Cómo logró Roberto Gómez Bolaños crear el programa más exitoso de la TV Latinoamericana
En 1970, un joven guionista mexicano que escribía un programa de humor que pasaba por un momento difícil, decide crear un nuevo material basándose en muchas características de la idiosincrasia mexicana. 50 años más tarde, este programa continúa transmitiéndose en varios países, ha sido traducido a más de 50 idiomas y se ha consagrado como un hito de la televisión mexicana, llegando a recaudar más de 1.700 millones de dólares solo en derechos de transmisión… ¿Cómo lo logró?
El protagonista de esta historia es Roberto Gómez Bolaños, quien nació el 21 de febrero de 1929 en Ciudad de México.
Su madre, Elsa Bolaños Aguilar, ejercía como secretaria y era bilingüe; y su padre, Francisco Gómez Linares, ejercía como pintor e ilustrador.
La vida de Roberto comienza con un hecho dramático: su madre tomó por accidente un medicamento para aliviar la gripe, y dicho medicamento puso en riesgo su embarazo de varias semanas de gestación. El hermano de Elsa, quien era doctor, le indicó que lo más recomendable era abortar; sin embargo, ella se negó.
"Y así fue como pude nacer yo el 21 de febrero de 1929… Sin querer queriendo." -Escribió Roberto en su autobiografía.
Durante su infancia tuvo muchos amigos traviesos, con los cuales recorrió cada rincón de la Colonia del Valle, que por esos años era un suburbio poco habitado, aunque en la actualidad es uno de los barrios más cotizados de la capital mexicana.
Al entrar a la escuela, descubrió dos de sus talentos: uno para la pintura, gracias a la educación artística dada por su padre; y otro para el boxeo, el cual practicó por mucho tiempo. Esta faceta como boxeador en su juventud se debió, en parte, a que Roberto tenía muchos pleitos con otros muchachos. Más tarde, en sus memorias confesaría que la desventaja física le generaba un complejo de inferioridad; sin embargo, terminaría abandonado esta disciplina por su escasa estatura, ya que se consideraba una desventaja profesional medir 1 metro con 62 centímetros.
Después de los años escolares, estudió Ingeniería Mecánica en la prestigiosa Universidad Autónoma de México, pero nunca llegó a graduarse. Lo máximo que logró hacer en el oficio de ingeniero, fue trabajar en una empresa constructora en un puesto que le resultaba bastante tedioso. Por esta razón, cuando descubrió en el periódico un anuncio que informaba sobre una vacante en una agencia publicitaria, no lo pensó dos veces y decidió cambiar de trabajo. Así ingresó cómo creativo y redactor para la agencia D’Arcy.
Los inicios de Roberto Gómez Bolaños como guionista y director
En la década de los 50, Roberto con 22 años inició una muy activa carrera como guionista de películas y programas de televisión. Entre sus trabajos más destacados estuvo la escritura de guiones de cine para el famoso dúo conformado por Viruta y Capulina, comediantes con los cuales también iniciaría una carrera como actor al aparecer junto a ellos en la obra “Dos Criados Malcriados”, en el año 1960.
A pesar de sus papeles esporádicos en varios sketches, siguió dedicado a la escritura, contribuyendo como dialoguista en muchos programas y películas.
Entre los años 1960 y 1965, logró destacar y hacerse fama como guionista al estar dos de sus programas disputándose el primer y el segundo lugar en el ranking de audiencia de la televisión mexicana. Los programas eran “El estudio de Pedro Vargas”, donde Pedro Vargas Mata, más conocido como el “Ruiseñor de las Américas”, invitaba a algún artista a cantar; y “Cómicos y canciones”, un programa que combinaba la comicidad de Viruta y Capulina con números musicales.
Gracias a su gran talento para escribir es que se ganaría su famoso apodo. Un día, el director de cine Agustín Porfirio Delgado quedó impresionado por las habilidades del joven, lo que lo llevó a exclamar que este tenía el talento de un William Shakespeare, y al ser Roberto un hombre de baja estatura lo bautizó como “Shekspiercito”, que más tarde se simplificaría como “Chespirito”.
En el año 1968, la Televisión Independiente de México, que más tarde pasaría a llamarse Televisa, inició trasmisiones, y Chespirito recibió una importante oferta: desde ese momento podría disponer de media hora semanal, los sábados, para producir y escribir lo que él quisiera.
