Con 40 años, un empresario estadounidense dueño de una pequeña compañía de alquiler de DVDs por Internet, fue rechazado con risas por los directivos del gigante Blockbuster. 20 años más tarde se había convertido en multimillonario y, debido a una pandemia, su empresa logró llegar a valer más de $187 mil millones de dólares, posicionándose así por encima del gigante del entretenimiento Disney... ¿Cómo lo logró?
¿Cómo Netflix derrotó a Blockbuster y revolucionó la industria del entretenimiento?
El protagonista de esta historia es Reed Hastings, un empresario estadounidense que nació el 8 de octubre de 1960 en la ciudad de Boston, Massachussets.
Desde muy joven despertó una gran pasión por temas sociales y económicos. Al obtener un título de matemáticas en el Bowdoin College y luego de entrenar todo un verano para convertirse en marine de los Estados Unidos, eligió prestar su servicio militar obligatorio siendo parte de los Peace corp, un programa de voluntariado que realiza misiones en países en vía de desarrollo.
Allí Reed fue profesor durante dos años en escuelas de África, donde muchas veces solo contaba con unos pocos dólares al día para poder transportarse y comer.
“Una vez que tú has tenido que hacer autostop en África con $10 dólares en los bolsillos, comenzar un negocio no parece tan intimidante.” -Dijo Reed en una entrevista.
Su labor de enseñanza fue inspiradora y le permitió abrir su mente a una infinidad de posibilidades. Al regresar a Estados Unidos, estudió una maestría en ciencias de la computación en la universidad de Standford y se graduó en 1988.
Durante dos años trató de encontrar un empleo, pero era rechazado por su falta de experiencia. Finalmente, logró conseguir trabajo como programador para una pequeña empresa de software; allí se encargó de escribir el código de una herramienta para depurar programas.
Un año más tarde decidió renunciar y probar suerte abriendo su propia compañía de software, a la que llamó ”Pure Software”, y cuyo producto estrella era una versión mejorada de la herramienta de depuración de programas que había desarrollado.
Por más de 6 años, Reed se dedicó a crear diferentes soluciones de software para empresas.
En 1997, su compañía absorbe a una pequeña Startup llamada Atria. Allí conocería a su futuro socio: Marc Randolph, quien era uno de los socios y trabajadores de aquella pequeña startup.
Luego de un año más de trabajo incesante, la compañía fue adquirida por una gran empresa en una transacción de $750 millones de dólares.
Tras el proceso de adquisición, la compañía realizó varias reestructuraciones y Reed y Marc fueron relegados de sus puestos; sin embargo, debido a su experiencia, los directivos decidieron mantenerles un contrato que les brindaba un jugoso salario por seis meses, con la condición de que fueran todos los días a sus oficinas y estuvieran preparados por si alguna duda surgía, pero no tendrían que realizar ninguna acción dentro del negocio.
Y, aunque la venta de la empresa les había dado el dinero suficiente para no preocuparse por trabajar durante el resto de sus vidas, ambos emprendedores decidieron unir sus fuerzas y comenzar a pensar en su siguiente emprendimiento.
En busca de una oportunidad de Negocios
Todos los días, Reed pasaba muy temprano para recoger a Marc y camino al trabajo discutían montones de ideas. Inicialmente Randolph quería replicar el éxito que estaba teniendo Amazon con la venta de libros digitales, pero debían encontrar un producto novedoso.
En el viaje de ida, hablaban sobre tendencias y pensaban en todas las ideas posibles. Al llegar al trabajo, Marc investigaba acerca de esas ideas para determinar su viabilidad. En el viaje de regreso, Marc compartía a Reed todo lo que había aprendido a lo largo del día.
Una de las primeras ideas que se les ocurrió, fue crear un sitio web de alquiler de películas, pero descartaron la idea porque en ese entonces las películas se distribuían en formato VHS y enviar los cassettes por correo era demasiado costoso y complejo.
Meses más tarde, y luego de analizar más de 125 ideas diferentes, Reed descubrió el potencial del DVD, un nuevo formato de vídeo que permitía ver películas en una mayor calidad. Al tratarse de un disco compacto, era muy ligero y podría ser más fácil de distribuir que el VHS.
A la mañana siguiente, Mark y Reed deciden hacer una prueba enviando un CD por correo y, en tan solo 24 horas, tuvieron la encomienda en el buzón de su casa en perfectas condiciones. Con este sistema validado, se pusieron manos a la obra para programar un prototipo de la idea, a la que llamarón ”Netflix”.
