En 1989, un bebé recién nacido fue abandonado por sus padres en un basurero. 30 Años más tarde, ese bebé se había convertido en millonario, tras crear una exitosa compañía tecnológica valorada en más de $60 Millones de dólares… ¿Cómo lo logró?
La historia de Freddie Figgers, fundador de Figgers Communications
El protagonista de esta historia es Freddie Figgers, quien nació el 26 de septiembre de 1989 en Quincy, una pequeña ciudad de Florida, Estados Unidos.
Desde muy chico, tuvo que enfrentar enormes dificultades. Sus padres biológicos no querían tenerlo, por lo que cuando Freddie nació simplemente lo abandonaron al lado de unos botes de basura en una zona rural, condenándolo a un futuro incierto.
Afortunadamente, un transeúnte lo encontró y llamó a la policía. El bebé fue hospitalizado con heridas leves durante dos días y luego fue trasladado a un hogar de acogida. Allí se hicieron cargo de él Nathan Figgers, de 74 años, y Betty May, de 66 años, una pareja de humildes y bondadosos ancianos que ya tenían hijos propios e hijos adoptivos. A pesar de no contar con mucho dinero, habían acogido a decenas de otros niños durante muchos años (algunos de ellos, hijos de padres que estaban en prisión), y, aunque habían planeado dejar de hacerlo debido a su edad, finalmente decidieron adoptar a Freddie.
Nathan tenía 2 trabajos como operario de mantenimiento y Betty era trabajadora agrícola. Ambos ganaban apenas lo justo para mantenerse y mantener a su familia; sin embargo, Freddie encontró en ellos todo el amor y apoyo que necesitaba.
Cuando el pequeño empezó a crecer y a realizar muchas preguntas, su padre le contó cómo habían sucedido las cosas:
“Te lo voy a contar sin rodeos. Tu madre biológica te abandonó y, como Betty y yo no queríamos mandarte a casas de adopción, te adoptamos.”
Freddie constantemente se sentía como basura, pero su padre, siempre que esto pasaba, lo agarraba por los hombros y le decía:
“Nunca dejes que eso te indisponga.”
Freddie nunca sintió la necesidad de buscar a su familia biológica; para él, Nathan y Betty siempre fueron sus padres, los que le enseñaron a ser íntegro, a hacer siempre lo correcto y a nunca olvidar sus orígenes.
Siempre vio a su padre ayudar a mucha gente. Se detenía en cualquier lugar del camino para ayudar a extraños y alimentaba a personas que no tenían techo. Nathan era un hombre increíble y Freddie quería ser como él.
De pequeño, los niños en la escuela solían burlarse de él, llamándolo “bebé basura” y lanzando comentarios ofensivos sobre la avanzada edad de sus padres.
“Recuerdo ocasiones en las que me bajaba del bus escolar y los niños me agarraban y me tiraban en botes de basura y se reían de mí." -Contó Freddie en una entrevista para la BBC.
Descubriendo su gran pasión por la tecnología
Los fines de semana, él y su padre acostumbraban hacer lo que ellos llamaban “buceo de basura”, una práctica que consistía en ir de vecindario en vecindario en busca de cosas que la gente había botado, pues consideraban que, lo que para alguien es basura, para otra persona puede llegar a ser un tesoro.
En su infancia, Freddie soñaba con tener una computadora Gateway, pero por la situación económica que atravesaban sus padres era difícil comprar una.
En una oportunidad, el pequeño y su padre fueron a una tienda de segunda mano y lograron adquirir una computadora Macintosh vieja y dañada por un valor de $24 dólares. Freddie se sintió muy feliz, pero, al ver que la computadora no encendía, optó por desarmarla con la herramienta que tenía su padre a disposición. Allí notó que un componente de la computadora estaba roto, por lo que tomó partes de un radio despertador y las comenzó a probar y soldar. Tras más de 50 intentos, finalmente logró que la computadora funcionara. Desde ese momento, comenzó a desarrollar una gran pasión por la computación y la tecnología.
Esa computadora se convirtió en el objeto más importante para Freddie, el que le ayudaría a borrar todo el dolor del acoso escolar y el que le cambiaría la vida para siempre. Cuando sus compañeros lo molestaban en la escuela, él solo pensaba en regresar pronto a casa para jugar con su computadora.