Con esta oportunidad, Roberto creó “Los supergenios de la mesa cuadrada”, y durante meses no paró de trabajar en un montón de hilarantes guiones que rápidamente ganaron mucha popularidad. Esto llevó a los directivos a darle una hora completa semanal los días lunes a las 8 de la noche, un horario mucho más importante. Pero lo que era una serie de divertidos sketches cortos con chistes sueltos, se convirtió en un aburrido programa de una hora.
Chespirito no quería perder la oportunidad y pensó en una nueva idea para este espacio, así cobraría vida: “El Chapulín Colorado”. La premisa humorística que se le ocurrió consistía en un superhéroe, un tanto orgulloso y bastante torpe, pero de noble corazón, que engañaba a los villanos con fortuna. Su arma preferida para combatir el crimen era un martillo llamado “El Chipote Chillón”, una versión caricaturesca del famoso martillo del Dios Thor.
El objetivo de Chespirito era construir un personaje que fuera lo contrario al típico superhéroe norteamericano, excesivamente fuerte y seguro de sí mismo, para crear un héroe con cualidades más humanas que inspirara e hiciera reír al público. Así, El Chapulín Colorado fue emitido por primera vez en el año 1970.
Junto con este programa, y para hacer un uso más adecuado de su tiempo al aire, ideó otra serie de sketches, como: Los Caquitos, Los Chifladitos y El Doctor Chapatín, entre otros. También, decidido cambiar el nombre de su espacio, de “Los supergenios de la mesa cuadrada” a “Chespirito”, en 1971. En todos estos espacios cómicos participó un gran elenco de actores, como: Ramón Valdés, Carlos Villagrán, María Antonieta de las Nieves, Rubén Aguirre y Édgar Vivar.
Aunque el programa tuvo gran acogida, su éxito más importante aún estaba por llegar...
El origen de "El Chavo del 8", el programa número 1 de la televisión humorística
Un año y un par de meses más tarde, comenzó a trasmitir un nuevo programa llamado “El Chavo del 8”. La idea básica de este ya se le había ocurrido al guionista antes, cuando escribió un sketch humorístico sobre un niño pobre de 8 años que discute con un vendedor de globos en un parque.
Más tarde, desarrollando aún más las ideas, crea la premisa del Chavo: la historia de un niño huérfano que vive en una vecindad mexicana y que, a lo largo de sus días, entre el humor y la aventura, lleva a cabo travesuras que comprometen a sus amigos y a los adultos de la vecindad. El programa también ponía de manifiesto muchas características de la idiosincrasia mexicana, y del tipo de personas, con sus virtudes y defectos, que se podrían encontrar en su cultura: maestros, propietarios, carteros, inquilinos queridos, inquilinos indeseables, mujeres con buena posición social y hasta hombres con problemas para pagar la renta. Todo con el objetivo de mostrar los rasgos de una identidad y una forma única, latina, de hacer humor.
El exitoso elenco de “El chavo del 8” estuvo constituido principalmente por Chespirito, quien interpretaba al protagonista del show, el Chavo, y los actores de sus anteriores trabajos a los que se sumaron, Florinda Meza y Angelines Fernández.
Durante 20 años sin interrupción, el espacio televisivo “Chespirito”, cada lunes, presentó media hora de “El Chapulín colorado” y media hora de “El Chavo del 8”, y se estima que el 60 % de los televisores en México sintonizaban los programas. Este arrollador éxito abrió las puertas del mercado internacional a la televisión mexicana, ya que poco después de las primeras trasmisiones, ambos programas comenzaron a emitirse por casi toda América Latina, y luego en Estados Unidos, España y algunos otros países. Años más tarde el exitoso Chavo se convertiría en un programa completo con una duración de transmisión de hasta una hora.
En 1977, todo el elenco de El Chavo del 8 comienza una gira por Latinoamérica, la cual fue un completo éxito. Visitaron países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Bolivia. Perú y Costa Rica. En cada ciudad a la que llegaban eran recibidos por miles de personas y en todas fueron homenajeados por su gran aporte a la televisión humorística. Indudablemente, el chavo se había convertido en un icono de la cultura popular latina.
Pero no todo fueron éxitos para el programa y para Roberto, pues una serie de conflictos internos con algunos de los actores del elenco hicieron que El Chavo del 8 poco a poco fuera perdiendo su magia…
La decadencia de El Chavo del 8
Todo comenzó con la renuncia de Carlos Villagrán en 1978. El actor que interpretaba a Quico decidido dejar el programa por diferencias artísticas con Chespirito. En ese momento, Emilio Azcárraga, quien era el presidente de televisa, le ofrece una oportunidad para hacer un programa en solitario con el personaje de Quico bajo la supervisión de Roberto. Carlos rechazó la propuesta, y esto hizo que Emilio contactara a todas las cadenas televisivas de Latinoamérica para que le cerraran las puertas al actor, amenazando con cancelar los derechos de trasmisión del chavo y otras telenovelas de la cadena si lo contrataban.