6 meses más tarde, los emprendedores lanzaron su plataforma para rentar DVDs. Cada vez que un usuario rentaba una película, esta era enviada por correo postal con el porte pagado para su devolución en 7 días. Cuando el cliente la regresara, recibiría la siguiente película de su interés.
A pesar de que el formato de DVD era muy reciente y de que para 1998 solo el 1% de los estadounidenses contaban con un reproductor de dicho formato, en tan solo 24 horas ya habían alcanzado sus primeros 100 pedidos.
Como dato curioso, popularmente se cree que la idea de Netflix nació luego de que a Reed Hastings le cobraran una multa de $40 dólares en Blockbuster por el retraso en la devolución del VHS de la película Apolo XIII que había rentado, pero esto no es más que un mito porque, de hecho, en sus inicios Netflix también tenía fecha límite de devolución y cargos por retraso. Sin embargo, el propio Reed se ha encargado de alimentar este mito como estrategia para viralizar la historia de la compañía.
Con su empresa en marcha, Reed y Marc no paraban de pensar en nuevas opciones para brindar a los clientes de su negocio, así que contantemente ampliaban su catálogo de películas.
Para 1999, decidieron pivotar su modelo de negocio de renta de películas a un servicio de suscripción, en el que los usuarios pagarían una pequeña cantidad al mes y podrían pedir cualquier cantidad de películas, pero sin llegar a tener en su poder más de 4 DVDs. Además, Reed decidió eliminar el tiempo límite de devolución y suprimir completamente las multas por retraso, que era un modelo muy utilizado por los grandes videoclubs de la época.
El nuevo modelo fue un completo éxito. En las siguientes semanas, miles de nuevos suscriptores se sumaron a la plataforma.
Meses más tarde, Marc implementó un algoritmo que se encargaba de estudiar los gustos del usuario para recomendarle las películas que podrían interesarle, lo que motivaba al usuario a mantener su suscripción para poder ver todas las películas de su lista de deseos.
Poco a poco la empresa iba creciendo y los emprendedores lograron cerrar tratos con compañías como Toshiba y Sony para regalar suscripciones a aquellos que compraran reproductores de DVDs. En unos cuantos meses, alcanzaron la cifra de 300 mil suscriptores; sin embargo, pese a los resultados positivos, Reed y Marc tenían un profundo miedo de que grandes compañías como Amazon, Walmart o incluso el propio Blockbuster, comenzaran a vender o alquilar películas en DVD, poniendo en riesgo la existencia de Netflix.
Netflix vs Blockbuster: el fin de una era y el comienzo de una nueva
Durante meses intentaron ponerse en contacto con los ejecutivos de Blockbuster para negociar una alianza estrategia. Para el año 2000, dicha empresa facturaba más de $6 mil millones de dólares al año y era la empresa líder en el mercado de los videoclubs, con más de 9000 tiendas alrededor del mundo. Finalmente, para el otoño del año 2000, Reed y Marc consiguieron agendar una reunión con los ejecutivos de Blockbuster.
La propuesta de Netflix era administrar una plataforma online de renta de DVDs para Blockbuster que respetara todas las ideas que habían implementado hasta ese entonces. La idea les pareció poco prometedora a los ejecutivos de la gran compañía y le preguntaron a el par de emprendedores cuánto creían que valía su empresa, a lo que Reed Hastings respondió nervioso que Netflix valía $50 millones de dólares. Los ejecutivos, en cabeza de John Antioco, el entonces CEO de Blockbuster, respondieron con una carcajada y los dos emprendedores dejaron las oficinas con una gran frustración e incertidumbre sobre el futuro de su compañía.
A pesar de ese duro golpe, decidieron no darse por vencidos y continuaron trabajando fuertemente en su plataforma online de películas por suscripción. Cada cierto tiempo añadían nuevas películas al catálogo y la compañía se vería ampliamente beneficiada cuando, a partir del 2001, el reproductor de DVD comienza a ser mas asequible y es adoptado por miles de personas como la mejor tecnología para ver películas en casa.
En el año 2002, Netflix sale a la bolsa y vende más de $75 millones de dólares en acciones. Dicho capital le da un tremendo impulso a la compañía y le permite cerrar tratos con grandes productoras de películas para añadir sus títulos al catálogo, aumentando este a más de 15.000 títulos disponibles.
