alcanza para nada. Y, cuando consiguen aumentar sus ingresos, comienzan inmediatamente a gastar más en ropa más cara, un televisor más grande, fiestas, etc.

La riqueza tiene que ver mucho con disciplina y con paciencia. Desarrolla el hábito del ahorro y aprende a postergar la gratificación. Si quieres mejorar tu estilo de vida, aumenta tus ingresos, no tus deudas. Y si te vas a endeudar, que sea para invertir, no para gastar. Tus lujos deben ser el resultado de tus inversiones, no de tus deudas.

Analiza tu situación financiera y procura mantener un estilo de vida acorde con tus ingresos, de esta forma te quedará cada mes un excedente de dinero que podrás ir acumulando para desarrollar tus planes financieros. Pero, si tu caso es que definitivamente tus ingresos son muy bajos, debes empezar por buscar la manera de generar ingresos adicionales. Más adelante hablaremos de ello.

2. No llevar un registro de gastos ni hacer presupuestos

Las personas sin educación financiera suelen creer que todos sus problemas se solucionarían si ganaran más dinero; sin embargo, esto no es correcto. Da igual cuánto ganes si no eres disciplinado con el manejo de tu dinero.

Un primer paso para iniciar tu camino hacia el éxito financiero es poner en orden tus finanzas. ¿Cómo quieres progresar si no sabes cuánto ganas, cuánto gastas y cómo se comporta tu dinero?

Toma una libreta, una hoja de cálculo o tu herramienta de finanzas favorita y comienza a listar tus gastos recurrentes. Te recomendamos organizarlos por categorías, así vas a tener una perspectiva más clara de cómo estás usando tu dinero.

Teniendo tus gastos definidos y estructurados, te será mucho más fácil identificar qué gastos puedes eliminar y qué gastos puedes optimizar.

Muchos de tus gastos recurrentes están ahí simplemente porque te acostumbraste a asumirlos, pero seguro que, si te detienes a analizarlos con detalle, verás que puedes prescindir de algunos de ellos.

Otro tip práctico para optimizar tus finanzas es vender o regalar lo que no necesitas. Lo que no necesitas te está robando tiempo, espacio y energía. Además, puede que esas cosas te estén generando gastos adicionales de almacenamiento y mantenimiento. Deshazte de todo aquello que no necesitas. Si lo vendes, incluso estarías ganando algo de dinero extra para invertir en tus planes de crecimiento financiero.

Luego de organizar tus finanzas y optimizar tus gastos, el siguiente paso para administrar efectivamente tu dinero es plantearte objetivos y establecer presupuestos.

En cuanto a objetivos, estos pueden estar relacionados con tus ingresos, tus gastos, planes de ahorro o inversiones. Por ejemplo, un objetivo puede ser: “Ahorrar mensualmente el 10% del total de tus ingresos”. Si te planteas objetivos de este tipo, tendrás mayor control sobre tus finanzas.

Con respecto a los presupuestos, estos son, sin duda, la mejor herramienta para administrar eficientemente nuestro dinero.

Los expertos recomiendan al menos establecer los siguientes presupuestos:

  • Presupuesto de gastos personales:En él incluyes tus gastos de vivienda, vestimenta, alimentación, servicios públicos, etc.

  • Presupuesto de gastos de trabajo:En él incluyes los gastos asociados a la ejecución de las actividades que te generan ingresos.

  • Presupuesto de gastos de entretenimiento y vacaciones:Destina una parte de tus ingresos a tu bienestar personal, a actividades sociales y a descansar adecuadamente.

  • Presupuesto de gastos imprevistos:Algunos lo llaman tener “un colchón de seguridad” y corresponde a destinar una parte de tus ingresos para afrontar gastos que puedan surgir de forma imprevista. Sin este presupuesto, te verías obligado a adquirir costosas deudas para afrontar las eventualidades que se te presenten.

  • Y Presupuesto de ahorro:Destina parte de tu dinero a ahorrar con el objetivo de poder considerar alternativas de inversión o para realizar compras grandes sin necesidad de tener que endeudarte.

Pero recuerda que no basta con establecer presupuestos, ¡Tienes que cumplirlos! Sé muy estricto. La disciplina es un componente fundamental del éxito financiero.

3. No ahorrar

El hábito del ahorro es un elemento fundamental para construir una vida financiera saludable y próspera, pues a través de él podemos tener un respaldo en caso de sufrir algún imprevisto y reunimos capital para aprovechar las oportunidades de inversión que se nos presenten. Además, el ahorro representa el compromiso que tenemos con nuestros objetivos y proyectos.

Se calcula que menos del 50% de las personas ahorran; unos porque no les alcanza el dinero, otros porque simplemente no es una prioridad y el resto porque, si a final de mes les queda dinero, prefieren darse algún gusto, pues sus frases preferidas son “para eso trabajo” y “nada nos llevaremos a la tumba”. Prefieren vivir el hoy y el ahora, sin preocuparse mucho por los desafíos del mañana.

La manera correcta de ahorrar es estableciendo desde el comienzo una cantidad mínima o porcentaje de nuestros ingresos que destinaremos con este fin, así nos aseguramos de tener mayor control sobre nuestro plan de ahorro. Esto es lo que los expertos llaman: “Páguese a usted primero”.

Generalmente, las personas ahorran lo que les queda luego de gastar, pero este método no es tan efectivo, especialmente si tenemos en cuenta que las personas que ahorran de esta forma suelen ser muy indisciplinadas y desorganizadas, por lo que terminarán ahorrando intermitentemente e incluso tomando dinero de sus ahorros ante cualquier situación.

También, es importante que tus planes de ahorro estén ligados a objetivos concretos, como viajar, estudiar o invertir, así te sentirás motivado a cumplir con tu cuota de ahorro mensual y estarás dispuesto a hacer los sacrificios que sean necesarios.

Puede que ahora te estés preguntando: ¿Cuál es el lugar ideal para guardar mi dinero y ahorrar? Efectivamente, ese lugar no es bajo tu colchón. Cuando se trata de ahorrar e invertir, hay que tener en cuenta la inflación, que es la pérdida de poder adquisitivo que sufre tu dinero como efecto de la subida general de los precios de los productos y servicios en el mercado. Es decir, que, aunque $1 dólar seguirá siendo $1 dólar en el futuro, realmente su poder adquisitivo hoy es mayor que en el futuro.

¿Cuál es la solución entonces? ¿Cómo podemos ahorrar sin que nuestro dinero pierda valor?

Aquí debemos aplicar una técnica que se conoce como Ahorro Activo, que consiste en utilizar productos financieros para que nuestro dinero esté generando rendimientos que superen la tasa de inflación durante el tiempo que lo tengamos guardado. Estos productos financieros pueden ser de bajo riesgo, como cuentas de ahorros y CDT’s; de riesgo medio, como fondos de inversión colectiva; o de riesgo alto, como inversión en acciones empresariales.

El objetivo del ahorro activo es que, una vez completes tu plan de ahorro, tu capital esté conformado por el dinero que ahorraste más los intereses que se generaron, así no solo consigues hacer frente a la inflación, sino que logras hacer crecer tu dinero de una forma inteligente.

Si quieres iniciar tu plan de ahorro utilizando esta técnica, aquí te dejamos un paso a paso para hacerlo:

  • Paso 1: Plantéate un objetivo financiero concreto: En primer lugar, debes plantear el “¿Cuánto?” y “¿Para qué?” quieres ahorrar. También, recuerda ponerle una fecha a ese objetivo. Si tienes completamente definidos estos aspectos, podrás ver el panorama con mayor claridad.

  • Paso 2: Define tu capital inicial:En segundo lugar, define la cantidad de dinero con la que puedes empezar. No importa que sea mucho o poco, lo importante es que comiences con una cantidad viable para ti. Los expertos recomiendan hacer tu ahorro en una moneda estable, como el dólar o el euro, para evitar sufrir fuertes devaluaciones en el tiempo.

  • Paso 3: Encuentra productos financieros:En tercer lugar, investiga diferentes productos financieros que te ofrezcan una rentabilidad atractiva y acorde con el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir. Puedes empezar con productos de bajo riesgo, así te vas familiarizando con el mundo de las inversiones y ya luego exploras oportunidades con mayor rentabilidad.

  • Paso 4: Establece una cantidad mensual:En cuarto lugar, comprométete a añadir mensualmente a tu capital una cantidad razonable con la que puedas cumplir. Aquí lo importante es desarrollar disciplina. Si en un mes determinado puedes aportar más de la cantidad que has establecido, ¡mucho mejor!, así lograrás más rápido los objetivos que te has planteado o acumularás una mayor cantidad de capital.

  • Paso 5: Haz seguimiento:Y, en quinto lugar, haz seguimiento al rendimiento de tu dinero, así te vas motivando, aprendes más de finanzas e identificas nuevas oportunidades de inversión.

Ahorrar no es tarea fácil, especialmente cuando hemos crecido influenciados por una cultura cortoplacista y consumista; no obstante, es cuestión de tener objetivos claros que nos motiven y ser muy disciplinados en el proceso.

Recuerda que: “Sin motivación, no hay sacrificio. Sin sacrificio, no hay ahorro. Sin ahorro, no hay inversión. Sin inversión, no habrá crecimiento."

4. No invertir

En la escuela nos enseñan que equivocarse está mal, por lo que poco a poco vamos desarrollando un miedo irracional a cometer errores. Crecemos y siempre buscamos “jugar a lo seguro”, evitando a toda costa pasar por la vergüenza de equivocarnos y ser motivo de burla para los demás. Sin embargo, por estar huyendo del error no nos damos cuenta de que también estamos huyéndole a la victoria, porque el fracaso no es lo opuesto al éxito, sino que el fracaso es parte del proceso para alcanzar el éxito.

Aquí es importante hablar de “La Zona de Confort”, un concepto que hace referencia a ese estado en que nos sentimos cómodos porque todo nos resulta conocido, entonces las posibilidades de cometer errores son mínimas.

