Debido a la ausencia de su padre y a las dificultades económicas de su familia, se vio obligado a trabajar desde muy joven para ayudar a su madre y sus hermanos. A los 18 años, inició una pequeña empresa comercializadora de alimentos y a los 24 años incursionó en la naciente industria petrolera estadounidense de los 60’s... 48 años más tarde, se había convertido en la persona más rica del mundo y había construido el más grande imperio empresarial que la humanidad ha conocido… ¿Cómo lo logró?
¿Cómo se convirtió John D. Rockefeller en la persona más rica de la historia moderna?
El protagonista de esta historia es John Davison Rockefeller, quien nació en una familia de clase media descendiente de inmigrantes alemanes el 8 de julio de 1839 en Richford, Nueva York.
John fue el primero de los seis hijos de Eliza y William Rockefeller.
Su madre era una mujer muy organizada y se encargaba de las labores del hogar; mientras que su padre, un vendedor de “Elixirs Milagrosos” que supuestamente curaban todo tipo de enfermedades, se trasladaba constantemente de ciudad en ciudad estafando personas, razón por la cual pasaba poco tiempo con la familia.
Ante la ausencia de su padre, comenzó a trabajar desde muy chico vendiendo dulces y piedras pintadas a los niños de la zona en que vivía para poder ayudar a su madre con los gastos del hogar. También, probó con la cría de pavos y ofreciéndose a realizar tareas para sus vecinos.
Aunque fue una dura etapa de su vida, estas experiencias lo ayudaron a volverse muy hábil en los negocios y muy disciplinado con el manejo del dinero.
A los 14 años de edad, John se trasladó con su familia a Cleveland, Ohio. Allí ingresó a una escuela comercial en la que pudo aprender de contabilidad y negocios, pero abandonó sus estudios a los 16 años porque la situación económica de su familia se complicó y no tuvo más opción que buscarse un empleo.
Gracias a sus estudios en la escuela comercial, logró conseguir trabajo como asistente de contador por $50 centavos al día en la empresa Hewitt & Tuttle.
En este trabajo pudo desarrollar grandes habilidades empresariales. Se dice que cada noche repasaba mentalmente las operaciones financieras del día tratando de descubrir en qué podría haber obtenido mejores ganancias la compañía.
Como el dinero que ganaba no era suficiente, simultáneamente ofrecía sus servicios en otras empresas para generar ingresos extra.
Luego de dos largos años de extenuante trabajo, consideró que merecía mucho más de lo que estaba ganando, así que se dirigió a donde su jefe para solicitarle un aumento, pero él se negó a dárselo.
Frustrado por lo sucedido, decidió renunciar a su empleo para aventurarse a iniciar un negocio propio. Pidió un préstamo y se asoció con Maurice Clark, quien fue su compañero de estudios en la escuela de Cleveland. Juntos empezaron a comercializar productos alimenticios, como cereales, verduras y carne.
El negocio prospero rápidamente. En el primer año obtuvieron beneficios por unos $4.000 dólares de la época, y en el segundo año la suma se cuadriplicó.
Aunque le iba muy bien con su empresa, Rockefeller quería mucho más y constantemente buscaba nuevas oportunidades de negocio.
En 1863, ve su gran oportunidad en una industria naciente: la industria del petróleo…
Rockefeller incursiona en la industria del petróleo
4 años antes, Edwin Drake logró extraer por primera vez grandes cantidades de petróleo de un pozo que había construido en Pensilvania. Hasta ese momento, el petróleo no era un producto desconocido, pero su disponibilidad y uso eran muy limitados, por lo que el avance logrado por Drake representaba el inicio de una nueva era en la que el petróleo jugaría un papel fundamental en el desarrollo de la humanidad.
En los siguientes años, la “fiebre del petróleo” se tomó a Estados Unidos. Por todo el país se comenzaron a abrir pozos en búsqueda del llamado “oro negro”; sin embargo, esta era una industria extremadamente ineficiente, y fue allí donde Rockefeller encontró su oportunidad.
Rápidamente entendió que el negocio principal no estaba en la extracción del petróleo, sino en su refinamiento para convertirlo en productos comercializables como el kerosene, que podía utilizarse en estufas y lámparas.
Guiado por su visión, puso en marcha una refinería de petróleo en sociedad con su amigo Maurice Clark, el químico Samuel Andrews y dos hermanos de Clark. Así nació la firma “Andrews, Clark & Company”.
