En el 2017, un joven apasionado por la actividad física y el deporte comenzó a soñar con algún día iniciar su propio gimnasio. Como el dinero no le alcanzaba para hacer realidad su sueño, decidió conseguir dos empleos simultáneos que le permitieran cubrir sus gastos personales y ahorrar poco a poco para ir adquiriendo las máquinas y equipos que necesitaba. Luego de meses de sacrificios y ahorro, finalmente pudo iniciar su anhelado gimnasio. Hoy en día, su gimnasio es un referente en su ciudad y cuenta con decenas de clientes fieles que reconocen la pasión y esfuerzo que el fundador le ha imprimido al negocio… ¿Cómo lo logró?
¿Cómo un joven emprendedor pudo iniciar un gimnasio con poco dinero?
El protagonista de esta historia es Andrés Pérez, quien nació el 28 de abril de 1993 en Florencia, una ciudad colombiana ubicada en el departamento de Caquetá.
Desde muy chico, Andrés desarrolló una gran pasión por la actividad física y el deporte. Al vivir en carne propia los beneficios del ejercicio y de los hábitos saludables, comenzó a plantearse la idea de crear su propio gimnasio; sin embargo, no contaba con el dinero suficiente para hacerlo.
“Todo comenzó hace aproximadamente 7 años como un sueño. Solo era eso: un sueño, porque no contaba con los recursos económicos para poder lograrlo. Siempre le decía a un amigo: ‘algún día tendré mi propio gimnasio… no sé cómo, pero lo lograré con la ayuda de Dios’.” -Dijo el joven en una entrevista.
Mientras reunía el dinero suficiente para poder poner en marcha su proyecto, Andrés consiguió trabajo dando clases personalizadas en un gimnasio. Esta experiencia lo ayudó a darse a conocer y le permitió adquirir valiosa experiencia acerca del funcionamiento de los gimnasios.
La estrategia para conseguir el dinero para iniciar su negocio
Un día, una chica a la que había asesorado en sus entrenamientos le escribió por la red social Facebook proponiéndole arrendarle uno de sus gimnasios. La idea era que Andrés pagara un arriendo mensual a la dueña y se encargaría de administrar el gimnasio obteniendo beneficios económicos por ello.
A Andrés le gustó la propuesta; no obstante, por motivos económicos tuvo que rechazarla.
Días más tarde, la chica volvió a escribirle, pero esta vez le propuso que trabajara en su gimnasio en la jornada de la mañana. Sin dudarlo, aceptó convencido de que esa era la oportunidad que necesitaba para poder lograr su sueño.
Su plan era usar su primer sueldo para gastos personales y su nuevo salario lo invertiría totalmente en ir adquiriendo máquinas y equipos para montar su propio gimnasio.
Lleno de determinación, mes a mes fue adquiriendo sus primeras máquinas. Para inicios del 2020 ya contaba con 4 máquinas. Su plan marchaba a la perfección; sin embargo, justo llegó la pandemia y los gimnasios tuvieron que cerrar indefinidamente, entonces se quedó sin empleo.
“Me quedé sin trabajo, pero no sin las ganas de salir adelante, entonces con mi mamá y un tío empezamos a hacer pesas de cemento y a venderlas por medio de las redes sociales a diferentes barrios y municipios del departamento de Caquetá. Además, ofrecía clases personalizadas virtuales desde casa. Llegué hasta a tener clientes de México y Estados Unidos.” -Relató el emprendedor.
Cuando finalmente el gobierno autorizó que los gimnasios abrieran de manera controlada, volvieron a escribirle de los gimnasios para que continuara trabajando con ellos. Él aceptó y continuó con su plan de inversión para seguir adquiriendo las máquinas de su futuro gimnasio.
Al cabo de unos meses, ya contaba con 6 máquinas, pero aún le faltaban los discos y mancuernas para poder ofrecer un servicio más completo.
De la idea a la acción: Los retos de iniciar un negocio
Deseoso de empezar cuanto antes su gimnasio, Andrés intentó acceder a un crédito bancario, pero se lo negaron por la falta de vida crediticia; entonces convenció a su hermana para solicitar a través de ella un préstamo por $10 millones de pesos colombianos, equivalentes a unos $2500 dólares. Con ese dinero, y otros $2 millones de pesos que consiguió con otro préstamo, pudo comprar discos, mancuernas y otra máquina más.
Ya tenía las máquinas y elementos básicos listos para empezar, pero ahora necesitaba encontrar un local y reunir el dinero para pagar el arriendo.
Luego de una búsqueda exhaustiva, encontró un local por $1.200.000 pesos colombianos, equivalentes a aproximadamente $300 dólares. Como ya no tenía más opciones para pedir prestado, optó por tomar parte de su salario de gastos personales y llegó a un acuerdo para separar el local. Así nació el gimnasio LETHALFIT.
