A la edad de 8 años, comenzó a estudiar cocina con el apoyo de su madre. Cada día, iba poniendo en práctica lo que aprendía para mejorar su técnica. Luego de semanas de aprendizaje y práctica, se decidió a iniciar su propio negocio casero de pasabocas. Hoy en día, su negocio se encuentra en crecimiento, genera 3 empleos, distribuye sus productos en 12 puntos de venta y ha llegado a vender hasta en España, Chile y Argentina… ¿Cómo lo logró?
¿Cómo un niño de 8 años creó una exitosa empresa de pasabocas que ahora genera empleo para 3 personas?
El protagonista de esta historia es Juan Pablo Carabali Scarpetta, más conocido como JP, quien nació el 2 de enero del 2012 en Santander de Quilichao, un municipio colombiano ubicado en el departamento del Cauca.
Su vida como emprendedor comenzó en el 2020, cuando apenas tenía 8 años de edad. JP le dijo a su madre, Yeni Paola Scarpetta, que quería estudiar cocina. Ella decidió apoyarlo y lo inscribió en un programa de formación llamado “Cocineritos”, ofrecido por una caja de compensación familiar de su departamento.
“Yo veía videos en Internet sobre cocina y veía a grandes empresarios y decía: ‘Algún día quiero ser como ellos’. Me inspiró ver el programa MasterChef, me motivaba a cocinar y aprender muchas cosas más.” –Contó JP en una entrevista con Janeth Camacho.
Después de las clases, JP y su madre practicaban en casa las recetas que el pequeño aprendía, y luego las daban a probar a sus familiares para que compartieran su opinión.
Un día, a JP le enseñaron a hacer pan y le encantó la clase. Ese día llegó entusiasmado a casa para poner en práctica la receta, pero no le salió como esperaba. En lugar de desmotivarse por lo sucedido, procedió a documentarse para ver en qué había fallado. Siguió practicando hasta que finalmente consiguió hornear un pan delicioso; pero no solo eso, sino que siguió explorando recetas de panadería y preparó unos panderitos que a su madre y demás familiares les fascinaron.
A medida que JP seguía practicando sus recetas, su madre decidió comenzar a grabarlo para documentar el proceso. Posteriormente, empezó a subir estos videos a las redes sociales y se convirtieron en un hit. El carisma de JP y su gran talento para la cocina hacían que las personas disfrutaran con cada nuevo video que publicaba.
Motivado por los comentarios y el apoyo de la gente, JP le dijo a su madre quería vender algo en la escuela, entonces ella le recomendó montar un stand afuera de la casa de su abuela y vender pasabocas como fresas con chocolate, granizados, papas aborrajadas, obleas y panderitos. A él le encantó la idea, así que inmediatamente pusieron manos a la obra.
De la idea a la acción: ¿Cómo iniciar un negocio?
El capital inicial fue $150 mil pesos colombianos, equivalentes a unos $38 dólares. Con ese dinero compraron algunas herramientas e ingredientes y realizaron las adecuaciones necesarias para poner en marcha el negocio. Así nació La Cocina de JP.
“Tenía un horno muy pequeño en el que solo cabían de a 20 panderitos y usábamos batidoras manuales. Así empezamos. Mientras yo estaba en el stand, mi mamá ofrecía por redes sociales los productos y se encargaba de entregar los domicilios.” –Explicó JP.
Desde el comienzo, JP tenía claro que quería construir una gran marca, así que no dudó en crear sus propias etiquetas para que sus productos se vieran más sofisticados y lograr posicionarse en la mente de sus clientes.
Pero las cosas no fueron fáciles al inicio. En varias ocasiones, a JP se le quemaron sus productos durante la preparación, esto debido a que es diferente cocinar como hobbie a hacerlo como negocio. También, las batidoras manuales que usaba solían dañarse por la cantidad de productos que preparaba. Pese a ello, nunca pensó en renunciar, sino que aprovechaba estos reveses para mejorar sus recetas, técnicas y herramientas.
Además, cuenta el emprendedor que le costó mucho entender que las ventas bajaban por temporadas, pues él siempre quería estar vendiendo; entonces, su madre fue quien se encargó de explicarle por qué sucedía esto y qué estrategias debía utilizar para que su negocio sobreviviera a los tiempos de ventas bajas.
Poco a poco, sus productos comenzaron a ganar popularidad. Sus principales clientes eran familiares y amigos, que no dudaban en apoyar los sueños del pequeño. Sin embargo, el despegue de su negocio se daría gracias a un afortunado suceso.
Crecimiento y expansión del negocio
Un sábado en la tarde, Yeni Paola, madre de JP, fue a entregar un domicilio de panderitos a casa de una amiga. Justo ese día, se encontraba de visita en esa casa el exitoso empresario Alexis Castillo, quien tuvo la oportunidad de probar los productos de JP y le encantaron.