La gran mayoría de las personas permanecen inmersas en zonas de confort llenas de situaciones que no disfrutan, pero que terminaron aceptando sencillamente porque se acostumbraron a ellas.

Siempre que intentes hacer algo que represente un riesgo o un gasto de energía para tu cerebro, escucharás una voz que te dirá cosas como: "Así estás bien, ¿Para qué arriesgarte?", "¿Y qué tal si no funciona?", "¡Cuánta gente queriendo tener tu empleo y tú quejándote!"... y muchas otras frases que te impiden renunciar a lo bueno para ir tras lo grandioso.

El mundo está lleno de personas que quieren recoger frutos de árboles que nunca han sembrado. Construir riqueza implica toda clase de riesgos y significa que debes estar dispuesto a desafiarte a ti mismo constantemente. Si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás obteniendo los mismos resultados que siempre has obtenido. Entonces, depende de ti si te quedas en la comodidad de lo conocido o te arriesgas a salir de tu zona de confort para ir tras objetivos mucho más grandes.

Desde el punto de vista financiero, el riesgo es el costo que debes pagar por la oportunidad. Cuanto mayor es el potencial de ganancia de un negocio o inversión, generalmente mayor es el riesgo que debe asumirse; pero, evita confundir el riesgo implícito de una oportunidad de negocio con el riesgo generado por tu falta de preparación; es decir, una cosa es entender que todo negocio o inversión representa un riesgo por factores operacionales, económicos, estratégicos o de mercado, y otra cosa muy distinta es creer que está bien asumir el riesgo de lanzarte de cabeza a emprender o invertir en una industria que desconoces totalmente. Esto es algo poco razonable y que, probablemente, te hará perder mucho tiempo y dinero. También, evita dejarte seducir por oportunidades de inversión que te prometan rendimientos fijos absurdos y “sin riesgo” en poco tiempo, pues este tipo de oportunidades no son más que estafas basadas en esquemas Ponzi, donde usan el dinero de unos para pagarles a otros mientras los creadores del sistema esperan su oportunidad para desaparecerse con todo el dinero que recaudaron. Lamentablemente, este tipo de estafas abundan y se aprovechan del desconocimiento de la gente para engañarlos con supuestas inversiones en sectores como las criptomonedas, Forex, comercio electrónico y Metaversos, entre otros, pero al final el dinero nunca se invierte realmente, sino que termina en cuentas bancarias en paraísos fiscales.

La forma más efectiva de iniciarte en el mundo de las inversiones es preparándote. Invertir sin prepararnos para hacerlo es como comprar un billete de lotería, porque al final dependemos simplemente del azar. Algunos libros básicos para introducirte en el mundo de las inversiones son: “El inversor inteligente”, de Benjamin Graham“Buffettología”, de Warren Buffett“Un paseo aleatorio por Wall Street”, de Burton Malkiel“Acciones ordinarias y beneficios extraordinarios”, de Philip Fisher“Lo más importante para invertir con sentido común”, de Howard Marks“El pequeño libro que genera riqueza”, de Pat Dorsey“Un paso por delante de Wall Street”, de Peter Lynch; y "El pequeño libro para invertir con sentido común", de John Bogle.

En la actualidad, tenemos a nuestra disposición toda clase de plataformas creadas por empresas fintech que han facilitado y democratizado el acceso a las inversiones en la bolsa de valores, en el mercado inmobiliario, en el sector agrícola y en muchas otras oportunidades que antes estaban limitadas a los grandes capitales. Por ejemplo, gracias a estas plataformas, puedes invertir desde montos muy pequeños, incluso desde $1 dólar, y ser dueño de porciones de acciones o de porciones de proyectos inmobiliarios o empresariales. Ejemplos de estas plataformas son Hapi, para invertir en la bolsa de valores de Estados Unidos; y Macondo, para invertir en proyectos inmobiliarios. Pero hay muchas otras opciones. Te recomendamos explorar estas plataformas y ver cuáles están disponibles en tu país. Recuerda revisar con detalle sus políticas antes de invertir y ser consciente de los riesgos asociados a los distintos tipos de inversión para que puedas tomar decisiones más fundamentadas.

No tengas miedo a invertir, ten miedo a tu falta de preparación, a tu pereza, a tu falta de ambición y a tu mentalidad cortoplacista, que son justamente esas cosas las que te están impidiendo progresar. En los mercados financieros hay una amplia gama de productos de inversión que manejan niveles de riesgo distintos, entonces anímate a investigarlos y seguro encontrarás el ideal para dar tus primeros pasos como inversionista. Comienza poco a poco y, a medida que vayas ganando confianza y experiencia, podrás arriesgarte con oportunidades de negocio mucho más atractivas. Si quieres que abordemos este tema a profundidad, déjanos un comentario y prepararemos una guía básica con todo lo que necesitas saber para empezar a invertir desde cero.

5. Comprar cosas que no necesitas

Uno de los hábitos financieros más perjudiciales, es hacer compras impulsivas. Las compras impulsivas son aquellas que realizamos sin una planificación previa, guiados por un deseo momentáneo más que por una necesidad real. Este comportamiento puede parecer inofensivo al principio, pero sus efectos acumulativos son devastadores para nuestra salud financiera.

Warren Buffett dice:

“Si compras cosas que no necesitas, pronto tendrás que vender las cosas que de verdad necesitas.”

Las ofertas atractivas, los descuentos temporales y las estrategias de marketing están diseñadas para estimular este tipo de compras. Sin embargo, ceder ante estos impulsos te lleva a acumular objetos innecesarios y a gastar dinero que podrías haber utilizado de manera más productiva. Además, las compras impulsivas a menudo resultan en costosas deudas que afectan tu capacidad de ahorro e inversión.

Para evitar caer en este hábito, es fundamental que elabores un plan de compras y te mantengas fiel a él. Antes de hacer cualquier adquisición, pregúntate si realmente necesitas ese producto o si estás comprándolo por impulso. Un buen consejo es esperar 24 horas antes de realizar una compra no planificada; este período te permitirá reflexionar y evaluar si esa compra es realmente necesaria.

Otra estrategia efectiva es llevar una lista cuando vayas de compras y adherirte estrictamente a ella. Esta simple práctica te ayudará a mantener el enfoque y evitará que te desvíes hacia artículos que no necesitas. Incluso, al planificar bien tus compras, podrás aprovechar mejor los descuentos adquiriendo con tiempo los productos que sí necesitas.

Ten en cuenta que cada centavo gastado en una compra impulsiva es un centavo menos que podrías haber ahorrado o invertido. La disciplina y la planificación son esenciales para construir una base financiera sólida y lograr tus objetivos a largo plazo. Mantén siempre en mente tus metas financieras y prioriza tus gastos en función de ellas.

6. Gastar en vicios

Gastar dinero en vicios no solo es malo para tu bolsillo, sino también para tu salud física y mental. Los vicios, tales como el consumo excesivo de alcohol, tabaco, apuestas y otros comportamientos adictivos, están drenando tus recursos financieros de forma significativa a la vez que deterioran tu salud.

El gasto en vicios es un problema porque, a menudo, no somos conscientes de cuánto dinero estamos destinando a ellos. Una botella de licor, una cajetilla de cigarrillos o una noche de apuestas pueden parecer gastos menores, pero sumados a lo largo del tiempo representan una cantidad considerable de dinero que podrías haber utilizado de forma más productiva y beneficiosa para tu futuro.

Para evitar que los vicios afecten tu situación financiera, es esencial que primero reconozcas y aceptes el impacto negativo que estos tienen en tu vida. Tomar conciencia de cuánto dinero estás perdiendo en vicios puede ser un gran incentivo para tomar medidas correctivas.

El siguiente paso es tomar decisiones conscientes para reducir o eliminar estos gastos. Busca alternativas saludables y económicas que puedan reemplazar tus vicios. Por ejemplo, en lugar de gastar en alcohol, podrías invertir en actividades recreativas que no solo sean más baratas, sino también más beneficiosas para tu salud, como hacer ejercicio o leer un buen libro. Si sientes que los vicios son muy fuertes, no dudes en consultar con expertos que te ayuden a enfrentarlos.

El dinero que gastas en vicios tiene un impacto inmediato en tu bolsillo y a largo plazo deteriora tu salud. Cada pequeño sacrificio que hagas hoy puede traducirse en una gran recompensa mañana. La clave está en tener la disciplina y la determinación para priorizar tu bienestar financiero, físico y mental por encima de los placeres temporales.

7. Acostumbrarte a endeudarte para solventar necesidades diarias

Las deudas no son buenas ni malas per se, sino que depende del uso que se haga de ellas.

Es curioso que las personas sin educación financiera suelen percibir a los bancos como organizaciones malvadas y usureras; mientras que las personas financieramente exitosas los ven como sus aliados. Esto se debe a que las personas exitosas utilizan lo que se conoce como “Deuda Buena” y las personas que no son muy exitosas recurren a la llamada “Deuda Mala”. Veamos como ejemplo el caso de Juan y Pedro

Juan quería un televisor más grande. Como su ingreso no le permitía comprarlo en un solo pago y no tenía ahorros, decidió pedir un crédito a 3 años con costosos intereses para poder adquirirlo. En este caso, se trata de una “Deuda Mala” porque el dinero fue utilizado para asumir un gasto, entonces Juan no solo va a pagar de más por su televisor, sino que, además, el producto que adquirió comenzará a devaluarse desde el mismo momento en que salga del almacén. Esta es una pésima decisión desde el punto de vista financiero.

Por otra parte, Pedro identificó una oportunidad de negocio. Hizo sus proyecciones y encontró que ese negocio podía generarle un ingreso mensual interesante, así que solicitó un crédito y con los ingresos del negocio fue pagando las cuotas. Al cabo de 5 años consiguió pagar por completo el crédito y su negocio seguía generándole importantes ingresos cada mes. En este caso, se trata de una “Deuda Buena” porque el dinero fue utilizado como apalancamiento para generar una rentabilidad mayor a largo plazo.