Mientras que otras refinerías operaban ineficientemente, Rockefeller aplicó sus habilidades financieras para optimizar los procesos: contrató a sus propios instaladores de tuberías, hizo construir sus propios barriles de madera y redujo al máximo los desperdicios, minimizando significativamente los costos de producción y aumentando las ganancias del negocio.
En 1864, Rockefeller contrajo matrimonio con Laura Spelman, una profesora de Nueva York con la que estuvo casado hasta su muerte y con quien tuvo cinco hijos: Elizabeth, Alice, Alta, Edith, y un único hijo varón, John Davison Rockefeller Jr.
En 1865, diferencias entre los socios de Andrews, Clark & Company los llevarían a subastar la empresa. La subasta fue ganada por Rockefeller con una oferta de $72.500 dólares. Desde ese momento la firma cambió su nombre por “Rockefeller & Andrews Company”.
En 1867, el empresario ferroviario Cornelius Vanderbilt, una de las personas más ricas de América en ese momento, estaba interesado en llegar a un acuerdo con una refinería de Cleveland, ofreciéndole un precio especial en los costos de envío del petróleo a través de la Línea Central de Nueva York a cambio de que le proporcionara carga masiva y regular para maximizar sus ganancias por viaje, esto debido a que la “burbuja de los ferrocarriles” había ocasionado que se construyeran demasiadas vías y algunos trenes apenas podían ser rentables, entonces, transportar carga era una alternativa interesante para las empresas del sector.
Vanderbilt inició su búsqueda tratando de encontrar a un refinador con necesidades que fuera fácil de manipular. En su búsqueda dio con el joven Rockefeller, cuya refinería estaba en crecimiento, pero aún enfrentaba problemas de rentabilidad. Pensó que era la persona ideal y lo invitó a su oficina en Nueva York.
Entusiasmado, Rockefeller se preparó para la que consideraba la oportunidad de su vida. Consiguió un tiquete de tren y se disponía a viajar, pero perdió el tren por unos minutos. Luego se enteró de que el tren que iba a tomar se descarriló causando la muerte a la mayoría de los pasajeros.
El empresario tomó este desafortunado episodio como una señal divina, afirmando que, si no había muerto ese día, era porque estaba para grandes cosas:
“Una catástrofe es también una nueva oportunidad.” –Dijo Rockefeller.
Lleno de una confianza arrolladora, programó nuevamente su reunión con Vanderbilt y consiguió convencerlo de cerrar el trato con su refinería.
Este acuerdo dio un tremendo impulso a la empresa de Rockefeller, permitiéndole tomar ventaja frente a sus competidores y posicionándola como la refinería más grande de Cleveland. Pero, pese a los buenos resultados que estaba logrando, sentía que el potencial del mercado era mucho mayor.
Nace un imperio: "Standard Oil Company"
Se dio cuenta de que el kerosene había ganado mala fama en algunos lugares debido a incendios y accidentes producidos por la explosión del combustible en hogares.
Para afrontar la situación, decidió crear una marca que brindara confianza a los consumidores y le ayudara a seguir expandiendo su negocio; así nació en 1870 la Standard Oil Company.
Su propósito era iluminar todos los hogares de Estados Unidos con un kerosene seguro, de calidad uniforme y a un precio asequible para el ciudadano promedio. Quería que su producto fuera el estándar en el mercado, el preferido por los clientes.
Esta estrategia fue un completo éxito. En pocos años, el kerosene de Standard Oil ya era el más vendido en el país, consolidando a Rockefeller como uno de los empresarios más exitosos de la industria; sin embargo, él no se conformaba con ser “uno de los más exitosos”. Él iba por mucho más…
Impulsado por su ambición, puso en marcha un agresivo plan de crecimiento basado en adquirir o destruir a sus competidores. Su objetivo era que Standard Oil Company llegara a cada rincón del país ocupándose no solo del refinamiento del petróleo, sino también de su producción, distribución y comercialización.
Poco a poco la empresa comenzó a ampliar su mercado comprando otras pequeñas refinerías, pero su gran oportunidad llegaría en el año 1872.
En aquella época, el precio del petróleo sufrió una caída debido a la sobreproducción, haciendo que los productores y refinadores redujeran considerablemente sus beneficios.
Rockefeller, que tenía una perspectiva más amplia del negocio que otros empresarios del sector que solo veían de puertas para adentro en sus negocios, aprovechó la crisis y su poder para seguir expandiéndose.
