En la década de los años 2000, un actor estadounidense carismático y talentoso que había protagonizado una serie de exitosas películas, cayó en el olvido y vio su carrera truncada por diversos factores, entre ellos, la mala suerte, los abusos y el cansancio físico y mental. Sin embargo, en el momento más oscuro de su carrera, decidió enfocarse en reencontrarse consigo mismo, redefinir sus prioridades y recuperar el equilibro de su vida. Luego, una nueva gran oportunidad se le presentaría y conseguiría resurgir de las cenizas para protagonizar uno de los papeles más impactantes de su carrera, el cual le permitiría ganar el Premio Óscar a Mejor Actor y lo llenaría de elogios por parte del público y la crítica… ¿Cómo lo logró?
¿Cómo se convirtió Brendan Fraser en uno de los actores más exitosos y aclamados del mundo?
El protagonista de esta historia es Brendan James Fraser, quien nació el 3 de diciembre de 1968 en Indianápolis, Indiana, Estados Unidos.
Su padre trabajaba para el servicio exterior de la oficina de turismo de gobierno; por esto, durante su infancia, su familia se tuvo que mudar en varias ocasiones, lo que le llevó a desarrollar un gran sentido del humor.
Un día, durante unas vacaciones en Londres, Fraser fue a ver una obra de teatro del West End y le encantó. Este suceso le despertó un gran interés por la actuación, así que decidió estudiar teatro en el Cornish College Of The Art de Seattle.
Sus primeros pasos en el mundo de la actuación los daría en el teatro de Nueva York. Posteriormente, quiso estudiar en la Universidad Metodista del sur en Texas para perfeccionar sus habilidades, pero sus planes cambiaron y finalmente optó probar suerte en Hollywood.
En 1991, consiguió un pequeño papel en la película para televisión “Child of Darkness, Child of Light”. Luego, pudo lucirse un poco más en películas como “My old School” y “Guilty Until Proven Innocent”. Además, tuvo un papel como extra en la película “Dogfight”, protagonizada por River Phoenix, donde interpretó a un marinero involucrado en una pelea que termina sobre un pinball. Gracias a este papel, recibió $50 dólares y su carnet del sindicato de actores.
En 1992, obtuvo su primer papel importante en la película "Encino Man", donde interpretó a Link, un hombre de las cavernas descongelado en la época moderna. La película se estrenó logrando gran éxito en taquilla, aunque con la crítica especializada no le fue muy bien. Para su fortuna, su actuación cómica y física consiguió llamar la atención de la industria y lo catapultó como una estrella emergente en Hollywood.
Meses más tarde, protagonizó el drama “School Ties”, donde interpretó a David Greene, un estudiante judío en una institución con alumnos antisemitas. Aunque la película pasó desapercibida en taquilla, le permitió a Fraser compartir escena con Matt Damon, Ben Affleck y Chris O'Donnell, otros actores que se convertirían en grandes estrellas de Hollywood.
Durante los siguientes años, Brendan Fraser continuó alternando entre papeles humorísticos y serios. En 1994, protagonizó “AirHeads” junto a Adam Sandler y Steve Buscemi; y compartió pantalla con Joe Pesci en “With Honors”. En 1995, mostró su faceta tenebrosa y su histrionismo en “The Passion of Darkly Noon”.
Aunque el joven actor mostraba un amplio registro actoral, sobresalía principalmente con papeles entrañables, interpretando a personajes nobles de buen corazón que descubren el mundo y saben reírse de sí mismos. Esto se debe a que Fraser es justamente así en la vida real. En eventos y entrevistas, se podía ver su carisma, además de su carácter simpático y amistoso. Durante los rodajes, sus compañeros de trabajo mencionaban que el joven era muy amable y generoso.
El ascenso de Brendan Fraser en su carrera actoral
En 1997, llegaría su primer éxito con la película “Geoge of the jungle”, una adaptación a la pantalla grande de la serie animada del mismo nombre, donde Fraser interpretó al protagonista, que es una parodia de Tarzán. En este papel logró demostrar que los gags eran su especialidad, además de que este fue su primer papel como antihéroe romántico. Su coprotagonista, Leslie Mann, contó años después que se había enamorado del joven Fraser, lo que puso celoso a su novio de ese entonces. La película tuvo un presupuesto de $55 millones de dólares y recaudó $174 millones de dólares en taquilla, además de que fue un éxito en la crítica. Tras esta película, Fraser se catapultó a la fama y consiguió ganarse el cariño del público.