Lamentablemente, es más común que las personas se endeuden para asumir gastos que para invertir, por esto les resulta tan difícil progresar, pues se la pasan toda la vida trabajando para pagar intereses.

Las deudas no solo se quedan con tu dinero, sino también con tu energía. Cuando te la pasas todo el mes pensando en cómo vas a pagar lo que debes, terminas estresado y cansado, sin energía para invertir en el desarrollo de tus proyectos.

Si actualmente te encuentras endeudado y con problemas financieros, cuanto antes debes dejar de trabajar para los bancos. Diseña un plan de pagos, vende aquello que no necesitas y salda tus deudas para ahí si iniciar tu camino al crecimiento financiero. De lo contrario, permanecerás estancado y vivirás “abriendo un hueco para tapar otro”.

8. Prestar dinero que no te sobra

Nunca prestes dinero que no estés dispuesto a perder, porque lo más seguro es que no te paguen.

Es bastante común en nuestra cultura que se nos acerque algún amigo o familiar en un momento de necesidad para pedirnos prestado dinero. Lamentablemente, no siempre las personas son leales a sus promesas de pago y esto termina convirtiéndose en un conflicto entre las partes.

No está mal que quieras ayudar a alguien que aprecias en un momento en que lo necesita; sin embargo, debes tener cuidado con que esa ayuda no afecte tu estabilidad financiera. Si prestas dinero que no te sobra, luego la vas a pasar muy mal en caso de que la otra persona no pueda o no quiera pagarte en la fecha acordada.

Si quieres hacer el favor de prestarle dinero a alguien que aprecias, hazlo previendo que posiblemente no te va a pagar, entonces asegúrate de que no va a ser problema para ti si esa persona no te paga. Y solo préstales a aquellos que no te dolería si no pueden pagarte. Es mejor decir un NO a tiempo, que luego ganarte innecesariamente un problema mayor.

9. Asumir compromisos financieros de terceros

Este es otro muy mal hábito financiero relacionado con el punto anterior.

Muchas personas, por ayudar a algún amigo o familiar, cometen el grave error de asumir compromisos financieros de terceros que terminan generándoles incluso problemas ante la ley. Este es el caso de aquellos que prestan su nombre para gestionar un crédito para otra persona o los que aceptan ser fiadores en la gestión de un crédito. Desafortunadamente, si esa persona no quiere o no puede pagar el crédito, el que va a terminar respondiendo financiera y legalmente eres tú.

Aquí la recomendación es que definitivamente no aceptes compromisos financieros de terceros a menos que tengas dinero de sobra y no tengas problema si la persona a la que ayudaste no puede pagar. En caso contrario, puedes terminar embargado, con tu historial crediticio manchado y hasta enfrentando innecesarios problemas legales.

Las personas son muy amables cuando necesitan de ti y te prometerán que van a responder por hasta el último centavo que deben. No obstante, cuando vean que la responsabilidad ya no recae sobre ellos, sino sobre ti, comenzarán a tener otras prioridades y se olvidarán de su palabra, dejándote a ti en serios aprietos.

10. Creer que tus finanzas son asunto del gobierno o de tu patrón

Una de las más grandes barreras que bloquean tu progreso financiero, es creer que tus finanzas personales son responsabilidad del gobierno o de tu empleador. Adoptar esta mentalidad puede llevarte a una actitud pasiva respecto a tu situación financiera, esperando siempre que otros tomen las decisiones importantes por ti y que soluciones externas resuelvan tus problemas económicos.

Es cierto que el gobierno y los empleadores juegan un papel importante en la economía y pueden influir en aspectos como los salarios, impuestos y beneficios sociales. Sin embargo, esto no significa que debas delegar completamente el control de tus finanzas en ellos. Al final del día, eres tú quien debe asumir la responsabilidad de tu bienestar financiero y tomar las riendas de tu futuro económico.

Para evitar caer en este hábito, es crucial que adoptes una actitud proactiva hacia tus finanzas. Empieza por educarte sobre conceptos básicos de economía y finanzas personales. Hay numerosos recursos disponibles, desde libros y cursos en línea hasta asesorías financieras, que pueden ayudarte a entender mejor cómo gestionar tu dinero de manera efectiva. Aquí encuentras más de 20 cursos que te ayudarán a tomar control de tus finanzas.

Tu futuro financiero depende en gran medida de las decisiones que tomes hoy. No esperes a que el gobierno o tu empleador te proporcionen estabilidad financiera; trabaja activamente en crear tus propias oportunidades para el ahorro y la inversión. Mantén un control riguroso de tus ingresos y gastos, y planifica a largo plazo. Al asumir la responsabilidad de tus finanzas, estarás en una posición mucho mejor para alcanzar la estabilidad y prosperidad que deseas.

11. Acostumbrarte a comprar todo a cuotas con tarjeta de crédito

Las tarjetas de crédito son un arma de doble filo, pues, así como pueden sumergirte en serios problemas de dinero, también pueden generarte múltiples beneficios; todo depende del uso que les des.

Cuando tenemos una tarjeta de crédito en nuestras manos, es muy fácil caer en el error de gastar más de lo que podemos pagar. El problema es mayor cuando una persona tiene varias tarjetas de crédito y va desarrollando el hábito de comprarlo todo a cuotas sin ser consciente de los costosos intereses que está asumiendo.

Entre los malos usos de las tarjetas de crédito podemos mencionar:

  • Diferir las compras a amplias cuotas, pagando intereses excesivos y acrecentando el costo de los productos que adquirimos.

  • Retrasarse en los pagos de las cuotas, haciendo que se generen intereses adicionales sobre la deuda.

  • Pagar una cuota de manejo muy alta y cuyo costo se genere incluso si no se hace uso de la tarjeta.

  • Utilizarlas irresponsablemente sin tener cómo asumir el pago de las deudas que adquirimos.

  • Y desconocer las políticas, beneficios y costos asociados al uso de la tarjeta que poseemos, lo que nos lleva a desaprovechar oportunidades o a pagar de más por servicios que ya tenemos incluidos, como seguros y asistencia en caso de emergencias.

Por otra parte, cuando una persona es organizada y disciplinada con el manejo de sus tarjetas de crédito, mes a mes va a sacar provecho de todos los beneficios que éstas ofrecen.

Entre los buenos usos de las tarjetas de crédito podemos mencionar:

  • Obtener beneficios como cashback, descuentos especiales en comercios aliados, asistencia internacional, protección de compras y acceso a salas VIP en aeropuertos.

  • Acceder a una capacidad de crédito de hasta 45 días y sin pagar intereses, esto si realizas la compra un día después de la fecha de corte y la difieres a una sola cuota.

  • Te libera de cargar dinero en efectivo, además de permitirte realizar fácilmente compras por internet.

  • Ganas puntos o millas que eventualmente puedes redimir en descuentos para futuras compras o en viajes.

  • Y aumenta tu puntaje crediticio, lo cual es bueno para acceder a productos financieros con menores tasas de interés, mejores condiciones de pago y mayores beneficios.

Como puedes apreciar, las tarjetas de crédito pueden ser una gran ayuda o un gran problema. Si vas a utilizarlas, asegúrate de conocer a detalle todos sus términos y condiciones para que puedas usarlas de forma responsable y aprovechar al máximo todos sus beneficios.

12. Elegir a la pareja equivocada

Es muy importante que elijas sabiamente a tu pareja. Según varios autores, esta es una de las decisiones fundamentales para el éxito, prosperidad y felicidad de toda persona.

Si bien es cierto que las relaciones amorosas son muy complejas y no podemos controlar todo lo que sentimos, también es cierto que podemos tomar mayor consciencia acerca de los aspectos y situaciones que no estamos dispuestos a tolerar en una relación porque resultarían perjudiciales para nuestros objetivos personales y financieros.

La pareja equivocada te manipula emocionalmente, te hace sentir cansado mentalmente, menosprecia tus ambiciones, es perezosa, gasta de forma irresponsable, carece de motivación por mejorar, te impulsa a caer en vicios, no respeta tu tiempo y te hace dudar de tus propias capacidades. Este tipo de parejas no solo bloquean tu progreso, sino que te atrasan y te sumergen en una vida llena frustración y estrés.

Para evitar caer en relaciones que te atrasen, procura definir con precisión cuáles son esos aspectos y situaciones que no estás dispuesto a tolerar, es decir, define muy bien cuáles son las banderas rojas que te alertarán en caso de encaminarte hacia una relación tóxica. Y no dudes en huir en cuanto veas una señal de alerta, porque, cuanto más avance la relación, más difícil te resultará abandonarla.

Y, tan negativo como mantener una relación con una persona que bloquea tu progreso, es malgastar tu tiempo, energía y dinero manteniendo relaciones a escondidas con múltiples parejas. La infidelidad es sinónimo de problemas, atraso y pobreza. La persona que quiere progresar no malgasta sus recursos en relaciones sin sentido ni futuro. La infidelidad genera pobreza mental, espiritual y financiera.

Si quieres progresar financieramente, enfócate en una pareja que te complemente, te apoye, te motive y te ayude a mejorar cada día. Que más que una linda pareja, sean un gran equipo.

13. No hablar de finanzas con tu pareja

Desde el punto de vista financiero, la vida en pareja es un enorme reto. De hecho, son justamente los problemas financieros una de las principales causas por las que muchas parejas deciden terminar su relación.

Estos son algunos de los errores más comunes de las finanzas en pareja:

  • Dejar toda la responsabilidad económica a cargo de una sola persona.

  • Falta de comunicación entre ambos.

  • Tomar a escondidas decisiones que afecten el patrimonio común.

  • No tener un fondo de emergencias.

  • Subestimar las capacidades de la otra persona y menospreciar sus opiniones.

  • Ver el dinero como un “tabú”.

  • Y no lograr construir metas conjuntas que los inspiren a seguir adelante.