Para el año 2003, la compañía logra obtener su primer millón de suscriptores mensuales y sigue cerrando tratos con grandes productoras de cine. En ese momento, el éxito que estaba teniendo la plataforma atrae el interés de Blockbuster y Walmart, que intentan entrar en el negocio, pero ya era demasiado tarde. Luego de una ardua batalla en la tarifa de precios de la suscripción en el servicio de las tres compañías, Reed enfocó sus esfuerzos en mejorar la calidad de su servicio. Esto terminó por derrotar a sus dos competidores, que pronto desistieron de la idea.
En el 2004, viendo el amplio crecimiento que estaba teniendo la empresa, Marc Randolph decide retirarse de la compañía, pues siempre prefirió las empresas en fase de iniciación, así que se convirtió en un inversionista ángel de renombre en Silicon Valley.
Para el año 2007, Netflix ya había entregado 1.000 millones de DVDs a sus usuarios, ratificando así el éxito de su modelo de negocios; sin embargo, cuando la compañía parecía pasar por su mejor momento, de repente comenzó a tener pérdidas millonarias luego de que cientos de usuarios cancelaran su suscripción y los inversionistas entraran en pánico.
Reinventándose para sobrevivir
Con la llegada de nuevas tecnologías y la masificación de Internet, muchas personas comenzaban a cambiar la forma de consumir contenidos. Reed Hastings ya había pensado en esa posibilidad desde el año 2001, y llevaba varios años trabajando con su equipo en una funcionalidad para descargar desde la plataforma las películas de las que Netflix poseía los derechos. Sin embargo, guiados por el éxito de plataformas como YouTube, decidieron migrar el modelo de negocio de la plataforma al Streaming y desarrollaron la tecnología necesaria para que los usuarios pudieran ver las películas conectados a Internet sin la necesidad de descargarlas.
Reed imaginaba que en el futuro las personas no tendrían que esperar a que los DVDs llegaran a las puertas de sus casas y simplemente podrían conectarse a Internet y ver cualquier película inmediatamente.
Los inversionistas pensaron que Hastings estaba loco, pues los derechos de las películas que habían adquirido eran bastante antiguas y probablemente la gente las había visto cientos de veces. Adicional a esto, las personas normalmente veían películas en sus televisores, no en sus computadoras, y Netflix solo podría reproducir contenidos en estas. Así que Reed, en muestra de su gran visión y determinación, tomó la decisión de dar una prueba gratuita del servicio a todos sus suscriptores; algo que terminó por convencer a sus inversores de que era una mala idea y que estaba loco.
Sin embargo, él tenía una estrategia a largo plazo. Durante los próximos años se iba a encargar de cerrar tratos con Disney y Sony para ampliar su catálogo de streaming a más de 11 mil títulos. Esto le costó a la compañía más de $20 millones de dólares. Además, Netflix comenzó a extender su servicio de streaming a distintas plataformas, como consolas de videojuegos y dispositivos móviles.
Dicho aumento de catálogo y accesibilidad, rindió frutos para la compañía, permitiéndole atraer masivamente nuevos suscriptores.
Para el año 2011, un año después de que Blockbuster se declarará en quiebra, Netflix llega a los 20 millones de suscriptores, generando ingresos por más de $2 mil millones de dólares mensuales.
A pesar del éxito de su estrategia, no todas las decisiones de Hastings eran buenas. En 2011, Netflix anunció que subiría el precio de su suscripción en un 60% y que iba a dedicarse completamente al servicio de streaming, migrando su servicio de alquiler de DVDs a una nueva plataforma llamada Quickster. Dicha movida tuvo una alta desaprobación y le costó a la compañía la perdida de 800 mil suscriptores; así que Reed no tardó en darse cuenta del error y rectificarlo, ofreciendo disculpas públicamente y dedicándose a mejorar la calidad del servicio de streaming.
Netflix seguía creciendo, pero Reed no se quedaba cruzado de brazos. Se dio cuenta que eventualmente nacerían competidores y que las grandes cadenas de televisión optarían por migrar al servicio de streaming en el futuro. Esto podría dejar a Netflix sin los derechos de gran parte de su catálogo, así que la mejor forma de competir con dicho panorama era crear contenido exclusivo para la plataforma.
