¿Cuántas veces nos hemos encontrado en una situación económica difícil, y, al buscar una solución hemos deseado emprender un proyecto de venta de productos, pero no sabemos qué podríamos vender? Pues con la historia de este video va a quedar demostrado que no hace falta el producto perfecto; y que, literalmente, si logras entrar al mercado en el momento exacto, se pueden vender hasta piedras...
La historia de Gary Dahl, un hombre que logró hacerse millonario vendiendo piedras
Gary Dahl era un redactor publicitario estadounidense que trabajaba de forma independiente. Cuando tenia 41 años se encontraba en la quiebra. Un día, tomando unas cervezas con sus amigos, estos comenzaron a hablar sobre mascotas, y cuánto mantenimiento y atención requerían algunas. Allí Gary dijo que las mascotas perfectas eran las rocas, pues estas no necesitaban ser alimentadas, ni cuidadas, siempre estarían allí donde uno las dejara y, lo mejor, era que no podían morir.
En 1975, Lo que comenzó como una broma entre amigos, poco a poco empezó a dar vueltas en la cabeza de Dahl. Así que, impulsado por su mala situación económica, decidió probar su suerte. Compró unas cuantas rocas por ¢1 centavo de dólar cada una, les diseño un empaque y un “manual de cuidados”, invirtió unos cuantos dólares más en la impresión de los empaques y las puso a la venta con el nombre de “Pet Rocks” en tiendas de juguetes locales.
Una idea millonaria: vender piedras como mascotas
Las rocas se comercializaban a un precio de $4 dólares cada una, que ahora serian el equivalente a unos $15 dólares. Y, aunque los primeros días tuvieron un bajo recibimiento, con el pasar de las semanas comenzaron a venderse en cantidades impresionantes. Durante seis meses eran el producto más vendido de las tiendas de cadena. Para diciembre de 1975 era el regalo perfecto para navidades.
Fue así como, antes de su primer año de salir a la venta, ya se habían vendido más de 5 millones de “Pet Rocks”, lo que convirtió automáticamente a Gary en multimillonario. El empaque y distribución de las piedras llegó a dar trabajo a más de 30 personas. Para febrero del 1976, las ventas comenzaron a bajar, así que Gary decidió descontinuar el producto. Sin embargo, para entonces había logrado generar ingresos netos por más de $2 mil millones de dólares de la época.
Existen varias razones por las que el producto tuvo tan buena acogida pese a lo absurdo de la idea: en primer lugar, el contexto social de mediados de los 70s, ya que en esa época se encontraban en pleno auge los movimientos culturales pacifistas, que buscaban el desprendimiento de lo material, una conexión directa con la naturaleza, y un fuerte deseo por la libertad.
Y, en segundo lugar, la presentación del producto. Las Rocas mascota eran distribuidas en una bonita caja de cartón con agujeros de ventilación, que simulaba un portador de mascotas. Dentro de la misma se encontraba un manual de 32 páginas y sobre un nido de paja la nueva mascota adquirida por el usuario, que no era nada más que una piedra lisa importada de una playa de México.
El manual contenía instrucciones sobre el cuidado de la mascota y listaba sus ventajas de una forma hilarante y divertida. Frases cómo “Nunca lleve su Pet Rock a nadar, pues son malos nadadores y se hundirán hasta el fondo”, eran parte de los chistes que contenía el manual.
Luego del gran éxito de su producto, Gary decidió invertir su fortuna en un Mercedes Benz, compró una gran casa con piscina, y adquirió una taberna y un negocio de corretaje de veleros.
Explorando nuevas oportunidades de negocios
Intento replicar el éxito de las Pet Rocks en varias ocasiones, vendiendo tubos de arena y cubos acrílicos con tierra traída de contrabando desde china, con la premisa de que si suficientes estadounidenses adquirirían uno, en poco tiempo tendrían el país asiático en su poder. Sin embargo, ninguno de esos negocios prosperó.
En el año 2001 escribió el libro "Advertising for Dummies" (Publicidad para tontos) que tuvo un recibimiento aceptable.
Gary Dahl fallece el 23 de marzo del 2015 a la edad de 78 años, dejándonos una serie de lecciones importantes sobre las oportunidades de emprender que existen en el mundo.
Con su historia podemos aprender que no hace falta un producto perfecto, pero si es importante tener mucho ingenio y cuidar los detalles a la hora de diseñar el mismo. También podemos ver que es importante estudiar el contexto social y cultural al que va dirigido nuestro producto, pues este factor es determinante en el éxito del mismo.
Como última lección, si tienes como propósito iniciar tu propio negocio o comercializar tus propios productos o servicios, no tengas miedo y trabaja ya mismo en tu idea. Analiza tu mercado, ponle mucha creatividad, construye una estrategia de ventas efectiva y persevera. No importa si parece algo absurdo al comienzo, siempre recuerda que hubo alguien allá afuera que se hizo multimillonario vendiendo piedras.
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