Las parejas que prosperan son aquellas que logran construir una visión de éxito compartida que involucra aspectos familiares, sociales, laborales y financieros. Es importante que puedas hablar con tu pareja de forma honesta y debatir con total confianza sobre aspectos como manejo del dinero, decisiones de inversión, división de gastos, responsabilidades financieras de cada uno, etc. Si estos temas no se debaten en su momento, más adelante serán el origen del múltiples problemas y discusiones.

14. Creer que nunca vas a envejecer

Generalmente, en nuestra juventud solemos actuar como si nunca fuéramos a envejecer. Esta mentalidad nos lleva a descuidar la planificación para el futuro, especialmente en lo que respecta al ahorro para la jubilación y la preparación para posibles gastos médicos a largo plazo.

La realidad es que todos vamos a envejecer, y con la edad vienen cambios en nuestra situación laboral, en nuestras necesidades de salud y en nuestros ingresos. No planificar para esta etapa de la vida puede resultar en una dependencia excesiva de las pensiones gubernamentales o de la ayuda de familiares, lo cual suele no ser suficiente para mantener un nivel de vida adecuado.

Para evitar caer en este error, debes comenzar a planificar para tu jubilación lo antes posible, especialmente si trabajas de forma independiente y tienes que hacerte cargo por cuenta propia de tu seguridad social.

También, es crucial que te eduques sobre las diferentes opciones de inversión y ahorro disponibles, y que diversifiques tus inversiones para minimizar riesgos y maximizar tus retornos a largo plazo. Construye un portafolio que te ofrezca estabilidad y crecimiento.

Ten en cuenta que la planificación para la jubilación no es algo que puedas posponer indefinidamente. Cuanto antes empieces, más tiempo tendrás para beneficiarte del interés compuesto y para ajustar tus planes según sea necesario. No caigas en la trampa de creer que siempre tendrás tiempo; actúa ahora para asegurar tu futuro financiero y disfrutar de una jubilación cómoda y segura.

15. No tener un fondo de emergencias

De la misma forma que creemos que nunca vamos a envejecer, también solemos creer que nunca vamos a tener imprevistos o emergencias.

Las emergencias pueden surgir en cualquier momento: una reparación inesperada del coche, una enfermedad repentina, ser víctimas de un robo, o incluso la pérdida del empleo. Sin un fondo de emergencias, nos veremos obligados a recurrir a préstamos, tarjetas de crédito, o hasta a tener que vender nuestras pertenencias, lo cual puede llevarnos a una espiral de deudas difíciles de manejar.

Un fondo de emergencias es un colchón financiero que te proporciona seguridad y tranquilidad. Debe estar compuesto por suficientes ahorros para cubrir entre tres a seis meses de tus gastos esenciales. Esto incluye rubros como alquiler o hipoteca, servicios básicos, alimentos, transporte y seguro médico. Tener este fondo te permitirá manejar situaciones imprevistas sin comprometer tu estabilidad financiera.

Para empezar a construir tu fondo de emergencias, comienza a ahorrar una pequeña cantidad cada mes. Incluso si solo puedes apartar una suma modesta al principio, lo importante es ser constante y disciplinado. Considera abrir una cuenta de ahorros separada específicamente para este propósito, de modo que no te veas tentado a utilizar esos fondos para gastos no esenciales. Aprovecha las cuentas de ahorro con rendimientos muy interesantes ofrecidas por neobancos o fiducuentas, de esta forma tu dinero irá ganando intereses mientras llega el momento en que necesites utilizarlo para hacer frente a alguna emergencia.

También es importante que revises y ajustes regularmente tu fondo de emergencias según cambien tus circunstancias. Si tu situación laboral se vuelve más precaria o tus gastos aumentan, asegúrate de que tu fondo sea suficiente para cubrir estos nuevos desafíos. Mantener este fondo actualizado es crucial para que siempre estés preparado para lo inesperado.

Recuerda que la vida está llena de incertidumbre y no tener un fondo de emergencias puede dejarte vulnerable ante cualquier contratiempo. Protegerte financieramente mediante la creación de este fondo no solo te dará paz mental, sino que además te permitirá manejar las crisis sin desviar tus recursos destinados a otros objetivos financieros a largo plazo.

16. No prestar atención a tus gastos hormiga

Los llamados “Gastos Hormiga” son peligrosos porque no se sienten y los consideramos irrelevantes, pero nos sacan periódicamente una cantidad pequeña de dinero que va sumando y al final del mes o del año se convierte en una cifra significativa. Un ejemplo de estos gastos es pagar de más por beneficios que no estás usando de tu plan móvil. Si consultas tus datos de consumo, podrás verificar que no estás consumiendo el total de beneficios que estás pagando, entonces vale la pena evaluar si te conviene cambiar a un plan de menor costo.

Estos pequeños gastos, aparentemente insignificantes, pueden comúnmente llevarse entre el 10% y el 20% del ingreso de una persona, pero hay casos en los que esta cifra aumenta hasta el 40%.

Benjamin Franklin decía:

“Cuida de los pequeños gastos, porque un pequeño agujero hunde un barco.”

La idea es identificar y controlar estos gastos para optimizar tu flujo de efectivo. El dinero que ahorres reduciendo tus gastos, puedes destinarlo a pago de deudas, ahorro o inversión, acercándote así, poco a poco, a la tan anhelada Libertad Financiera.

Veamos algunos de los gastos hormiga más comunes:

  • Tener suscripciones a varios servicios de streaming que casi no usamos.

  • Comer seguido por fuera de casa en restaurantes costosos.

  • Ir diariamente a cafeterías premium.

  • Vicios como el cigarrillo, la lotería, el juego, el licor, etc.

  • Transportarse en servicios premium o taxi todos los días.

  • Servicios costosos de telefonía móvil que no aprovechamos totalmente.

  • Intereses y cuotas de manejo de productos financieros.

  • Y suscripciones a revistas que ni siquiera leemos.

Probablemente te estés preguntando: Si no puedo disfrutar de mi dinero, ¿Entonces para qué trabajo? Claramente puedes darte tus gustos, pero siempre debes tener plena conciencia de cómo esos gastos están afectando tu economía. Recuerda que se trata de vivir para progresar, no para aparentar. Si eres organizado y disciplinado, seguramente llegarás a ese nivel de vida que quieres darte; mientras tanto, no puedes esperar ser rico gastando como si ya lo fueras.

17. Depender de una sola fuente de ingresos

Es común escuchar a nuestros padres decir frases como: “El dinero se gana con el sudor de la frente”. Si bien esta frase hace referencia a la importancia de esforzarse para ganar nuestro dinero honestamente, en ocasiones es mal interpretada llevándonos a pensar que únicamente se puede generar ingresos mediante el propio esfuerzo físico.

John Davison Rockefeller, una de las personas más ricas de la historia, decía:

“El que trabaja todo el día, no tiene tiempo para ganar dinero.”

Esta corta frase encierra uno de los más grandes secretos del éxito de los millonarios: ellos no trabajan por dinero, hacen que el dinero trabaje para ellos.

La lógica del empleo tradicional funciona bajo el fundamento de intercambiar tiempo por dinero; es decir, te pagan por ceder tu tiempo y tu capacidad productiva a alguien más.

Cuando una persona no es consciente de sus conocimientos, habilidades, talentos y capacidad productiva, prefiere vender su tiempo para que otra persona lo administre. El problema con ello es que el tiempo es vida, por lo que no hay manera precisa de cuantificarlo. Quien decide vender su tiempo, realmente está cambiando vida por dinero. Vender tu tiempo es el peor negocio que puedes hacer. Si no eres dueño de tu tiempo, tampoco eres dueño de tu vida. Son palabras fuertes, pero es la realidad.

En lugar de vender tu tiempo, inviértelo en construir productos y servicios que puedas comercializar para aportar valor a los demás y generar ingresos para ti. El tiempo no se vende, se invierte. Asegúrate de invertirlo sabiamente.

Según “El Cuadrante del Flujo del Dinero” de Robert Kiyosaki, existen cuatro formas en las que una persona puede generar ingresos:

  • Como Empleado:Consiste en ceder a un tercero la administración de nuestro tiempo y capacidad productiva a cambio de un ingreso fijo diario, semanal, quincenal o mensual que se pacta mediante un contrato.

  • Como Auto-Empleado:Consiste en administrar por cuenta propia nuestro tiempo y capacidad productiva para ofrecer servicios profesionales a terceros. Aunque en teoría un autoempleado tiene mayor libertad que un empleado, en la realidad muchas personas que trabajan por cuenta propia terminan lidiando con excesivas jornadas de trabajo que llegan a ser incluso más largas y desgastantes que las de un empleo formal.

  • Como Empresario:Consiste en la creación de sistemas de negocios capaces de funcionar de forma autónoma y estandarizada, sin depender del propio tiempo y esfuerzo de su fundador. En este caso, la persona es dueña totalmente de su tiempo y se encarga de gestionar de forma estratégica los recursos necesarios para conseguir que su sistema de negocio pueda operar armónicamente y expandirse de forma sostenible.

  • Y Como inversionista:Consiste en invertir nuestro dinero en activos financieros que nos permitan obtener una rentabilidad atractiva de acuerdo con el riesgo que estemos dispuestos a asumir. Los inversionistas suelen adquirir propiedades inmobiliarias, acciones de empresas, bonos estatales y otros tipos de productos financieros, aunque los más arriesgados son los que invierten en proyectos empresariales emergentes, cuyo riesgo es altísimo, pero su potencial de ganancia también lo es.

¿Qué reflexiones podemos extraer de “El Cuadrante del Flujo del Dinero”? Estas son algunas de ellas:

  • No hay nada de malo en ser empleado, pero sí en depender únicamente de un empleo.Si actualmente tu única fuente de ingresos es siendo empleado, trabaja en tu inteligencia financiera y en el desarrollo de tu mentalidad emprendedora para construir nuevas fuentes de ingresos.

  • Usa tu empleo como trampolín, no como sofá.Un empleo es una excelente manera de desarrollar habilidades y adquirir experiencia sin poner en riesgo nuestro propio capital, pero ten cuidado de dejarte seducir por la aparente seguridad de trabajar toda la vida dependiendo totalmente de un tercero, pues lo único seguro de un empleo es que algún día terminará.