Mientras su nuevo negocio despegaba, decidió mantener temporalmente uno de sus trabajos como entrenador, de esta forma obtenía un ingreso fijo que le servía de soporte para cubrir sus gastos personales.
Entusiasmado, Andrés anunció en redes sociales la apertura de su gimnasio.
Pese a que el piso era de cemento y no contaba con soportes para ubicar los discos y mancuernas, el día de la inauguración el lugar contó con gran asistencia.
Poco a poco, más clientes fueron llegando. Los usuarios percibían la gran pasión que Andrés le imprimía a su gimnasio, y esto los hacía sentir más comprometidos. Incluso, una cliente le regaló una computadora para que pudiera poner música y ambientar las rutinas de ejercicios.
“Para calentar, colocaba a la gente a trotar alrededor del gimnasio. Como me estaba yendo bien, empecé a reinvertir las ganancias para adquirir más máquinas, hasta que logré completar las primeras 10 máquinas.” -Explicó Andrés.
Un año más tarde, tomó la decisión de gestionar otro préstamo para comprar nuevas máquinas y mejorar la experiencia de sus clientes, pues es consciente de que de ello depende que sean fieles a su negocio. A día de hoy, su gimnasio ya cuenta con 25 máquinas, zona para hacer clase de cardio y zona de cafetería.
“Me apasiona ayudar a la gente, cambiar su estilo de vida y ayudarlos a mejorar su salud. Me gusta cambiar no sólo cuerpos, sino mentes. Mi gimnasio es pequeño, pero lleno de mucho amor y sueños. Mi propósito es seguir mejorándolo, seguir creciendo y, a futuro, ser una cadena nacional de gimnasios. No sé cuánto tiempo me tome, pero tal vez en algunos años lo lograré.” -Afirma Andrés de forma contundente.
En cuanto a dificultades, Andrés asegura que no es nada fácil empezar desde cero, porque los bancos te dan la espalda y es muy complicado conseguir los recursos iniciales. Además, agrega que en los negocios no todos los meses son buenos los ingresos, por ello se deben planificar muy bien las finanzas para poder cumplir con las obligaciones que se tienen como emprendedor.
Lecciones de emprendimiento que podemos aprender de este caso
¿Qué lecciones podemos aprender de este caso de emprendimiento? A continuación, te compartimos algunas de ellas:
- Define tus sueños, objetivos y metas: Pese a que no contaba con los recursos necesarios para empezar, Andrés siempre tuvo claro que algún día iba a tener su propio gimnasio. Ese sueño se convirtió en su guía y lo llevó a buscar alternativas hasta que pudo diseñar un plan que, con mucha paciencia, finalmente le permitió lograr su objetivo. Muchas personas se quejan porque se sienten estancadas y frustradas con lo que hacen, pero ni siquiera se han dado a la tarea de definir con precisión qué es lo que realmente quieren hacer. El que no sabe lo que quiere, se conforma con lo que le den.
- Aprovecha las oportunidades: Andrés nunca se bloqueó ante los obstáculos. Él supo aprovechar con ingenio cada oportunidad que se le presentó, llegando incluso a mantener dos empleos simultáneos y a valerse del apoyo de su hermana para acceder al capital que necesitaba. Su motivación era más grande que cualquier miedo, excusa u obstáculo.
- Reinvierte en tu negocio para crecer: Si bien Andrés empezó su negocio como pudo y aprovechando cada recurso que tenía a la mano, él no se quedó ahí. A medida que su negocio ha ido creciendo, él ha reinvertido para ofrecer una mejor experiencia a sus clientes y ahora hasta sueña con expandirse a otras ciudades. Recuérdalo siempre: sin inversión, no habrá crecimiento.
Así concluimos la apasionante historia de Andrés Pérez, un emprendedor que encontró en su pasión por la actividad física una oportunidad para lograr sus sueños y ayudar a otras personas a llevar una vida más saludable, y que estuvo dispuesto a ser paciente, constante y disciplinado para ahorrar hasta conseguir los recursos que necesitaba para hacer realidad su sueño de iniciar su propio gimnasio. En sus propias palabras:
“Lo que más me ha motivado, son las ganas de poder salir adelante, de poder brindarle un mejor futuro a mi madre, las ganas de ser útil para la sociedad y, qué mejor, que poder ayudar a los demás a mejorar su salud mental y física. No dejes de soñar. La vida es solo una como para no luchar por lo que queremos. La vida la tomo como un ejercicio de sentadilla: por más peso que cargue sobre los hombros, en uno está si se deja caer o agarra fuerzas para pararse y seguir. De eso se trata el juego llamado vida.”
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1 comentarios:
Excelente artículo, muchas gracias por compartirlo.
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