El empresario consiguió un acuerdo con Thomas Scott, quien controlaba el Ferrocarril de Pensilvania, ofreciéndole carga a cambio de costos de transporte mucho más bajos, al igual que lo hizo con Vanderbilt en años anteriores.
Esta ventaja de costos ponía a Rockefeller en una situación privilegiada, y él no dudaría en aprovecharla.
Según la periodista Ida Tarbell, la mayor crítica de Rockefeller, el empresario usó estos polémicos acuerdos con las ferroviarias para presionar a sus rivales y conseguir que salieran del negocio, mencionándoles que enfrentarían costos de transporte más altos y haciéndoles la siguiente propuesta:
"Este esquema es infalible. Significa que controlaremos totalmente el negocio petrolero. No hay posibilidades para alguien de afuera. Pero le daremos a todos la oportunidad de entrar. Usted debe entregar su refinería a mis tasadores y le pagaré en efectivo o con acciones de la Standard Oil Company, lo que prefiera, por el valor que le demos. Le aconsejo que tome las acciones. Será por su bien."
La gran mayoría aceptaban el trato. Aquellos que se negaban, al poco tiempo quebraban como consecuencia de la presión ejercida por Rockefeller, quien, se comenta, recurrió a guerras de precios, extorsiones y sobornos para tener control total del mercado.
A este agresivo proceso de absorción empresarial se le conoció como "La Masacre de Cleveland" y desencadenó una ola de protestas en contra de Standard Oil.
Revolucionando la industria petrolera
El creciente poder de Rockefeller comenzó a preocupar a Vanderbilt y Scott, quienes decidieron aliarse para enfrentarlo. Juntos acordaron modificar el trato que tenían con él y subir los precios de transporte de su petróleo.
Esta alianza fue tomada por el magnate petrolero como una declaración de guerra… una guerra que no estaba dispuesto a perder.
Furioso por lo sucedido, se planteó el reto de dejar de depender de las empresas ferroviarias. Analizó por completo sus sistemas de producción y encontró que tal vez podría empezar a transportar el petróleo a través de tuberías que conectaran los pozos directamente con las refinerías.
Bajo esta premisa, inicio la construcción de un sistema de oleoductos de más de 6.500 km de longitud extendiéndose a través de Ohio y Pensilvania.
Una vez el oleoducto estuvo terminado, no solo logró sacar a las ferroviarias del negocio, sino que también revolucionó por completo la forma en que el petróleo era transportado.
Sin el petróleo de Rockefeller, las ferroviarias entraron en una profunda crisis que ocasionaría despidos masivos, cierre de estaciones y la quiebra de cientos de empresas del sector. El país entero enfrentó una de las mayores recesiones de su historia, pero, mientras muchos luchaban por sobrevivir, Rockefeller aprovechaba para seguir haciendo crecer su imperio comprando a muy bajo precio las compañías petroleras que quebraban como efecto colateral de la crisis ferroviaria.
Para 1882, Standard Oil Company controlaba más del 80% del negocio del petróleo en Estados Unidos y comenzaba a expandirse a otras naciones. Su poder era tal, que el propio Rockefeller se preocupaba de ser acusado de monopolio por las autoridades, dado que ya por ese entonces el gobierno empezaba a intervenir en la reglamentación de la libre competencia entre empresas.
Ante esta perspectiva, decidió crear la “Standard Oil Trust”, una especie de holding empresarial con el que concentraría diversas inversiones en el mundo del petróleo y los combustibles.
Bajo este modelo empresarial, Rockefeller se planteó un reto aún más ambicioso: controlar por completo el mercado del petróleo a nivel global. El empresario consideraba como fracaso la venta de un solo barril de petróleo de su competencia.
En 1885, las compañías de Standard Oil Trust ya tenían presencia en decenas de países, sumaban más de 100 mil trabajadores y eran propietarias de más de 20 mil pozos petroleros.
Rockefeller había construido el más grande imperio empresarial que el mundo ha conocido y se había convertido en la persona más rica y poderosa del planeta, lo que lo ponía en el ojo de la crítica y la prensa como un ser despreciable que había hecho una fortuna aniquilando a la competencia y explotando a sus trabajadores. Los medios comenzaron a llenarse con columnas y caricaturas que buscaban retratar la despiadada ambición con la que Rockefeller y Standard Oil se habían coronado como dueños de la industria petrolera.
El Gobierno Estadounidense vs Rockefeller
El 2 de julio de 1890, el gobierno federal de Estados Unidos aprobó la “Ley Sherman Antitrust” con el objetivo de prohibir la creación de monopolios dentro del comercio estadounidense, al igual que impedir la fusión de compañías o el conspirar para restringir a la competencia. El acta declaró ilegales los trust, por considerarlos restrictivos para el comercio internacional.