  • El éxito financiero se logra cuando generas ingresos que no dependen de ti.Si todo el ingreso que generas depende de tu propio tiempo y esfuerzo, difícilmente vas a progresar. Invierte en recursos, activos y sistemas que trabajen para ti.

  • Convertirse en autoempleado es una forma interesante de salir del cuadrante de empleado y prepararse para convertirse en dueño de negocio, sin embargo, debes tener cuidado de caer en el error de ceder a terceros el control de tu tiempo y de tu autonomía al trabajar. Muchas personas que renuncian a un jefe para lanzarse como autoempleados terminan siendo subordinados de sus clientes, por lo que al final no tienen uno, sino varios jefes.

  • Si decides ejercer como autoempleado, sé muy responsable con tu seguridad social.Omitir el pago de tu seguridad social puede traerte serios problemas en caso de que enfermes, sufras un accidente laboral o ya no puedas seguir desempeñando tu trabajo. Dentro del precio de tus servicios debes considerar siempre un porcentaje para el pago de tu seguridad social.

  • Llegar a ser empresario o inversionista es un proceso que requiere preparación.Asegúrate de capacitarte en temas financieros, legales y estratégicos que te permitan administrar de forma efectiva tus negocios y tus inversiones. Para hacer crecer tu patrimonio, primero tienes que crecer tú como persona.

  • Y, finalmente, la clave es construir múltiples fuentes de ingresos.En esencia, lo importante es entender que depender de una única forma de generar ingresos es altamente riesgoso para nuestra estabilidad financiera. Las personas exitosas suelen tener en promedio entre 5 y 7 fuentes de ingresos que les permiten financiar su calidad de vida, lograr sus metas personales, dedicarse a sus pasiones y gozar de libertad financiera.

En este punto, tenemos que hablar de dos conceptos muy importantes: Trabajo Inteligente e Ingresos Pasivos.

Con respecto al Trabajo Inteligente debes entender que el trabajo duro por sí solo no garantiza el éxito. En tu camino a la riqueza no solo debes aprender a administrar tu dinero, sino también tu tiempo y energía. Deja de trabajar por horas y comienza a trabajar por objetivos. La productividad no se mide en horas, sino en resultados. Define objetivos claros que guíen tus acciones y te permitan avanzar en el desarrollo de tus planes personales, profesionales y financieros.

Si quieres multiplicar exponencialmente tus resultados, es fundamental que aprendas a priorizar y delegar. Identifica cuáles de tus actividades diarias son las que te generan mejores resultados y enfócate en ellas, así sentirás mayor satisfacción por tu trabajo y tu progreso será mucho más rápido. Todo lo que puedas delegar, ¡delégalo! Las personas exitosas no venden su tiempo para ganar más dinero, sino que invierten su dinero para ganar más tiempo.

“Prefiero ganar un 1% del esfuerzo de 100 personas, que el 100% de mi propio esfuerzo.” -Afirmaba Rockefeller.

También, aprovecha la tecnología. Usa herramientas que te ayuden a organizar, automatizar y optimizar procesos, así tendrás más tiempo y energía para seguir avanzando en tus planes. Hoy con la inteligencia artificial tienes a tu disposición toda clase de herramientas que te permitirán llevar tu productividad a niveles antes impensados.

Con respecto a los Ingresos Pasivos, estos hacen referencia a las fuentes de ingresos que no dependen de nuestro trabajo activo. Algunos ejemplos de Ingresos Pasivos que puedes crear son:

  • Recibir dividendos por ser dueño de acciones de empresas.

  • Obtener rendimientos por tu dinero a través de fondos de inversión.

  • Tener una casa, apartamento o local comercial en alquiler.

  • Crear un blog de nicho o canal de videos, optimizarlo, posicionarlo y generar ingresos por publicidad o con marketing de afiliados.

  • Cobrar derechos de autor o regalías por algún invento o creación artística.

  • Desarrollar una aplicación móvil o videojuego y monetizarlo mediante publicidad, cobrando por descargas o por venta de funcionalidades adicionales.

  • Vender ebooks, plantillas, software, cursos y otros tipos de infoproductos usando herramientas digitales.

  • Invertir en proyectos empresariales emergentes a través de plataformas de crowdfunding.

  • Obtener una rentabilidad prestando tu dinero a través de plataformas de crowdlending.

  • Y Ser dueño de un negocio que funcione de forma autónoma y estandarizada.

Como puedes apreciar, crear un ingreso pasivo requiere de una gran inversión de tiempo, esfuerzo y/o dinero al comienzo, pero, una vez esté listo, te permitirá incluso "ganar dinero mientras duermes".

Si quieres aprender más del tema, te recomendamos el libro “100 Ingresos Pasivos en Dólares”, en el cual encontrarás ideas rentables de ingresos pasivos que puedes comenzar a construir desde hoy mismo para que avances en tu camino hacia la libertad financiera.

Si trabajas de forma inteligente, construyes múltiples fuentes de ingresos e inviertes para crear ingresos pasivos, estarás mucho más cerca del éxito financiero. Un gran reto, ¿Verdad?

18. No invertir en ti

Tú eres tu mayor activo.

Warren Buffett dice:

“Invierta en usted mismo y verá los beneficios multiplicados por diez, sin que nadie pueda gravarlos o robarlos.”

Para salir de la pobreza, primero hay que salir de la ignorancia. La mejor inversión que puedes hacer es invertir en ti mismo. Si no inviertes en ti, es porque no confías en tus propias ideas y capacidades, que son la mayor fuente de riqueza que tienes a tu disposición.

Benjamin Franklin decía:

“Vacía tus bolsillos en tu mente, que tu mente llenará tus bolsillos.”

Los millonarios exitosos son voraces aprendices e inconformistas permanentes. Su ambición no tiene límites, por eso viven en proceso de crecimiento constante a nivel personal y profesional.

Lee, capacítate, relaciónate con personas orientadas al éxito y anda por la vida con mentalidad de aprendiz para que puedas desarrollar las habilidades y conocimientos necesarios para administrar de forma efectiva tus negocios y tus inversiones. Aprende sobre ventas, economía, negociación, tecnología y cualquier otro tema que te permita potenciar tu inteligencia financiera.

Pero invertir en ti no solo tiene que ver con educación y dinero, también está relacionado con tu bienestar. El dinero es importante, pero no lo consigas a costa de tu salud física y tu bienestar emocional. Haz ejercicio, descansa adecuadamente, aliméntate de forma saludable, viaja, diviértete, pasa tiempo con tu familia y comparte con tus amigos. Cuando tu corazón, tu mente y tu cuerpo están sanos, vas a tener más energía para lograr todos los objetivos que te propongas.

19. Pensamiento cortoplacista

El pensamiento cortoplacista se caracteriza por priorizar la gratificación inmediata sobre los beneficios futuros, lo cual puede llevarte a tomar decisiones financieras que parecen convenientes en el momento, pero que resultan perjudiciales a largo plazo.

Las personas con pensamiento cortoplacista quieren todo para ya, por eso piensan que un plan financiero a 5 o 10 años es mucho tiempo y prefieren endeudarse y pagar hasta el triple por algo que desean adquirir.

Además, este tipo de mentalidad puede llevarte desaprovechar grandes oportunidades de crecimiento financiero. A las personas de pensamiento cortoplacista les parece que obtener un 15 o 20% de rendimiento anual es muy poco. Paradójicamente, ese pensamiento las lleva a ser presa fácil de estafadores que prometen rendimientos mensuales absurdos. Como dice Warren Buffett:

“La gente prefiere hacerse pobre rápidamente, que rica lentamente.”

Las personas con pensamiento cortoplacista también se ven en problemas por no planificar con tiempo los gastos que deben asumir cada determinado tiempo, tales como pago de impuestos anuales o la adquisición de seguros obligatorios para sus vehículos. Cuando llega el momento de afrontar estos gastos, como no los han planificado, se ven en la necesidad de pedir prestado o incluso posponen el pago indefinidamente, arriesgándose a recibir sanciones financieras y hasta legales.

Para evitar caer en este mal hábito, debes adoptar una perspectiva a largo plazo sobre tus finanzas. Asegúrate de establecer metas financieras claras y a largo plazo. Tener objetivos concretos te ayudará a mantener el enfoque y te motivará a tomar decisiones financieras más inteligentes y estratégicas.

Aquí encuentras un video sobre los beneficios del interés compuesto y las ventajas de invertir a largo plazo. Estos conceptos pueden cambiar significativamente tu perspectiva acerca del dinero. Invertir en activos que crecen con el tiempo, como acciones, bonos o bienes raíces, puede proporcionarte una base financiera sólida y ayudar a asegurar tu bienestar a largo plazo.

20. Pasar demasiado tiempo frente al televisor

No está mal que de vez en cuando te sientes a ver tu programa favorito o una serie que te resulte interesante, pero pasar cada día horas y horas frente al televisor es un hábito que afecta tu salud, tu productividad y tus finanzas. La televisión, con sus infinitas opciones de entretenimiento, puede llevarte a gastar horas valiosas que podrías dedicar a actividades más productivas y beneficiosas.

El tiempo que pasas frente al televisor es tiempo que podrías estar utilizando para mejorar tus habilidades, buscar oportunidades de ingresos adicionales, educarte, compartir con tus seres queridos, hacer deporte o dar rienda suelta a tu creatividad. Además, la publicidad en la televisión puede influir en tus decisiones de compra, alentándote a gastar en productos y servicios que realmente no necesitas. Esta combinación de inactividad y consumo impulsivo tiene un impacto negativo significativo en tu bienestar financiero.

Para contrarrestar este hábito, es importante que seas consciente del tiempo que dedicas a ver televisión y que establezcas límites claros. Intenta sustituir parte de ese tiempo con actividades que te ayuden a progresar financieramente y mejorar tu bienestar. El exceso de televisión mata tu creatividad y te vuelve una persona perezosa.