Furioso por lo sucedido, Carlos discute en diversas ocasiones con Chespirito, alegando que los derechos de Quico le pertenecían. Sin embargo, al ser Roberto quien escribía el programa, logró ganar la disputa en un juicio. A Carlos no le quedó más remedio que irse a una cadena independiente de Venezuela y crear durante los siguientes años distintos programas con un personaje muy similar a Quico, pero con algunos cambios en su vestimenta y variando el nombre, que ahora se escribiría con K.
La salida de Quico se justificó rápidamente dentro del programa, argumentando que se había ido a vivir con su madrina. Y, aunque se crearon nuevos personajes para cubrir su ausencia, las dinámicas entre personajes comenzaron a cambiar y la calidad del programa decayó.
Los ánimos de los actores se fueron abajo y los roces no se hicieron esperar. A estas diferencias artísticas se sumó Ramón Valdés, quien con la partida de su amigo Carlos tomó fuerza y, tan solo un año después, en 1979, abandonó el programa. El actor que interpretaba a Don Ramón viajó hasta Venezuela y trabajó por un tiempo con Carlos en dos de sus programas, para posteriormente realizar una participación especial en el Chavo del 8 unos años después. En 1988, el popular actor falleció debido a un cáncer de estómago.
Con la partida del querido Don Ramon, gran parte del programa perdió su magia. Este era considerablemente uno de los personajes preferidos del público y era uno de los más destacados de la serie, pues interactuaba con todos los personajes. A pesar de que Chespirito intentó cubrir su ausencia con nuevos personajes, esto representó un duro golpe para la calidad del programa, que, sumado a la avanzada edad de los actores, terminó convirtiéndose en un montón de chistes y situaciones recicladas, lo que obligó a Roberto en 1980 a reducir la duración del programa y sumarlo a sus anteriores sketches para volver a transmitir el show “Chespirito”.
El legado de El Chavo del 8
Sin embargo, el éxito de El Chavo del 8 a nivel mundial es inigualable. El programa marcó la infancia de millones de personas y fue doblado a más de 50 idiomas, incluidos el ruso, el árabe y el japones. Hoy en día, a pesar de haber concluido hace muchos años las grabaciones, se siguen trasmitiendo, en una amplia variedad de canales televisivos alrededor del mundo, estos icónicos shows mexicanos que, desde 1992 hasta la fecha, han representado más de $1.700 millones de dólares en derechos de trasmisión solo para Televisa.
El chavo siguió produciéndose hasta 1992, momento en el cual Roberto Gómez decide finalizar el proyecto para dedicar sus esfuerzos a otras artes. María Antonieta de las nieves, no estaba de acuerdo con el final súbito del programa en el que por años había trabajado, así que continuó usando a su personaje. La actriz que interpretaba a La Chilindrina descubrió que, a el hijo de Chespirito, Roberto Gómez Fernández, se le había olvidado renovar los derechos de los personajes. Aprovechando esto, registró los derechos de La Chilindrina como propios, y de esta manera pudo seguir interpretando al personaje en el cine, en otra serie, en montones de obras de teatro y en varios espectáculos a lo largo de los años. Aunque Chespirito luchó incansablemente por demostrar la autoría del personaje, sus esfuerzos fueron en vano.
La trayectoria de Roberto Gómez Bolaños en el cine
Hoy muchos críticos comparan la trayectoria de Roberto Gómez en la televisión con la obra de Charlie Chaplin en el cine, artista que también estuvo involucrado en todos los aspectos de sus obras y que tenía un carisma único en el mundo para hacer comedia. El mismo Chespirito confesaría que el autor de “Los tiempos modernos” fue uno de sus grandes ídolos y referentes, y, al igual que él, también tendría una importante carrea como actor de cine, pues llegó a participar en más de 20 películas mexicanas, entre las que destacan Charrito, Don Ratón y don Ratero, Música de viento, El Chanfle (la cual batió todos los récords de taquilla existentes hasta esa fecha en México), y la secuela El Chanfle 2.
En el año 1989, Chespirito se separó de su primera esposa, Graciela Fernández, con quien tuvo seis hijos. Pocos meses después, se dio a conocer a la prensa la relación que Chespirito mantenía, desde hace un tiempo, con Florinda Meza, la actriz que dio vida a Doña Florinda, relación que se presume había iniciado en la gira por Chile en el año 1977. La pareja no se casaría sino hasta el año 2004 y no tendría hijos propios, ya que Chespirito se había realizado la vasectomía antes de iniciar la relación.