Dicha ley afectaba los intereses de Rockefeller, pero no iba a detenerlo. El empresario respondió disolviendo la Standard Oil Trust en 1892 y apoyándose en sus abogados para mantener intacto su imperio aprovechando los vacíos de la ley.
Mientras Rockefeller se defendía de los ataques del estado, surgiría otro rival que iba a poner en riesgo sus planes: La electricidad.
Rockefeller vs La Energía Eléctrica
La invención de la bombilla eléctrica de Thomas Edison en 1879 y el establecimiento de la primer central eléctrica en 1882 por la Edison Illuminating Company, habían abierto paso a una nueva revolución, pero en ese momento el acceso a la energía eléctrica era muy costoso y limitado dado que funcionaba con ineficientes sistemas de corriente directa. Todo cambió cuando un joven inventor llamado Nikola Tesla logró desarrollar generadores de corriente alterna que permitían transmitir energía eléctrica a distancias más largas y a un costo mucho menor que la corriente directa.
Pronto la corriente alterna de Tesla se convirtió en el estándar y comenzó a expandirse por el mundo entero, haciendo que la demanda de kerosene se redujera considerablemente.
Rockefeller trató de usar su poder e influencia para desprestigiar a la electricidad argumentando que la nueva tecnología era peligrosa y letal; sin embargo, estos esfuerzos no dieron resultado.
Al percatarse de que no podía detener la revolución eléctrica, decidió enfocarse en desarrollar nuevos derivados del petróleo.
Se dio cuenta de que un subproducto de la refinación del petróleo había sido desechado por años: la gasolina, una sustancia toxica, volátil y altamente inflamable sin ningún uso práctico.
El empresario contrató a un equipo de científicos para intentar encontrarle un uso a la gasolina. Inicialmente se crearon productos como cera de abeja sintética y jalea de petróleo, pero Rockefeller creía que la sustancia tenía un potencial mayor.
En 1886, el ingeniero alemán Nikolaus Otto patentó el diseño de un motor de combustión interna a cuatro tiempos. Este invento sería la base para el desarrollo de otros modelos de motores que se utilizarían en diversos ámbitos.
Para el funcionamiento de estos motores era necesario el uso de un combustible altamente volátil, como la gasolina.
A medida que los motores de combustión comenzaron a emplearse en fábricas y automóviles, se creó un gran mercado para la gasolina, y Rockefeller, propietario de la reserva de gasolina más grande del mundo, estaba preparado para aprovechar la oportunidad. Además, el empresario también diversificó invirtiendo en sectores como el de la producción de gas natural, logrando no solo mantener sus ganancias pese a la caída de la demanda del kerosene, sino incrementándolas a niveles colosales.
En 1904, Standard Oil controlaba el 91% de la producción de petróleo estadounidense y el 85% de las ventas finales. La mayor parte de su producción era para exportación. Sin embargo, bajo la lupa de la sociedad y del gobierno, la compañía decidió no cometer más abusos ni realizar prácticas desleales contra las otras empresas del sector, ocasionando un aumento considerable de la competencia que redujo su cuota de mercado al 70% en 1906.
El monopolio de Standard Oil Company es desmantelado
Aunque fueron muchos los periodistas e investigadores, tanto públicos como privados, que expusieron las prácticas monopolísticas de Rockefeller, al gobierno le resultó muy difícil hacer frente al poderoso magnate. Fueron necesarios años enteros de litigios solo para llevarlo ante los tribunales.
Finalmente, el 15 de mayo de 1911, la Corte Suprema de los Estados Unidos determinó que la Standard Oil había violado la Ley Sherman Antitrust en su carrera por dominar el mercado del petróleo, por lo que ordenó dividir la compañía.
Tras este proceso de división surgieron 34 empresas independientes, entre las que se encontraban la Jersey Standard (antigua Standard Oil Company of New Jersey), que posteriormente se convirtió en la empresa Exxon; la SOCONY (antigua Standard Oil Company of New York), que años después se transformó en la empresa Mobil; y la SOCAL (antigua Standard Oil Company of California), que eventualmente cambiaría su nombre por Chevron.
Rockefeller logró mantener un gran porcentaje de las acciones de todas esas compañías que surgieron y su familia mantuvo la mayoría del resto de las acciones, por lo que su fortuna no se vio afectada.
