Emprender no es tarea sencilla, siempre hay contratiempos y es tarea del emprendedor comprenderlo; sin embargo, puedes ahorrarte muchos dolores de cabeza si comienzas tu emprendimiento aclarando tus ideas, resolviendo tus dudas y dirigiendo mejor tu camino desde antes que lances tu empresa.
Lo que muchos emprendedores hacen es que tienen una necesidad de autoempleo y, ante la urgencia, deciden lanzar su negocio sin pensarlo antes, así que muchas veces no sucede como esperaban, por ello, te damos una pequeña guía que te ayudará a establecer tu negocio con una base sólida.
Haz tangibles tus ideas de negocio
1. Conoce tus habilidades
Antes de tener una idea de lo que quieres emprender, debes preguntarte lo siguiente: ¿en qué soy bueno? Responder esta pregunta puede ser muy sencillo o lo más complicado que jamás hayas experimentado, porque muchas personas saben en qué destacan y otras tantas nunca lo han descubierto.
Si todavía no sabes exactamente en qué eres bueno, puedes detenerte un momento y verificar tus capacidades. Usualmente ¿por qué te contratan o qué actividades desarrollas? ¿Qué roles asumes ante un trabajo grupal?, finalmente puedes preguntarte ¿por qué actividad has recibido un cumplido y que consideraste como algo sencillo?
La finalidad de estas preguntas es que tengas conciencia de tus habilidades y de esta manera explotarlas en tus ideas de negocio. Con ello en mente, podrás desarrollar tu confianza con tus clientes, así como aumentar tu seguridad, que provocará seguridad en tí mismo y por consecuencia más competente.
Una vez que tengas claro esta habilidad, es momento de pensar en lo que viene: tu idea de negocio, pero antes de que comiences a trabajar en ella es primordial que te enteres de las oportunidades.
2. Observa a tu alrededor
Lo primero que debes hacer es observar tu entorno, y no se trata de un momento de contemplación, sino entender qué le duele al mercado, las necesidades que no se están cubriendo o de qué manera se puede mejorar lo que ya se está haciendo. La mezcla de esta observación y tu habilidad podrá darte una pista para saber cómo puedes solucionar estas dolencias.
La situación que surge de observar y poner atención a lo que haces se puede entender como oportunidad. Por un lado, tu ecosistema tiene una necesidad de solución, busca formas nuevas y más sencillas de hacer las cosas; mientras que tú, con tu habilidad tienes la oportunidad de ofrecer esta solución práctica y confiable.
Sin embargo, debes tener en claro que una oportunidad no importa mucho si jamás se realiza una acción al respecto: puedes tener muchas ideas o soluciones bien establecidas, pero si no haces nada por resolverlas, se quedarán en ideas y no más. Así que es bien importante actuar ante la oportunidad.
Es verdad que muchos emprendedores están haciendo lo mismo: buscando una oportunidad, también es que no hay muchas, ya que casi todo está resuelto, pero no te desanimes y es aquí donde debes identificar en tu talento, así conocerás cómo solucionar un problema de una forma única, lo que en tu empresa se verá como la ventaja competitiva.
Y esta ventaja no tiene que ser una habilidad profesional, incluso puede irse a las relaciones públicas, en caso de que tengas conocidos que te ayuden a acelerar ciertos procesos, que te permita realizar importaciones de una manera directa o que conozcas a tus proveedores desde antes, eso será una ventaja competitiva que debes explotar.
3. Ayuda a tus posibles consumidores
Si ya encontraste la oportunidad piensa en esto: ¿qué es lo que esperan tus consumidores? Deja a un lado tu producto e incluso la solución existente, piensa en qué manera puedes solucionar un problema a tus clientes, de qué nueva forma podrás darles una solución a un problema que han tenido con los años.
Los ejemplos son muchos en productos y servicios; pero en el caso de la banca hay dos productos clave que cambiaron gracias a los comentarios de los consumidores: abrir una cuenta y las terminales punto de venta. Ambas han evolucionado a un proceso más corto, para solucionar un problema ya existente, pero desde otro punto de vista.
Para ofrecer estas soluciones, primero se entendió al consumidor, sus retos diarios y de qué manera podía simplificar el proceso. Por eso, es necesario conocer a tu consumidor.
Lo primero que harás es identificar a tu consumidor, no des por hecho que cualquiera puede comprar tu solución, solo es un sector específico y en ellos tendrás que enfocarte. En segundo lugar, tienes que establecer de qué manera quiere solucionar su problema y por último identificar el contexto de la situación.