Una vez más, en una arriesgada jugada Netflix comienza la producción de una serie de 13 episodios que costó $60 millones de dólares, llamada ”House of Cards”. Dicha serie fue lanzada exclusivamente en la plataforma en el 2013. Al momento de lanzarla, Reed pensó que, a diferencia de las cadenas televisivas que lanzaban un episodio cada semana para mantener la expectativa del público, Netflix lanzaría todos los capítulos de la temporada el mismo día; así, los usuarios podían verla de principio a fin en unas pocas horas si así lo deseaban.
Para muchos, otra loca idea de Hastings; pues esto podría disminuir la retención de suscriptores a futuro. Pero, este simple detalle se convirtió en insignia de la plataforma y hoy en día ha llevado a los fans de las series producidas por Netflix a realizar maratones para ver la temporada completa de su serie favorita en solo un par de días.
En el año 2014, Netflix ya contaba con cuatro producciones exclusivas y estaba desarrollando varias más. Su catálogo era de más de 8 mil títulos entre series y películas. Para ese momento, la plataforma había superado los 40 millones de suscriptores y recibía ingresos mensuales por cerca de $1.000 millones de dólares, convirtiendo a Reed en multimillonario con una fortuna personal de más de $4.700 millones de dólares.
El año 2015 fue un gran año para Netflix, pero fue el punto final para su máximo rival. Ese año, Blockbuster cesó definitivamente sus operaciones, dejando abierta solo una tienda en Bend, Oregon, que hasta hoy funciona atrayendo principalmente turistas. Una muestra clara de la falta de visión e innovación del gigante mundial de los videoclubs. Por otra parte, los éxitos para Netflix no hacían más que comenzar. En el año 2020, un suceso histórico mundial catapultaría la empresa al siguiente nivel.
Una crisis que llevó a Netflix a superar a Disney
La expansión del brote de un virus que comenzó en China, llamado SARS-CoV-2 y conocido también como COVID-19 o Coronavirus, haría que todas las naciones tomaran medidas preventivas contra el contagio del virus que estaba siendo mortal en gran parte de Europa y Asia.
Ante la necesidad del aislamiento preventivo, los suscriptores de la plataforma aumentaron considerablemente y las acciones de la compañía se dispararon. Para abril del año 2020, la compañía llegó a valer más de $187 mil millones de dólares, superando al gigante del entrenamiento The Walt Disney Company, que valía en ese momento $186 mil millones de dólares y cuyo valor del mercado cayó debido al cierre indefinido de sus parques. Así, Netflix se posicionó como una de las empresas más grandes y lucrativas de la industria del entretenimiento.
Actualmente, Netflix cuenta con más de 180 millones de suscriptores, funciona en casi todos los países alrededor del mundo, se ha convertido en una de las compañías de entretenimiento más grandes de la historia e invierte gran parte de sus ganancias en la producción de series y películas que cuentan con una alta calidad, excelentes actores e historias memorables.
Reed, por su parte, tiene 60 años y sigue ejerciendo sus labores como CEO de Netflix. En sus ratos libres apoya e invierte grandes cantidades de su fortuna para mejorar la educación de Estados Unidos y de varios países en desarrollo. Además, hace parte del programa “La promesa de dar”, fundada por los multimillonarios Bill Gates y Warren Buffet, en la que Reed se compromete a donar gran parte de su fortuna a la caridad cuando llegue el momento de su muerte.
Así concluimos la inspiradora historia de Reed Hastings, un empresario visionario que, con determinación, estrategia e innovación, logró convertir un montón de “malas ideas” en un negocio multimillonario que revolucionó la industria del entretemiento a nivel global y que cambió por completo la forma en que las personas estaban acostumbradas a consumir contenidos. En sus propias palabras:
“Muchas ideas de emprendimiento que suenan bastante alocadas, estúpidas e inviables financieramente al principio, terminarán funcionando… Se aprende más de un fracaso, que del éxito. No tengas miedo a cometer errores.”
Este articulo tiene 2 comentarios
Excelente experiencia de la visión de estos empresarios y la falta de visión de otros. Es muy importante mirar adelante y no quedarse en los laureles.
ResponderSi te gustan los programas de televisión tanto como a mí, deberías unirte a una plataforma de transmisión en línea. Me gusta ver programas porque desencadenan una oleada de buenos sentimientos y pueden animar series a la gente incluso en un momento tan difícil para la humanidad. Ir a-elegir algo que te gusta y animarse!
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