Aproximadamente a la edad de 10 años, aprendió de forma autodidacta a codificar y escribir programas básicos.
Rentabilizando su pasión
Poco tiempo después de aprender el lenguaje de las computadoras, consiguió su primer trabajo con apenas 12 años de edad. El chico asistía a un programa postescolar y aprovechaba para pasar todo el tiempo que podía en el laboratorio de informática. Como no había un técnico de computadoras, cuando una máquina dejaba de funcionar la desconectaban y la apilaban con las otras máquinas averiadas. Freddie las seleccionaba y reemplazaba las partes dañadas de unas con las buenas de otras para repararlas.
Para esa época, la directora del programa era la alcaldesa de la ciudad de Quincy, y, cuando vio lo que Freddie hacía, quedó asombrada. Habló con sus padres adoptivos para llevárselo al ayuntamiento, donde le pagarían $12 dólares la hora por ir todos los días después del colegio a arreglar decenas de computadoras que se encontraban averiadas, y, aunque el pago era algo bueno para el joven, su motivación principal era lo mucho que se divertía.
Tres años después, cuando tenía 15 años y seguía trabajando para la municipalidad, una firma ofreció un software para monitorear los medidores de presión de agua por $600 Mil dólares. Los funcionarios pensaron que lo mejor era decirle a Freddie que se encargara del desarrollo del software, quien lo creó a cambio del mismo salario que le venían pagando.
En ese momento, Freddie tomó la decisión de dejar la escuela, porque le aburría, para aventurarse a iniciar su propio negocio de servicios informáticos y reparación de computadoras. Esta decisión, como era de esperarse, no fue de total agrado para sus padres; sin embargo, él confiaba plenamente en sus capacidades y estaba determinado a sacar adelante su emprendimiento.
Meses más tarde, ya tenía decenas de clientes y estaba ganando lo suficiente para ayudar financieramente a sus padres, lo cual lo llenaba de una satisfacción enorme.
Quería ayudar a su padre y creó un negocio millonario
Dos años después, cuando el chico tenía 17 años, su padre comenzó a sufrir de Alzheimer:
"Recuerdo una noche que nos fuimos a dormir después de ver una película de vaqueros que a él le gustaba mucho, y a las dos de la mañana me despertó, rifle en mano, convencido de que era el héroe del filme, diciéndome que tenía que irme de la ciudad. Logré quitarle el rifle y acostarlo, pero a la mañana siguiente no estaba." –Comentó Freddie.
Debido al Alzheimer, su padre solía salir de casa asustado y desorientado, por lo que terminaba perdido y les tomaba horas encontrarlo.
Freddie notó que, cuando su padre escapaba, a veces se le olvidaba ponerse la camisa o el pantalón, pero nunca dejaba de colocarse los zapatos, así que se le ocurrió tomar los zapatos de su padre, abrirles las suelas e incrustar un dispositivo que contaba con un micrófono, un parlante y una tarjeta de red de amplio alcance que se podía vincular a su computadora.
En aquella época, servicios como Apple Maps o Google Maps aún no existían, por lo que Freddie vinculó su dispositivo con un sistema de navegación creado por la compañía Tomtom, de esta manera lograba ubicar a su padre rápidamente con su computadora:
"Así mi padre me contestara 'no sé dónde estoy', apenas decía algo yo podía saber si estaba de pie, sentado o tendido en el suelo." –Aclara el joven.
A pesar de la solución que había creado, los problemas con su padre eran cada vez más complicados, al punto de que la familia empezó a insistir que lo internaran en un hogar para ancianos; pero, él nunca lo permitió y lo llevaba consigo a cualquier lugar a donde fuera.
“Él no me abandonó a mí, así que yo no lo iba a abandonar a él.” -Fueron sus palabras.
Años más tarde, Freddie vendió por más de $2 Millones de dólares la tecnología del zapato inteligente que había desarrollado para cuidar a su padre. Lamentablemente, es en esa misma época que la salud de su padre comienza a deteriorarse y fallece.