Si te resulta difícil reducir el tiempo frente al televisor, considera eliminar las suscripciones a servicios de streaming que no utilizas con frecuencia o establecer horarios específicos para ver tus programas favoritos. Mantén un registro del tiempo que pasas frente a la pantalla y haz un esfuerzo consciente por utilizar ese tiempo de manera más productiva.

Ten en cuenta que el tiempo es uno de tus activos más valiosos. Utilizarlo sabiamente puede marcar una gran diferencia en tu camino hacia la estabilidad y el éxito financiero. Prioriza actividades que contribuyan a tu crecimiento personal y financiero, y reduce aquellas que no aportan valor a tu vida.

21. Rodearte de personas mediocres

Las personas que te rodean tienen un impacto enorme en los resultados que obtienes. Dicen que "Somos el promedio de las 5 personas con las que más compartimos nuestro tiempo"; entonces, si quieres ser exitoso, debes relacionarte con personas que contribuyan positivamente a esa visión de éxito. Rodéate de personas que te inspiren a crecer intelectual, emocional, espiritual y financieramente.

Las personas exitosas tienen una gran habilidad para construir y rentabilizar relaciones. Crea relaciones que te permitan desarrollar al máximo tu potencial.

Cuando te rodeas principalmente de personas negativas, ellas te transmiten sus miedos, su pereza y su falta de ambición, afectando considerablemente tus resultados financieros.

Por otra parte, las personas positivas te inspiran, te retan y te conectan con otras personas claves para el desarrollo de tus proyectos, ayudándote así a avanzar más rápido hacia el logro de tus objetivos.

Un punto importante para construir relaciones efectivas es tener una marca personal que transmita credibilidad y confianza. No puedes esperar que personas orientadas al éxito se animen a hacer negocios contigo si no sienten que pueden confiar en ti. Detalles como cumplir a tiempo con tus compromisos, ser una persona con valores firmes, dar lo mejor de ti al trabajar, asumir la responsabilidad por tus errores y respetar a los demás, te ayudarán a construir una reputación sólida que te abrirá puertas en el mundo de los negocios.

Recuerda: las personas que te rodean pueden impulsarte o bloquearte. No puedes pretender volar si te rodeas de personas que “te arrancan las plumas”. Crea relaciones acordes con la vida que quieres construir.

22. No contar con seguro médico y seguro de vida

Este error es muy común principalmente entre las personas jóvenes y entre quienes trabajan de forma independiente, pues suelen creer que los seguros son gastos innecesarios. Estos seguros son fundamentales para protegerte contra situaciones imprevistas que pueden afectar gravemente tu estabilidad económica.

El seguro médico es esencial para cubrir los costos de atención médica, que suelen ser exorbitantes en caso de enfermedades graves o accidentes. Sin un seguro médico, un problema de salud inesperado puede llevarte a endeudarte profundamente, afectando tu capacidad para ahorrar e invertir en el futuro. Además, contar con seguro médico te permite acceder a una atención de calidad, lo cual es determinante para mantener tu bienestar y productividad.

Por otro lado, el seguro de vida es vital para proteger a tus seres queridos en caso de tu fallecimiento. Este seguro proporciona un soporte financiero a tu familia, ayudándoles a cubrir gastos como el pago de la hipoteca, la educación de los hijos y otras necesidades básicas. Sin un seguro de vida, tus seres queridos podrían enfrentar dificultades financieras significativas en un momento ya de por sí difícil emocionalmente.

Es importante que investigues y adquieras las pólizas adecuadas según tus necesidades y las de tu familia. Al buscar un seguro médico, asegúrate de que cubra los servicios que más probablemente necesitarás y que se ajuste a tu presupuesto. Considera opciones como planes de salud privados, seguros a través de tu empleador o incluso programas gubernamentales si calificas. También, hoy en día hay empresas que ofrecen seguros específicos según cada profesión, entonces puedes obtener una cobertura prácticamente personalizada según tus necesidades.

En cuanto al seguro de vida, evalúa las diferentes opciones disponibles, como el seguro de vida a término o el seguro de vida permanente. Determina la cantidad de cobertura necesaria en función de tus responsabilidades financieras y el nivel de vida que deseas mantener para tu familia.

Recuerda que la inversión en seguros es una parte esencial de tu planificación financiera a largo plazo. Protegerte contra lo inesperado no solo te proporciona tranquilidad, sino que también asegura que tú y tu familia puedan mantener la estabilidad económica ante cualquier eventualidad.

23. Llevar hábitos de vida poco saludables

Una alimentación inadecuada, la falta de ejercicio, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, y la falta de sueño son factores que pueden desencadenar problemas de salud costosos y reducir tu capacidad para trabajar y generar ingresos.

Los gastos médicos derivados de enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardíacas o problemas respiratorios, suelen ser exorbitantes. Sin un estilo de vida saludable, es más probable que enfrentes estos problemas, lo cual puede llevarte a gastar una parte significativa de tus ingresos en tratamientos médicos, medicinas y consultas. Además, la incapacidad para trabajar debido a problemas de salud reduce tus ingresos y pone en riesgo tu estabilidad financiera.

Para evitar las consecuencias financieras de un estilo de vida poco saludable, es primordial que adoptes hábitos que promuevan tu bienestar. Empieza por llevar una dieta balanceada de acuerdo con las recomendaciones de tu nutricionista. Limita el consumo de alimentos procesados y azucarados, que contribuyen a problemas de salud a largo plazo.

Incorporar el ejercicio regular en tu rutina diaria también es crucial. No necesitas gastar mucho dinero en un gimnasio; actividades simples como caminar, correr, o practicar yoga en casa pueden ser muy efectivas. El ejercicio regular no solo mejora tu salud física, sino que también reduce el estrés y mejora tu salud mental, lo cual aumenta tu productividad y mejora tu capacidad para tomar decisiones financieras acertadas.

Además, recuerda evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco, que no solo dañan tu salud, sino que también representan un gasto significativo a lo largo del tiempo.

Finalmente, asegúrate de dormir lo suficiente cada noche. Un buen descanso es esencial para mantener tu salud y bienestar general. La falta de sueño afecta tu capacidad para concentrarte y ser productivo, lo cual genera un impacto negativo en tu desempeño laboral y en tus finanzas.

No olvides que tu salud es uno de tus activos más valiosos. Mantener hábitos de vida saludables no solo te ayudará a evitar gastos médicos elevados, sino que también te permitirá vivir una vida más plena y productiva, con mayores oportunidades para alcanzar tus metas financieras.

24. Acostumbrarte a procrastinar

La procrastinación es un hábito que sabotea gravemente tu progreso financiero. Posponer tareas importantes, especialmente las relacionadas con la gestión financiera, lleva a una acumulación de problemas que se vuelven más difíciles de resolver con el tiempo. Ya sea retrasando el pago de facturas, la elaboración de un presupuesto, o la planificación de tu futuro financiero, la procrastinación tiene consecuencias muy costosas.

Cuando procrastinas, a menudo terminas enfrentando cargos por pagos tardíos, intereses adicionales en deudas y una sensación constante de estar atrapado en un ciclo de estrés financiero. Además, la falta de acción te impide aprovechar oportunidades de ahorro e inversión que podrían mejorar tu situación económica a largo plazo.

Para superar la procrastinación, debes desarrollar estrategias que te ayuden a mantenerte enfocado y productivo. Comienza por desglosar tareas grandes en pasos más manejables. Por ejemplo, en lugar de sentirte abrumado por la idea de crear un presupuesto anual, empieza por hacer un seguimiento de tus gastos diarios y luego progresa a un análisis mensual y finalmente anual.

Establece plazos claros para cada tarea financiera y cúmplelos. Utiliza herramientas como calendarios, recordatorios y listas de tareas para mantenerte organizado y asegurarte de que nada importante se quede sin hacer. La clave es crear un sistema que te motive a actuar en lugar de posponer.

Otra estrategia efectiva es identificar las razones detrás de tu procrastinación. A veces, la falta de conocimiento o la percepción de que una tarea es demasiado complicada te lleva a evitarla. En estos casos, buscar información, tomar un curso o pedir ayuda a un asesor financiero puede darte la confianza y las habilidades necesarias para enfrentar esas tareas con seguridad.

Además, puedes recompensarte por completar tareas financieras importantes. Esto no solo te proporcionará una sensación de logro, sino que también reforzará el hábito de tomar acción en lugar de procrastinar.

En última instancia, la procrastinación se convierte en un gran obstáculo en tu camino hacia la estabilidad y el éxito financiero. Al tomar medidas proactivas y desarrollar hábitos de gestión del tiempo efectivos, podrás mantenerte en control de tus finanzas y avanzar constantemente hacia el logro de tus metas.

25 Dedicarte a quejarte sin tomar acción

Si bien es natural sentirse frustrado por dificultades económicas, pasar demasiado tiempo quejándote en lugar de buscar soluciones no solo es improductivo, sino que también refuerza una mentalidad de víctima que impide el progreso.

Yokoi Kenji dice:

“Si quieres dejar de ser pobre, deja de hacerte el pobrecito.”

La queja constante te lleva a una espiral negativa donde te sientes impotente y desmotivado para hacer cambios significativos. Este enfoque pasivo hace que pierdas oportunidades de mejorar tus finanzas, porque, en lugar de buscar formas de aumentar tus ingresos, reducir tus gastos o invertir sabiamente, te enfocas en los aspectos negativos de tu situación actual.

Para romper con este hábito, necesitas adoptar una mentalidad proactiva. En lugar de centrarte en los problemas, concéntrate en identificar soluciones y acciones concretas que puedas tomar para mejorar tu situación financiera.

Recuerda que la acción es la clave para el cambio. Quejarte puede proporcionarte un alivio temporal, pero solo tomando medidas concretas podrás hacer frente a tus desafíos financieros. Enfócate en lo que puedes controlar y da pasos pequeños pero constantes hacia tus metas financieras. Tú eliges si das excusas o resultados.