“Esos panderitos llegaron a la casa indicada, a la mesa indicada y a la hora indicada, porque se sentó un gran empresario, vio mi producto, le gustó la presentación, le gustó mi marca y la etiqueta. Vio mis redes sociales y le gustó mucho yo cómo hablaba.” –Relató JP.
Fascinado con la empresa de JP, el empresario lo contactó a través de su madre y le propuso hacer una entrevista contando su historia. JP aceptó y la entrevista fue un éxito en redes sociales.
Gracias a la entrevista, miles de personas en Santander de Quilichao conocieron la empresa de JP y sus ventas comenzaron a aumentar sin parar. El sueño de este joven emprendedor se hacía cada vez más grande.
Conforme el negocio crecía, Yeni Paola le iba compartiendo a JP valiosas lecciones acerca de cómo administrar el negocio y cómo manejar el dinero. Parte de los ingresos que generaban, los reinvertían en mejorar el stand y en crear nuevos productos, como panderitos con sabor a coco y chocolate, que han sido una sensación entre sus clientes.
El siguiente paso en el proceso de emprendimiento de JP fue buscar nuevos canales de distribución. Él y su madre procedieron a negociar con distintos locales comerciales para que les permitieran vender sus panderitos. Varios locales aceptaron y esto les permitió impulsar aún más las ventas del negocio; no obstante, el crecimiento de las ventas generó un nuevo reto, y es que las batidoras y el horno que utilizaban eran demasiado pequeños, entonces su capacidad de producción era bastante limitada. Afortunadamente, la alcaldía municipal de Santander de Quilichao decidió apoyar a JP obsequiándole una batidora industrial, y su padre, Fredy carabalí, le obsequió el horno industrial. Con estos nuevos equipos pudieron ampliar la capacidad de producción, reducir costos y optimizar los tiempos de preparación.
Ante el crecimiento del negocio, la Cámara de Comercio del Cauca envió una invitación a JP y Yeni Paola para que matricularan su empresa. El emprendedor vio esta invitación como una oportunidad, así que asumió el reto y, con ayuda de su madre, organizó toda la documentación necesaria para realizar el registro mercantil de La Cocina de JP.
Ya como empresarios formales, han podido acceder a capacitaciones sobre diversos temas empresariales y a ferias de negocios en las que han podido dar a conocer sus productos y se han relacionado con otros empresarios y asociaciones importantes encargadas de impulsar el desarrollo empresarial en su región. También, consiguieron acceder a capital semilla que utilizaron para invertir en la compra de implementos para el crecimiento de su empresa, como mesas e implementos de panadería.
De la casa de la abuela, el negocio se ha trasladado a la casa de la madre de JP. Allí fueron instalando de a poco las máquinas y equipos, pero el crecimiento fue tan rápido que ahora están contemplando construir el segundo piso para dejar el primero solo para la empresa. De momento se encuentran ahorrando para lograr ese objetivo.
Identificando nuevas oportunidades de negocio
Eventualmente, JP identificó la oportunidad de abrir una nueva línea de negocios ofreciendo refrigerios a diversas entidades. Entre sus clientes se encuentra un hogar infantil administrado por la Caja de Compensación del Cauca.
En las mañanas, La Cocina de JP se encarga de preparar y distribuir los refrigerios, y en las tardes se transforma en una empresa de pasabocas. Hasta el momento, 3 personas se encargan del funcionamiento de la empresa en sus dos líneas de negocio, aunque en temporadas contratan a 2 personas más que se encargan de apoyar la producción de los panderitos. Cabe resaltar que Yeni Paola tuvo que renunciar a su empleo debido al crecimiento del negocio y ahora se dedica de tiempo completo a trabajar con JP. Lo que inició como un proyecto de emprendimiento de un niño de 8 años, se convirtió en una empresa familiar con grandes planes a futuro.
Los famosos panderitos de JP se ofrecen en varias presentaciones, desde bolsas personales hasta empaques familiares y empaques personalizados para ocasiones especiales.
“Al principio, los panderitos no quedaban bien horneados porque los hacíamos muy grandes, pero comenzamos a recibir asesoría y empezamos a hacerlos más pequeños para que fuesen más fáciles de digerir para nuestros clientes. Entonces, ahí ya íbamos mejorando nuestra receta, hasta que hicimos la receta perfecta.” –Explicó JP.
En cuanto a estrategias de marketing, JP afirma que lo que mejor le ha funcionado es el marketing de contenidos a través de redes sociales. Constantemente publica videos mostrando sus productos, explicando cómo es el proceso de producción en su empresa y manteniendo actualizados a sus clientes con respecto a los nuevos puntos de venta que va abriendo. Además, le ha ayudado mucho compartir su historia a través de entrevistas que se han viralizado, pues esto le ha permitido concretar ventas desde otras ciudades y países. Ya La Cocina de JP ha conseguido vender a clientes en ciudades de Colombia como Cali y Bogotá, y en otros países como España, Chile y Argentina.