En 1992, Chespirito decidió escribir y presentar una obra de teatro llamada “Once y doce”, la cual se presentó por varios años y logró más de 28 mil funciones. “Once y doce” no sería la única obra de teatro del pequeño Shakespeare, ya que en este campo también tendría una importante trayectoria. También, incursionó en el mundo de las telenovelas, escribiendo y dirigiendo “Milagro y magia”; en el mundo de la Literatura, publicando un libro de poesía, varias novelas y una autobiografía; y en el mundo de la música, componiendo los temas melódicos de Milagro y magia, en 1991, La dueña, en 1995, y de Alguna vez tendremos alas, en 1997.
Polémicas en la vida de Roberto Gómez Bolaños
Con la llegada del siglo XXI, después de tantos años de trabajo, el exitoso humorista decidió iniciar un activismo político. Entre los años 2000 y 2006, participó en anuncios televisivos apoyando las campañas electorales del Partido Acción Nacional, y él mismo le dirigió una carta a Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, para pedirle que mantuviera unidos a los mexicanos.
En abril del año 2007, se unió a los grupos católicos y los partidos conservadores que pugnaban por mantener el aborto como un delito en el Distrito Federal, haciéndole frente a la decisión de la Asamblea Legislativa, la cual había decidido despenalizarlo las doce primeras semanas de gestación. Gómez Bolaños participó activamente en propagandas televisivas en contra de la nueva ley, lo que ocasionó que ciertos sectores de la sociedad mexicana cambiaran negativamente la percepción que tenían de él.
Pese a que la gran mayoría lo querían y lo admiraban por su loable carrera, la vida de Roberto no estuvo exenta de polémica. Incluso, algunos lo consideraban como un “hombre de comportamiento reprochable”, ya que, en distintas ocasiones durante su carrera, se le cuestionaron fuertemente sus decisiones. La primera vez fue en el año 1977, cuando visitó Chile mientras el país era gobernado por el dictador Augusto Pinochet, aunque él se defendió argumentado que visitaba a la gente y no a los políticos; luego un narcotraficante colombiano afirmó que Chespirito dio una fiesta privada para uno de los hijos del famoso capo de la droga Gilberto Rodríguez Orejuela, lo cual él negó rotundamente, aunque más tarde la afirmación sería confirmada por María Antonieta de la Nieves y un material audiovisual revelado por un noticiero colombiano.
Chespirito también alcanzó a ser parte del fenómeno de las redes sociales. El 28 de mayo del 2011, decidió abrir una cuenta de Twitter y publicó su primer tweet. En tan solo un día superó los 170 mil seguidores; en dos, los 250 mil. A la semana ya tenía a medio millón de personas leyendo sus publicaciones, siendo, por la época, una de las personalidades más destacadas de la red social.
El fin de una era: el fallecimiento de Roberto Gómez Bolaños
Luego de varias décadas divirtiendo a niños y grandes de todo el mundo, Roberto Gómez Bolaños falleció en Cancún, México, el 28 de noviembre del 2014 a la edad de 85 años, debido a dificultades respiratorias causadas por la adicción al cigarrillo que mantuvo por varios años.
Florinda Meza fue la encargada de anunciar la muerte públicamente. Sus familiares y amigos cercanos le rindieron su último homenaje en Televisa San Ángel, que fue la casa de todas las creaciones de Chespirito. Allí se le realizó una misa privada y luego su cuerpo fue llevado en un cortejo fúnebre hasta el Estadio Azteca, lugar donde jugaba su equipo favorito: el Club América. Muchísima gente se reunió para darle el último adiós, la mayoría de ellos disfrazados de alguno de sus personajes. Su ataúd iba acompañada por dos esculturas que representaban al Chapulín Colorado y al Chavo del 8.
Así concluimos la inspiradora historia de Roberto Gómez Bolaños, un genio y talentoso escritor con una carrera prolífica que logró llegar a los hogares y los corazones de toda Latinoamérica y gran parte del mundo, creando un programa televisivo que hizo historia y escribiendo a exitosos personajes que aún continúan siendo parte de la cultura popular, dejando un legado que perdura hasta nuestros días. En sus propias palabras:
“Tómese en cuenta que uno puede recuperar el dinero, el amor, el prestigio o cualquier cosa que haya perdido… Menos el tiempo.”
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