Sigamos con el ejemplo de las terminales móviles, todo queda en esta frase: El consumidor necesita cobrar con tarjeta en cualquier lugar y sin tener una cuenta de banco empresarial. En el enunciado, lo primero que está en negritas indica qué quiere solucionar y lo segundo el contexto del momento.
Con esto claro, es momento de crear tu primer modelo de negocio.
4. Planea tu idea de negocio
Para evitar salir al mercado y darte un golpe de realidad, es necesario crear tu “primer borrador” que te permitirá evaluar si tu idea es factible o no. Quizá hayas escuchado el término prototipo y eso es exactamente lo que harás, decide si harás un prototipo rápido o un producto mínimo viable.
El primero es una solución que sirve para analizar atributos muy específicos del producto o negocio, mientras que el segundo es lo mínimo establecido para salir al mercado y comenzar a mejorarlo con los comentarios del cliente.
Los prototipos rápidos sirven para evaluar servicios o productos que sería difícil crear, por ejemplo, unos nuevos audífonos, un teléfono móvil con un diseño único o un wearable que pocas veces ha sido visto. Para desarrollar un ejercicio de este tipo basta con definir un contexto, identificar el tema o conflicto, asignar a cada participante su papel y luego hacer el experimento.
El producto mínimo viable es la versión más básica de tu producto que un cliente aceptaría para la compra. Es una versión “beta” de lo que tienes en mente para tu producto. Lo mínimo puede ser como un video que explique tu producto o toda una experiencia que los clientes vivan. Entiende que un producto mínimo viable es una parte de lo que es el total de tu producto o servicio, así que simplemente estudia si tus posibles clientes estarían dispuestos a adquirirlo.
5. Lanza tu producto
Qué es mejor seguir esperando para lanzar tu producto como quieres o lanzar uno con lo mínimo que tengas. Este dilema lo respondimos unas líneas atrás: si no aprovechas la oportunidad, se puede ir y alguien más puede dar una solución antes que tú.
Es mejor tener un producto con lo mínimo para comenzar a venderlo, comenzar a posicionarte, recibir retroalimentación de tus clientes e iniciar tu proyecto con mejores bases y listo para mejorar poco a poco.
Lo interesante de esta estrategia es que estás dispuesto a crear un producto o lanzar un servicio que se pueda construir al lado de tus clientes, así que estás creando una solución real que cumple un propósito y casi hecho a su medida. Además, estás dejando a un lado las objeciones por las que no lanzas un producto y aprovechas al máximo la oportunidad que identificaste.
6. Falla y aprende de ello
En el mundo empresarial se habla mucho de la importancia de fracasar, que todos deben hacerlo para triunfar, pero la verdad lo que menos quieres es que eso suceda porque estás invirtiendo todos tus ahorros y nadie inicia un proyecto con la intención de fracasar, por eso mejor falla.
Se vale cometer errores y sanarlos de inmediato, construir soluciones para cada uno de ellos y que se establezcan como formas de trabajo. No te lamentes, ve todo esto como oportunidades que se te presentan día a día.
Lo más importante de fallar es aprender de eso, si simplemente estás fallando y tapando tus errores, no estás aprendiendo nada. Quieres fallar para encontrar soluciones que no planeaste y establecerlas como nuevas metodologías de trabajo.
Ten presente que fallar no significa que tu negocio se vaya a la quiebra, sino que suceda un error y actúes de inmediato para solucionarlo, aprendas de ello y tengas un plan de acción funcional.
¿Cómo crear una empresa paso a paso?
Una cosa es tener una idea de negocios y otra muy distinta es tener una empresa. El proceso para convertir una idea en una empresa es todo un reto y demanda de coraje, enfoque, estrategia y determinación. En el siguiente video te explicamos paso a paso cómo crear tu empresa aplicando los principios y herramientas de la metodología Lean Startup. ¡Dale Play!
Conclusión
Lanzar un negocio no es simplemente tener una idea, se trata de establecer un plan de acción para aplicar tu idea en el momento adecuado. Una vez que tengas claro esto, es momento de probar tu producto o servicio con distintos clientes y así probar si tu producto está cumpliendo con las necesidades de tus posibles compradores.
Lo ideal cuando tengas claro qué producto o servicio vender, no esperes hasta que esté todas sus funcionalidades, puedes lanzarlo con el mínimo que sirva a tus clientes y de ahí crear, mejorar y cambiar tu producto o servicio con la retroalimentación de tus compradores.
Ser un emprendedor debe de pensarse muy bien, no porque sea imposible, sino porque no se trata de fallar, sino de resaltar para solucionar los problemas de tus clientes.
Acerca del autor: Este artículo fue escrito por Juan Rascón.
1 comentarios:
Muchas gracias, este artículo es de mucha ayuda para aquellos que pretende iniciar su negocio.
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