El caprichoso destino no permitió que le pudiera comprar a su padre el auto y el bote de pesca que siempre había querido. Este suceso marcó mucho al joven y le dejó una gran lección para toda la vida:
"Fue entonces que aprendí que el dinero no es más que una herramienta y me propuse hacer todo lo posible para tratar de dejar el mundo mejor cuando sea mi turno de irme, porque mi padre, sin ser rico, tuvo un impacto en la vida de mucha gente, y yo quería hacer lo mismo." -Dijo Freddie en una entrevista.
Creando un imperio en la industria de las comunicaciones
Guiado por su propósito de ayudar a las personas menos favorecidas, encontró un vacío en el mercado tras darse cuenta de que las grandes compañías de comunicaciones no invertían en las zonas rurales como en la que él vivía; esto hacía que no existiera infraestructura para que los habitantes de estas zonas disfrutaran de conexiones rápidas.
Después de 394 intentos, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos le otorgó una licencia como operador de telecomunicaciones, convirtiéndose, con 21 años, en la persona más joven y el único afroamericano en obtenerla.
Freddie empezó instalando cables de fibra óptica y construyendo con sus propias manos torres telefónicas. Así nació “Figgers Communications”, una compañía que hoy día vale más de $60 Millones de dólares y que ha logrado el éxito llevando desarrollo, tecnología y conexiones de alta velocidad a zonas rurales a las que ninguna otra empresa de comunicaciones se había atrevido a llegar. La compañía fabrica sus propios teléfonos inteligentes, ha desarrollado dispositivos de Internet móvil, cuenta con una línea de televisores inteligentes y ofrece diversos planes de datos, llamadas y mensajes de texto.
Innovador, millonario, exitoso y solidario
Hasta aquí podría terminar esta historia de superación y éxito, pero todo esto no es lo que diferencia a Freddie de muchos otros jóvenes exitosos. La generosidad que aprendió de sus padres lo llevó a crear una fundación que ofrece becas a estudiantes afroamericanos y contribuye con asistencia en situaciones de desastre. Durante la reciente pandemia ha suministrado equipos de protección individual y herramientas de aprendizaje digital para los niños menos favorecidos.
Actualmente, Freddie tiene 31 años, está casado, tiene una hija, posee una fortuna personal estimada en decenas de millones de dólares y sigue desarrollando productos como los zapatos inteligentes que ayudaron a su padre. Otro de sus inventos es un dispositivo para evitar las muertes causadas por coma diabético. La inspiración para esta tecnología la obtuvo de una experiencia traumática a los 8 años de edad, cuando junto con sus padres fue a visitar al tío de su madre y lo encontraron muerto a causa de un coma diabético.
"Los diabéticos apuntaban sus niveles de azúcar en la sangre, pero en las zonas rurales, como el sur de Georgia, donde vivía el tío de mi mamá, no había nadie que fuera a chequear con regularidad; así que creé un glucómetro inteligente que, tras tomar la medida, la comparte con tu teléfono, tus doctores, tus familiares y tu compañía de seguros, de manera que, si algo es anormal, envía una alerta." –Explicó el exitoso empresario.
Así concluimos la inspiradora historia de Freddie Figgers, un joven apasionado por la tecnología que nació en medio de enormes dificultades, pero que, gracias al apoyo incondicional de sus padres adoptivos y a su incesante determinación, logró construir una exitosa compañía en la competida industria de las comunicaciones, enseñándonos que, a pesar de las adversidades, podemos lograr cualquier objetivo por grande que éste sea, y que el dinero no es lo más importante, éste llega cuando descubrimos nuestra verdadera vocación y nos enfocamos en un gran propósito. En sus propias palabras:
"No dejes que tus circunstancias definan quién eres y dale a otras personas oportunidades. Lo mejor que puede hacer un ser humano, es influir en otro."
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Este articulo tiene 2 comentarios
Motivador,Excelente contenido una lección de Vida sin distinción de edad y sexo.
ResponderMis mejores deseos a éste Joven SEÑOR.
Desde Uruguay Gracias por éste Info.Cordiales
Muy buen artículo, gracias!
ResponderAdministración de Fincas Madrid
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