En 1998, participó en “Gods and Monsters”, cinta basada en el ocaso del director de cine James Whale, encarnado por Ian Mckellen. Fraser interpretó a su jardinero, con quien el cineasta forja una relación de confianza. La película fue un éxito en la crítica y ganó el Óscar a mejor guion adaptado. Esta fue una gran experiencia para el actor, quien demostró que podía también trabajar en películas trascendentales.
Ese mismo año, Universal Studios tenía un proyecto entre manos. Buscaban actualizar “La Momia”, una película de monstruos que estrenada en los años 30. Esta vez, en lugar de un film de terror, querían hacer un blockbuster de aventuras inspirado en “Indiana Jones”, y el protagonista se llamaría Rick O'connell, un explorador norteamericano que debe enfrentarse a Imhotep, la momia del título. Para el papel, se tuvieron en cuenta estrellas como Tom Cruise y Brad Pitt; sin embargo, el director de la cinta, Stephen Sommers, vio el increíble papel de Fraser en “Geoge of the jungle” y observó que tenía las condiciones exactas para el papel del protagonista, por su carisma y atlético cuerpo. Además, contratarlo era mucho más económico que las primeras opciones.
Cuando Fraser fue contactado para el papel, aceptó encantado, pues le permitirían tener total libertad creativa. El rodaje de “La Momia” fue bastante duro y exigente. En una ocasión, Fraser casi pierde la vida filmando la escena donde Rick es colgado ante una multitud, esto debido a un fallo en el arnés que lo sostenía. Perdió el conocimiento y por poco se ahoga. No obstante, este suceso no afectó la grata experiencia del actor durante el rodaje, que disfruto de las escenas de acción y de compartir pantalla con un gran elenco.
El 7 de mayo de 1999 se estrenó “La Momia”, convirtiéndose en uno de los más grandes éxitos taquilleros de ese año con una recaudación de más de $416 millones de dólares. La película fue bien recibida tanto por el público en general como por la crítica especializada. Por fin, Fraser, luego de casi una década, se había convertido en una estrella de Hollywood.
Pronto, el actor comenzó a recibir montones de proyectos y ofertas para nuevos papeles. Los fanáticos del cine lo aclamaban. Sin embargo, el actor supo mantener sus pies en el suelo y jamás se le subió la fama a la cabeza. Un gran apoyo fue su esposa, la actriz Afton Smith, con quien se casó en 1993 y tuvo 3 hijos.
A principios de los años 2000, Fraser estuvo muy activo. El éxito económico no estuvo de su lado, pero protagonizó varias películas icónicas de la época: interpretó varios papeles en la comedia “Bedazzled”, asumió el papel de un joven salido de un refugio nuclear en “Blast Form the past”, encarnó a un dibujante poseído por su creación en “Monkey Bone”, y repitió su papel como Rick O'connell en “La Momia Regresa”, que recaudó $435 millones de dólares en taquilla y fue el debut cinematográfico de Dwayne Johnson en el papel de El Rey Escorpión.
Pero Fraser no abandonó su faceta dramática. El actor acompañó a Michael Caine en la película “The Quiet American”. Luego, en el film “Looney Tunes: Back in action”, interpretó a un doble de sí mismo.
Sin importar que sus trabajos no le representaban una gran cantidad de dinero, debido a que no todas sus películas obtenían el éxito esperado, Fraser estaba en la cúspide de su carrera actoral; sin embargo, una serie de factores hicieron que todo se derrumbara.
El declive en la carrera de Brendan Fraser
El joven actor siempre quería hacer sus propias escenas de acción, pero un día su cuerpo dejó de responderle. Durante el rodaje de “La Momia 3, la tumba del emperador dragón”, debía llevar bolsas de hielo y protectores para ciclistas debajo de la ropa. Según contó Fraser, en cada jornada de grabación debía construir un nuevo exoesqueleto. Allí se dio cuenta de que se había convertido en una máquina de trabajar sin parar y que estaba descuidando su salud, entonces decidió acudir a médicos para que lo ayudaran. En una ocasión, debido al maltrato constante en su columna y a varios huesos rotos, tuvo que someterse dos veces a un procedimiento llamado Laminectomía, por lo que necesitó tomar descansos de varios meses entre rodajes.