Actualmente, La Cocina de JP produce más de 20 libras semanales de panderitos y cuenta con 12 puntos de venta a nivel municipal (entre ellos droguerías, depósitos y dulcerías). El siguiente objetivo de la empresa es conseguir vender a través de grandes supermercados para que sus productos estén disponibles por todo el país.
Con respecto a JP, ahora tiene 12 años y sigue administrando su empresa con la misma pasión y convicción que desde el primer día. El emprendedor se encuentra aprendiendo contabilidad porque es consciente de la importancia de este tema para su negocio. En sus ratos libres, practica futbol, boxeo y crossfit, y hasta dicta charlas de emprendimiento para inspirar a otros niños y jóvenes emprendedores. Es un niño muy inteligente, organizado, curioso, persistente y creativo, esto le ha permitido administrar su tiempo de manera efectiva para cumplir con sus responsabilidades tanto en la escuela como en su empresa. Su gran sueño es que La Cocina de JP siga creciendo y llegue a ser conocida en muchos lugares.
“Me siento muy contento porque sé que algún día mi empresa va a crecer. Quiero que mi logo sea reconocido en todo el país, y, ¿Por qué no?, Internacionalmente. Quiero más adelante tener una empresa muy grande para darle trabajo a muchas personas.” –Afirma JP con total convicción.
Lecciones de emprendimiento que podemos aprender de La Cocina de JP
¿Qué lecciones podemos aprender de este caso de emprendimiento? A continuación, te compartimos algunas de ellas:
- Sigue tus pasiones: JP tuvo la fortuna de descubrir su pasión por la cocina desde temprana edad y no dudó ni un segundo en hacer caso a su corazón, por eso buscó la forma de comenzar a prepararse y se esforzó por practicar con mucha constancia hasta que pudo hacer realidad su sueño de emprender un negocio de comida.
- Aprende a administrar tu negocio: Desde el inicio, JP se ha esmerado por aprender acerca de finanzas y gestión para poder administrar con éxito su negocio. Él es consciente de que, para hacer crecer su negocio, debe ser muy eficiente y disciplinado en el manejo del dinero, por ello, junto con su madre, ha establecido estrictos parámetros que le permitan afrontar gastos, ahorrar y reinvertir.
- Construye una marca sólida: JP no quería que su negocio fuera uno más, él siempre ha querido destacar y posicionarse en el mercado con una marca auténtica y atractiva. Construir una marca sólida le ha abierto puertas y le ha ayudado a hacerse un nombre entre los empresarios de su región.
- Busca aliados para crecer: Los aliados han sido muy importantes para el crecimiento de La Cocina de JP, permitiéndole llegar a más clientes de forma efectiva. Contar con una gran red de puntos de venta es sin duda una ventaja enorme.
- Reinvierte para mejorar tu negocio: Si bien JP empezó su negocio con poco capital y aprovechando cada recurso que tenía a la mano, él no se quedó ahí. A medida que su negocio ha ido creciendo, él ha reinvertido para ampliar su capacidad de producción y ahora hasta sueña con expandirse a nivel nacional e internacional. Recuérdalo siempre: sin inversión, no habrá crecimiento.
- Sueña en grande: JP es un soñador. Su sueño de ser un gran empresario gastronómico lo ha guiado y le ha permitido luchar con determinación para superar cualquier obstáculo en su camino. Cada vez que logra un objetivo, se plantea objetivos más grandes y confía plenamente en sus capacidades para lograrlos.
- Apoya el talento de tus hijos: Finalmente, una mención especial merece todo el apoyo que Yeni Paola le ha brindado a su hijo. Ella se ha convertido en su socia y lo ha ayudado a construir las bases de su negocio. Yeni Paola siempre creyó en JP y en sus talentos, por eso le permitió explorar sus pasiones y dar rienda suelta a toda su creatividad, dos elementos que fueron la base para el inicio de ese emprendimiento que ya se ha convertido en una empresa familiar.
Así concluimos la inspiradora historia de Juan Pablo Carabali Scarpetta, un joven emprendedor apasionado por la cocina que se atrevió a creer en sus ideas y encontró en sus padres el apoyo que necesitaba para materializar su sueño de iniciar un negocio, convirtiéndose en un referente para emprendedores de todo el mundo. En sus propias palabras:
“Lo más satisfactorio de emprender es mirar atrás y ver mi crecimiento, ver los videos que hacía antes comparados con los que hago ahora. Me llena de satisfacción producir, vender, ahorrar y saber que mi empresa cada día crece más para que más personas disfruten mis productos. Me llena de satisfacción ser el ejemplo para muchos niños y jóvenes… A otras familias les aconsejo que apoyen la creatividad y curiosidad de sus hijos emprendedores. Ayúdenlos a crear un entorno donde puedan expresar sus ideas, aprender de los errores y experimentar, tal como mi mamá lo hizo conmigo.”
Si quieres conocer más acerca de este carismático y apasionado empresario, te invitamos a seguirlo en las redes sociales de su negocio. Lo encuentras en Facebook, Instagram y TikTok como “La Cocina de JP”.
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