26. Gastar tu tiempo y energía en chismes, envidiando o alimentando pensamientos negativos

Este tipo de comportamiento no solo te aleja de tus objetivos, sino que también crea un ambiente tóxico que dificulta tu crecimiento y éxito financiero.

Cuando te concentras en los chismes y la envidia, estás desviando tu atención de las acciones productivas que podrían mejorar tu situación financiera. En lugar de invertir tiempo en aprender nuevas habilidades, buscar oportunidades de ingresos adicionales o planificar tu futuro, estás desperdiciando valiosos recursos emocionales y mentales en actividades que no aportan ningún valor real a tu vida.

Además, alimentar pensamientos negativos y compararte constantemente con los demás afecta tu autoestima y tu motivación. Esta mentalidad hace que te sientas insatisfecho con lo que tienes y te impide reconocer y aprovechar las oportunidades que se te presentan. La negatividad y la envidia te llevan a tomar decisiones impulsivas y poco racionales, como gastar dinero en cosas que no necesitas para impresionar a los demás o tratar de seguir el ritmo de vida de quienes aparentan tener más éxito.

Para romper con este hábito, debes cultivar una mentalidad positiva y proactiva. Empieza por rodearte de personas que te inspiren y te apoyen en tus metas. Evita a aquellos que constantemente critican o fomentan la negatividad.

Practica la gratitud diaria, enfocándote en las cosas positivas que tienes en tu vida y en tus logros, por pequeños que sean. Esto te ayudará a cambiar tu perspectiva y apreciar lo que tienes en lugar de envidiar lo que otros poseen. La gratitud también incrementa tu bienestar emocional y mental, lo cual es crucial para tomar decisiones financieras efectivas.

Dedica tiempo a actividades que te enriquezcan y te ayuden a crecer, así te sentirás mejor contigo mismo y no tendrás tiempo para chismes o envidia.

27. Falta de enfoque

El mundo está lleno de personas que van rápido a ninguna parte.

Cuando no tienes definido cuáles son tus objetivos y no te concentras en alcanzarlos, es fácil desviarte, perder el rumbo y hacer un uso ineficiente de tu tiempo y energía.

Sin un enfoque claro, es probable que te sientas abrumado, cansado y frustrado por la cantidad de opciones y tareas pendientes. Esto puede llevarte a la procrastinación, ya que no sabes por dónde empezar o qué es lo más importante. Además, la falta de enfoque hace que te distraigas fácilmente con actividades que no aportan valor a tu vida, como el consumo excesivo de redes sociales, televisión o entretenimiento sin sentido. La falta de enfoque también te lleva a decir “SI” a todo, lo cual es altamente perjudicial para tu productividad.

Para superar este hábito, es importante que definas claramente tus objetivos a corto, mediano y largo plazo. Escribe tus metas y asegúrate de que sean específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un plazo definido. Tener un propósito claro te ayudará a mantener el enfoque y a tomar decisiones que estén alineadas con tus objetivos.

Establecer prioridades es otra estrategia clave para mantener el enfoque. Identifica las tareas y actividades que tienen el mayor impacto en tu progreso y concéntrate en ellas. Puedes usar una herramienta como la “Matriz de Gestión del Tiempo” para organizar tus tareas según su nivel de importancia y urgencia.

Divide tus metas en pasos más pequeños y manejables, y trabaja en ellos de manera consistente. Esto te permitirá avanzar de manera organizada y mantener la motivación al ver el progreso que logras.

Además, es importante que crees un entorno que favorezca la concentración. Elimina distracciones y establece horarios específicos para trabajar en tus objetivos. Usa técnicas de gestión del tiempo, como la Pomodoro, para mantenerte enfocado durante periodos de tiempo determinados y tomar descansos regulares para recargar energías.

Cultivar hábitos de disciplina y autocontrol también es esencial para mantener el enfoque. Aprende a decir NO a actividades y compromisos que no contribuyan a tus metas, y mantén una rutina que te permita trabajar de manera constante y productiva.

28. Pereza

Dicen que “La pereza es la madre de todos los vicios”. Hay personas que andan por la vida dominados por la pereza y que a la vez mantienen quejándose porque las cosas no les salen como quisieran.

Este mal hábito de evitar el esfuerzo y la acción te lleva a desperdiciar tiempo valioso, perder oportunidades y postergar actividades cruciales para tu bienestar económico. La falta de iniciativa y la tendencia a evitar responsabilidades te mantiene estancado y dificulta tu progreso hacia tus metas.

La pereza se manifiesta de diversas formas, desde quedarte en la cama hasta tarde y procrastinar tareas importantes, hasta evitar el aprendizaje de nuevas habilidades. Esta actitud pasiva no solo afecta tu productividad, sino que también influye negativamente en tu autoestima y tu capacidad para tomar decisiones efectivas.

Para superar la pereza, es esencial que desarrolles una mentalidad proactiva y motivada. Comienza por identificar las razones detrás de tu falta de energía y motivación. A veces, la pereza puede estar relacionada con la falta de objetivos claros o la sensación de estar abrumado por la magnitud de las tareas pendientes.

Establecer una rutina diaria también es clave para combatir la pereza. Desarrolla hábitos que fomenten la productividad, como levantarte temprano, planificar tu día y establecer horarios específicos para trabajar en tus objetivos. La consistencia en tu rutina te ayudará a mantener el impulso y a evitar la tentación de posponer tareas.

Otra estrategia efectiva es encontrar fuentes de motivación que te inspiren a actuar. Rodéate de personas que tengan una actitud positiva y trabajadora, y busca mentores que puedan guiarte y motivarte a alcanzar tus metas. Además, recompensa tus esfuerzos y logros para mantenerte motivado y enfocado.

El ejercicio regular y una alimentación saludable también mejoran tu nivel de energía y te ayudan a combatir la pereza. Mantenerte físicamente activo y cuidar tu salud te proporcionará la vitalidad necesaria para enfrentar tus responsabilidades con entusiasmo y determinación.

La pereza es un hábito que puede superarse con esfuerzo y dedicación. Al tomar medidas concretas para mantenerte activo y motivado, podrás avanzar de manera efectiva hacia tus objetivos financieros y personales. La acción es la clave para el progreso, y cada paso que des te acercará más a una vida exitosa y satisfactoria.

29. Falta de ambición

El exitoso empresario Arturo Calle dice:

“Uno en la vida tiene que ser ambicioso, no por el sentido del dinero, sino por la satisfacción de hacer algo grande que le aporte a la sociedad."

La falta de ambición te lleva a mantenerte en la mediocridad y limita tu potencial para alcanzar el éxito personal y financiero. Sin el deseo de querer superarte constantemente, es fácil caer en un conformismo que te impide crecer y prosperar.

La ambición es el motor que te impulsa a fijar metas altas, a esforzarte por mejorar, a buscar oportunidades que te permitan progresar y a dar lo mejor de ti en cada cosa que hagas. Sin ambición, es probable que te contentes con lo mínimo, evitando riesgos y esfuerzos adicionales que podrían llevarte a una mejor posición económica. La falta de ambición te lleva a permanecer en trabajos mal remunerados, a no invertir en tu educación y a no buscar formas de aumentar tus ingresos.

Para cultivar la ambición, debes desarrollar una mentalidad de crecimiento y superación. Comienza por identificar tus verdaderos intereses y pasiones, y establece metas que te motiven a esforzarte más allá de tu zona de confort.

"No tengas miedo de renunciar a lo bueno para perseguir lo grandioso." -Afirmaba Rockefeller.

Pero cuidado, no confundas ambición con avaricia. Hay personas avarientas que solo buscan acumular dinero y posesiones materiales sin un propósito concreto, por lo que terminan con vidas vacías, aunque sus casas estén llenas de lujos.

La ambición no se trata solo de querer más dinero, sino de querer mejorar continuamente y alcanzar tu máximo potencial. Es el deseo de hacer una diferencia significativa en tu vida y en la de los demás. Al cultivar la ambición, no solo aumentarás tus posibilidades de éxito financiero, sino que también vivirás una vida más plena y satisfactoria.

Invierte en tu desarrollo personal y profesional. Asiste a cursos, talleres y seminarios que te proporcionen nuevas habilidades y conocimientos. Lee libros y artículos sobre desarrollo personal, finanzas y éxito, y aplícalos a tu vida diaria. Cuanto más aprendas y te desarrolles, más ambicioso te volverás y más oportunidades serás capaz de identificar y aprovechar.

30. Ser tacaño

Este punto puede resultarte confuso porque a lo largo del video hemos hablado mucho acerca de la importancia de ahorrar y reducir gastos; no obstante, ser tacaño es una forma de vida que bloquea tu progreso. De hecho, hay personas con mucho dinero, pero que llevan vidas pobres debido a su enfermiza obsesión por evitar gastar el dinero. Y no estamos hablando de que carezcan de posesiones materiales, sino de que su relación tóxica con el dinero les priva de vivir vidas realmente plenas y prósperas.

La tacañería implica una aversión excesiva a gastar dinero, incluso en situaciones donde el gasto es necesario o beneficioso. Este comportamiento te lleva a perder oportunidades importantes y a vivir una vida de privaciones innecesarias.

La tacañería afecta negativamente varias áreas de tu vida. Por ejemplo, puedes evitar invertir en tu educación o en oportunidades de negocio por miedo a gastar dinero, lo que limita tu potencial de crecimiento y tus ingresos futuros. Asimismo, ser tacaño afecta tus relaciones personales, pues la falta de generosidad suele ser percibida negativamente por amigos y familiares, creando tensiones y conflictos.

Es importante diferenciar entre ser tacaño y ser prudente con el dinero. La prudencia financiera implica gastar de manera consciente y priorizar inversiones que aporten valor a largo plazo, mientras que la tacañería es una actitud de retención excesiva y a menudo irracional del dinero.