La persona más rica de la historia: John D. Rockefeller
Irónicamente, aunque el magnate del petróleo perdió el caso judicial, tras el desmantelamiento de su compañía las acciones que poseía se valorizaron y elevaron su fortuna personal a aproximadamente $1.500 millones de dólares (equivalentes a más de $800 mil millones de dólares en la actualidad), que representaban el 1,6% de la economía estadounidense en ese entonces. Para que te hagas una idea de la magnitud de esta cifra, la persona más rica del mundo en este momento es Jeff Bezos, con una fortuna personal de más de $180 mil millones de dólares. De hecho, la fortuna de Rockefeller traída a la actualidad sería mayor que la suma de las fortunas de las 5 personas más ricas del mundo.
Luego de renunciar a la presidencia de su compañía en 1911, Rockefeller decidió dedicarse por completo a labores filantrópicas y a disfrutar de su fortuna junto a su familia.
“Dios me dio mi dinero. Siempre he considerado un deber religioso ganar todo el dinero que honradamente pudiera y usarlo por el bien de mi prójimo según los dictados de mi conciencia.” -Dijo el empresario.
En 1913, creó la Fundación Rockefeller con un donativo personal de $100 millones de dólares (equivalentes a más de $50 mil millones de dólares actuales). A través de esta fundación se han apoyado por décadas diversas causas sociales relacionadas con educación y salud pública.
A lo largo de su vida, el empresario llegó a donar más de $500 millones de dólares (equivalentes a más de $250 mil millones de dólares en la actualidad), consolidándose como el mayor filántropo de la historia.
El legado de Rockefeller
John Rockefeller murió el 23 de mayo de 1937 a la edad de 97 años en Ormond Beach, Florida, dejando un legado que trascendería hasta nuestros días.
Hoy muchos lo recuerdan por su lado más despiadado, pero sus aportes al desarrollo de la humanidad fueron realmente significativos. A continuación, te mencionamos algunos de ellos:
- Influyó directamente en la reducción del precio del kerosene, permitiendo que fuera asequible para el ciudadano promedio. Antes de Rockefeller, la iluminación era un lujo que solo los más adinerados podían darse.
- Ayudó a la transformación de la economía estadounidense a finales del siglo XIX.
- Contribuyó con la optimización de la producción de la industria petrolera, convirtiéndola en una de las industrias más importantes del mundo.
- Impulsó el desarrollo industrial y el transporte moderno a partir de la producción masiva de combustibles para motores de combustión interna.
- Fue un referente para el desarrollo de teorías administrativas modernas.
- Donó $80 millones de dólares (equivalentes a más de $35 mil millones de dólares actuales) para fundar la Universidad de Chicago, que sería una de las universidades más importantes de Estados Unidos.
- Aportó al desarrollo de la salud mundial a través de su fundación, la cual ha financiado importantes investigaciones y ha liderado la lucha contra diversas enfermedades; aunque esta fundación también ha sido fuertemente criticada por su supuesta participación en experimentos médicos que pusieron en riesgo la salud de los participantes. Uno de estos experimentos fue el realizado por el gobierno estadounidense en 1940, que infectó sífilis a cientos de guatemaltecos. La fundación salió en su defensa argumentando “que la organización no tenía conocimiento, ni diseñó, ni financió, ni administró el experimento”.
Tras la muerte de John Rockefeller comenzaron a surgir toda clase de teorías conspirativas en torno a su vida, su fortuna, su legado y su familia.
Si bien es cierto que a lo largo de la historia la Familia Rockefeller ha jugado un rol importante a nivel social, empresarial y político, su influencia dista mucho de la que llegó a tener John Rockefeller en su momento.
Según Forbes, actualmente toda la familia Rockefeller cuenta con una fortuna combinada de aproximadamente $11 mil millones de dólares, ubicándose en la posición número 23 entre las familias más ricas de Estados Unidos.
Así concluimos la fascinante historia de John Davison Rockefeller, uno de los empresarios más ambiciosos, adinerados, exitosos, poderosos y polémicos que la humanidad ha conocido. Un hombre cuya visión de iluminar los hogares del mundo lo llevó a revolucionar la industria petrolera y le permitió construir el más grande imperio empresarial de la historia moderna. En sus propias palabras:
“Nunca he tenido la ambición de hacer una fortuna. La mera creación de dinero jamás fue mi objetivo. Mi ambición ha sido siempre el construir… Si el único objetivo que tienes en la vida es volverte rico, nunca lo conseguirás.”
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