Los problemas físicos no eran su única preocupación. Durante esos años, enfrentó distintos problemas anímicos y psicológicos. En el 2003, Fraser era el mayor candidato para protagonizar una nueva película de Superman. El actor presentó una audición y logró vestir el icónico traje, pero el proyecto nunca pasó de preproducción, lo que lo llevó a sentirse decepcionado y culpable. Sintió que no era capaz de estar a la altura del desafío y que había desperdiciado una gran oportunidad.
Meses más tarde, ocurriría el momento más traumático para su vida. Durante el verano, se celebró un almuerzo organizado por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, entidad que estaba a cargo de la entrega de los Globos de Oro. El evento se realizó en el Hotel Beverly Hills y reunió a las figuras más reconocidas de la industria. Fraser estaba pasando una buena velada hasta que se encontró con Philip Berk, un periodista sudafricano que era pieza fundamental de la asociación. Ambos se acercaron y se estrecharon las manos, pero Berk hizo algo más; con su mano izquierda, abuso de él tocándole sus partes íntimas. En esa época, el episodio trascendió como si Berk apenas lo hubiera pellizcado amistosamente, pero para Fraser había sido algo más desagradable. Se sintió vulnerable y aterrado. Salió rápido del hotel y, aunque se cruzó con un policía, no tuvo el coraje para mencionar el suceso. Prefirió no hablar públicamente porque no quería lidiar con cómo el episodio lo hacía sentir.
Sus agentes y su esposa solicitaron una disculpa a la Asociación de la Prensa Extranjera. Berk respondió con una carta mencionando que, si hizo algo que pudiera haber molestado a señor Fraser, no fue intencional y se disculpaba. Esto no tranquilizó a Fraser, quien se sentía culpable por lo sucedido. Además, la asociación no volvió a invitarlo a los Globos de oro, por lo que asumió que había ingresado en una lista negra. Solo hasta febrero del 2018 pudo hablar públicamente del acoso en una entrevista para la revista GQ. El movimiento #Me too, en el que las actrices denunciaban el acoso por parte de cineastas y productores de Hollywood, fue lo que lo motivó a contar su historia.
A mediados de la década de los 2000, esas cuestiones psicológicas y físicas le produjeron una profunda depresión que hizo que su carrera entrara en declive. De repente, todas las producciones donde participaba generaban perdidas, y su único éxito por ese entonces fue su participación en el film “Viaje al centro de la tierra”. Aunque quiso participar en la secuela, sería reemplazado por Dwayne Johnson.
En el 2004, integró el elenco de drama “Crash”, cinta que ganó el Óscar a Mejor Película, pero esto no fue suficiente para impulsar nuevamente su carrera. Repentinamente, Fraser desapareció de los reflectores de Hollywood.
A todas las situaciones mencionadas, se sumaron problemas en su vida personal. En el 2009, se divorció de su esposa Smith. Y, aunque en un principio aceptó brindar una cuantiosa pensión alimenticia a sus 3 hijos, poco tiempo después tuvo que pedir que esta fuera rebajada debido a sus bajos ingresos.
El resurgir de Brendan Fraser hasta ganar el premio Óscar como mejor actor
A pesar de todos los golpes de la vida, Fraser nunca abandonó por completo la actuación. Logró obtener algunos papeles en películas de poca repercusión y aprovechó ese tiempo para reevaluar su carrera y enfocarse en asuntos personales. Este período, aunque desafiante, lo ayudó a redefinir sus prioridades y encontrar un equilibrio.
En el 2014, tuvo un papel significativo en la serie “The Affair”, donde personifico a John Gunther, un guardiacárcel con secretos lúgubres. Su papel cautivó a sus más fieles fanáticos, quienes nunca le perdieron el rastro. En el 2016, Fraser concedió una entrevista para promocionar el programa televisivo, pero se le notó triste y cabizbajo. Internet no tardó en generar memes y teorías sobre su mal momento. Luego contaría que, días antes de la entrevista, su madre había fallecido a causa de cáncer.