Para superar este hábito, es fundamental que adoptes una mentalidad de abundancia y equilibrio. Aprende a valorar el dinero como una herramienta que puede mejorar tu calidad de vida y la de quienes te rodean. Invierte en experiencias y en bienes que realmente te aporten valor, y no tengas miedo de gastar en cosas que te ayuden a crecer y desarrollarte de forma integral.

En tus presupuestos asegúrate de destinar fondos a áreas importantes como educación, salud y bienestar. También practica la generosidad, pues compartir tus recursos no solo fortalece tus relaciones personales, sino que te abre puertas a nuevas oportunidades.

Ten en cuenta que el objetivo no es acumular dinero por miedo a gastarlo, sino usarlo de manera inteligente para construir una vida más próspera y satisfactoria. Al encontrar un equilibrio entre ahorrar y gastar, podrás disfrutar de los beneficios de tus esfuerzos financieros sin caer en la trampa de la tacañería.

En este punto también vale la pena mencionar el concepto de Robert Kiyosaki acerca de las personas tacañas.

El autor de “Padre Rico, Padre Pobre” afirma que el tacaño nunca será rico porque se enfoca en el precio de las cosas y no en su valor real. Estas son sus palabras al respecto:

“Sólo la gente tacaña compra por el precio. Sólo porque algo es barato, no significa que vale la pena el costo.”

Según el autor, es un gran error basar nuestras decisiones financieras enfocándonos únicamente en el precio de las cosas y no tener en cuenta su valor.

Warren Buffett define estos conceptos de la siguiente forma:

“Precio es lo que pagas. Valor es lo que recibes.”

Cuando una persona sin educación financiera va a adquirir un producto o a realizar una inversión, compara y decide con base al precio que le ofrecen. Su objetivo es simplemente gastar lo menos posible. Esto se debe a que no posee los conocimientos y herramientas para analizar el valor real o intrínseco de su potencial adquisición.

Por el contrario, la persona que posee educación financiera siempre procura comparar sus potenciales adquisiciones tomando como base el valor de las alternativas, no solamente su precio. En palabras de Charles Munger, asesor y socio de Warren Buffett:

“Es mucho mejor comprar un negocio maravilloso a un precio justo, que comprar un negocio justo a un precio maravilloso.”

Cuando hablamos de valor, se hace referencia a un concepto complejo en el que influyen diversas variables. Por ejemplo, en el mundo bursátil, el precio de una acción está definido por la interacción entre la oferta y la demanda; mientras que, para calcular su valor, se deben tener en cuenta elementos como activos de la empresa emisora, potencial de mercado, ventajas competitivas, capacidad de innovación, posicionamiento de marca, productos, capital humano, tecnología, posición estratégica y cualquier otro factor que pueda influir en el desarrollo del negocio que sustenta el precio de la acción en el mercado.

Los analistas utilizan diferentes modelos de valoración para determinar el valor real de un activo y después compararlo con el precio de mercado, así validan si el precio de mercado justifica su adquisición. Cuando el precio de mercado es mayor que el valor real, se dice que el producto o activo está sobrevalorado y no se justifica su adquisición. En caso contrario, cuando el precio de mercado es menor que el valor real, se dice que el producto o activo está infravalorado y representa una gran oportunidad de inversión, pues será solo cuestión de tiempo para que el precio de mercado se ajuste con base al valor real.

¿Cómo podemos aplicar este concepto a nuestras vidas?

Veamos un ejemplo para comprender con claridad la importancia de tomar decisiones financieras basadas en el valor de las cosas:

José y María son dos emprendedores. Cada uno decidió iniciar su propio restaurante, pero ambos lo hicieron de forma muy diferente.

José, que es una persona tacaña, construyó su negocio bajo la premisa de gastar lo menos posible. Al elegir el local, buscó el más barato, aunque su ubicación y condiciones no eran las ideales. Al momento de crear el logo, le pidió el favor a su sobrino, así se ahorró lo del diseño. Al contratar personal, buscó amigos y familiares que no le cobraran demasiado. En cuanto a publicidad, pensó que era un gasto innecesario, así que mejor se lo ahorró para que le quedara un mayor margen de utilidad.

María, por su parte, que es una persona con educación financiera, desde el inicio planeó y construyó su negocio enfocándose en aportar valor al mercado. Al elegir el local, buscó uno bien ubicado y en condiciones óptimas para ofrecer un gran servicio. Al momento de crear el logo, se asesoró con un profesional para que le ayudara a construir una imagen profesional y atractiva que conectara emocionalmente con sus clientes. Al contratar personal, se preocupó por encontrar personas capacitadas, talentosas y comprometidas para garantizar la calidad de los productos. En cuanto a publicidad, elaboró un plan publicitario integral para dar a conocer su negocio y posicionar su marca.

¿A quién de los dos crees que le fue mejor con su restaurante?

No hace falta decirlo, pero es obvio que María tiene mayores posibilidades de éxito que José. Si vas a emprender tomando decisiones financieras como lo hace una persona tacaña, todo lo que vas a conseguir es construir un negocio mediocre con resultados mediocres. Lo mismo aplica al momento de invertir en activos financieros o adquirir propiedades.

Siempre que vayas a realizar una compra o a invertir, asegúrate de analizar a fondo el valor real del producto o activo, solo así podrás determinar si el precio es justo y si se justifica su adquisición.

En resumen, ser tacaño te sumerge en una vida llena de limitaciones, incluso aunque tengas dinero; y te hace tomar malas decisiones por dejarte llevar por los precios bajos sin tener en cuenta el valor real de tus compras o inversiones. Ser tacaño te empobrece.

31. Tener una percepción negativa acerca del dinero

Finalmente, otro aspecto que bloquea tu progreso financiero es la forma en que percibes el dinero. No puedes esperar a hacerte rico si consideras el dinero como algo negativo.

Por lo general, aprendemos sobre finanzas de nuestros padres y profesores. Lamentablemente, ellos no siempre están preparados para abordar el tema. De hecho, en muchos casos, nos transmiten ideas erróneas o paradigmas peligrosos que terminan afectando negativamente la forma en que percibimos y manejamos el dinero. Por ejemplo, es muy probable que en algún momento hayas escuchado de ellos frases como: “El dinero es un mal necesario”; “Prefiero ser pobre, pero honrado”; “El dinero es la raíz de todos los males”; etc.

El problema con estos pensamientos es que terminan definiendo nuestra realidad y nos llevan a creer que el dinero es malo, alejándonos de la posibilidad de entenderlo y utilizarlo de forma efectiva para el logro de nuestros objetivos.

El dinero no es bueno ni malo, es solo una herramienta; depende de nosotros usarlo sabiamente para edificar a través de él.

Algunas personas afirman que “el dinero corrompe a las personas”, pero esto no es así. Una persona sin valores buscará hacer el mal con o sin dinero. De la misma forma, aquella persona que es bondadosa usará el dinero para amplificar sus acciones positivas. Por esto es importante que desde la escuela se nos enseñe a conocer y utilizar el dinero, porque así nuestros valores se mantendrán firmes sin importar la cantidad de dinero que esté en nuestras manos o frente a nuestros ojos.

También, hay quienes afirman que “el dinero no garantiza la felicidad”, y están en lo correcto. Muchas personas pasan toda su vida acumulando dinero y posesiones materiales pensando que esas cosas los harán más felices, pero al final terminan llevando vidas vacías y sin sentido.

El dinero es solo una herramienta, y muy importante para la sociedad actual, pero éste no va a llenar los vacíos que tengas en otras áreas de tu vida. Si quieres aprovechar al máximo el potencial del dinero, primero tienes que trabajar en ti. Los japoneses dicen: “SER antes que TENER”.

El dinero solo te será útil en la medida en que tengas objetivos claros en tu vida y poseas los conocimientos y habilidades para usar tu dinero en pro de lograr esos objetivos.

Para mejorar tu relación con el dinero, es importante que trabajes en tus creencias y actitudes hacia el dinero. Comienza por identificar las percepciones negativas que tienes y reflexiona sobre cómo se han formado. Luego, trata de reemplazar tus creencias limitantes por pensamientos positivos y realistas sobre el dinero. Desde una perspectiva positiva, el dinero es un medio para crear seguridad, oportunidades y bienestar tanto para ti como para los demás.

Además, la mejor manera de entender la riqueza es concibiéndola como el resultado del impacto que generas en la vida de los demás. Si recibes un ingreso por los productos y servicios que estás ofreciendo en el mercado, es porque tu trabajo está ayudando a otras personas a satisfacer sus necesidades y a lograr sus objetivos. Cuanto más dinero ganes, es porque más personas se están beneficiando de tu labor.

Educarte financieramente es otro paso crucial para transformar tu percepción del dinero. Aprende sobre gestión del dinero, inversión y creación de riqueza. Cuanto más sepas sobre cómo funciona el dinero, más confianza tendrás en tu capacidad para manejarlo de manera responsable, efectiva y positiva.

Conclusión

Como pudiste apreciar a lo largo de este video, el camino a la riqueza no es fácil ni rápido de recorrer. Construir riqueza implica que estés dispuesto a cambiar por completo tu forma de pensar y trabajar; implica mucho compromiso, esfuerzo, sacrificio y disciplina para dejar atrás malos hábitos; e implica que desafíes tus propios límites para que crezcas a nivel personal y profesional. La riqueza es un destino que muchos anhelan, pero cuyo camino pocos están dispuestos a recorrer. En palabras de Jim Rohn:

“La mayor recompensa de convertirse en millonario no es la cantidad de dinero que se obtiene, es el tipo de persona en la que uno debe convertirse para llegar a serlo.”

Toma hoy control de tus finanzas, trabaja en tu mentalidad, capacítate, plantéate objetivos, elabora presupuestos, mejora tus hábitos y haz planes financieros para dejar de esperar a que un golpe de suerte te cambie la vida. Tú decides si quieres ser el arquitecto de tu vida o una víctima del destino.

Bien, esperamos que hayas disfrutado y aprendido en este recorrido a través de los conceptos más importantes relacionados con educación financiera y riqueza. Recuerda dejar tus comentarios y aportes acerca del tema.

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