Gracias a su gran trabajo en “The Affair”, Fraser fue convocado a un nuevo proyecto llamado “Trust”, una miniserie que cuenta la historia de John Paul Getty, un millonario del siglo XX que llegó a ser el hombre más rico del mundo y que se negó a pagar el rescate de su nieto secuestrado en Italia. Fraser interpretó a Fletcher Chase, allegado a la familia y narrador de la historia.
En el 2020, el actor se unió al elenco de "Doom Patrol", una aclamada serie de televisión basada en un cómic. En la serie, interpretó a Cliff Steele, un superhéroe también conocido como Robotman. Su actuación en "Doom Patrol" fue un regreso triunfante, recibiendo elogios tanto de críticos como de fanáticos. Sin embargo, Fraser sentía que aún podía volver a dar lo mejor de sí en el cine.
En 2021, participó en “No sudden Move” y Warner lo convocó para que personificara a Firefly, el villano de la película “BatGirl”, pero el film sería cancelado por la misma compañía debido a la baja calidad del producto final. Nuevamente parecía que todo estaba perdido para Fraser. Sin embargo, en medio del difícil momento, le llegaría una nueva oportunidad. El aclamado director del “Cisne negro”, Darren Aronofsky, pensó en él para interpretar al protagonista de su nueva película: “The Whale”, basada en una obra de teatro que narra la historia de un profesor que pesa 270 kilos y que quiere recomponer la relación con su hija. Para su personaje, Fraser se comprometió completamente para imprimirle el tono dramático que se necesitaba, pero sin dejar de lado el buen humor y carisma que lo caracterizaban. Tanto así, que la actriz Sadie Sink, quien personifica a la hija del protagonista, mencionó en una entrevista que “Fraser era su ser humano favorito en el mundo”. Por fin Fraser logró su anhelado regreso, y por todo lo alto.
Su regreso triunfal quedó perfectamente registrado en el Festival de Venecia del 2022, donde fue estrenada “The Whale”. Al terminar la proyección, la sala aplaudió de pie durante varios minutos. El foco de la ovación era su protagonista, quien no pudo contener su emoción. La película fue un éxito en taquilla y en critica; con un presupuesto de $3 millones de dólares que costó su desarrollo, consiguió recaudar $54 millones de dólares. Además, en la edición número 95 de los Premios de la Academia, celebrada el 12 de marzo del 2023, Fraser recibió el Óscar a Mejor Actor. Sin lugar a dudas, fue un logro significativo para el actor, quien agradeció a su familia y a su equipo de trabajo con lágrimas en sus ojos. Este hito demostró que Fraser, después de haber sido olvidado, pudo resurgir de entre las cenizas y tocar nuevamente el corazón del público.
Poco después de su papel en “The Whale”, Martin Scorsese lo llamó para interpretar un abogado en “Killers of the flowers moon”, su última película, protagonizada por Leonardo di Caprio y Robert de Niro.
Actualmente, Brendan Fraser continúa siendo un actor respetado y admirado en la industria cinematográfica. Su regreso ha sido aclamado por fanáticos y colegas por igual. De momento, sigue trabajando en una variedad de proyectos y su futuro en la actuación parece prometedor. Día a día, lucha para convertirse en un defensor de la salud mental y el bienestar. Ha compartido abiertamente sus propias experiencias y desafíos es este ámbito, lo que ha sido un faro de esperanza para otros que enfrentan problemas similares.
Así concluimos la historia de Brendan Fraser, un actor carismático y talentoso que pasó de ser una estrella en ascenso a caer en un período de toda clase de dificultades, para luego resurgir con más fuerza que nunca gracias a su enorme capacidad de reinvención y a su pasión por la actuación, convirtiéndose así en una fuente de inspiración y recordándonos que nunca es tarde para volver a intentarlo y lograr todo aquello que nos propongamos. En sus propias palabras:
"Uno puede tener un millón de razones para abandonar algo, pero solo se necesita una razón para quedarse. No importa lo que pase en la vida, siempre hay esperanza."
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