Un equipo de trabajo necesita tener armonía para poder funcionar bien. No se trata de establecer jerarquías en que los jefes son intocables y están por encima del resto, sino que lograr un equilibrio que beneficie a todos.
El conseguir una relación de trabajo colaborativa en la que todos se sientan importantes y no tengan miedo de recurrir a quienes están por encima en cuanto a cargos, requiere hacer un trabajo en equipo en la que cada persona pueda contribuir desde su punto de vista.
Para formar y mantener equipos de trabajo fuera de las estructuras tradicionales sin que por ello reine la anarquía, deberías seguir los consejos de expertos para hacer de la experiencia laboral no solo más rica y agradable sino que también productiva.
Creando un equipo de trabajo equilibrado
Un equipo de trabajo pasa mucho tiempo junto y el hacer de esos momentos una ocasión agradable y enriquecedora para todos, necesita de una dinámica especial que solo un buen líder puede lograr.
Un buen trabajo en equipo mejora la productividad, gracias a que aumenta el compromiso de los trabajadores y, al haber un ambiente agradable estos rendirán al máximo, reduciendo el estrés que puede generar el estar en un grupo competitivo y desagradable.
Un líder positivo
El primer paso para crear un buen grupo de trabajo es escoger un líder positivo y con la humildad suficiente para aceptar sugerencias de sus subordinados, reconocer sus errores y estar dispuesto a enseñar y aprender a la vez.
Un buen líder no ridiculiza no reprende de manera negativa, sino que aprovecha los errores como una instancia de aprendizaje para todo el equipo, sin señalar individualmente a quien se equivocó. Eso evita que esa persona se sienta mal y además lo estimula a mejorar.
El líder positivo mantiene una comunicación abierta con el resto del equipo de trabajo, los que saben que pueden recurrir a él con sus dudas, problemas y sugerencias. No por eso tiene que convertirse en un amigo, sino que ser un líder que represente tanto los intereses de la empresa como de las personas que en ella trabajan.
Aprender a delegar y confiar en el resto
En un grupo de trabajo unido se conocen las cualidades y defectos del otro, por lo que las tareas se pueden ir delegando a la persona cuyo perfil se ajuste mejor a las necesidades que esa labor requiere.
Para poder delegar tranquilamente, el líder y otras personas con visión de liderazgo en el equipo deben aprender a confiar en quienes forman parte de sus equipos, ya que, si bien se requiere supervisión, el tener la confianza de que los compañeros de grupo saben lo que hacen y son capaces de pedir ayuda de ser necesario, tranquiliza y permite dedicar el tiempo a otras labores.
Crear un equipo de trabajo agradable
Es común que en la oficina conozcamos solo el lado profesional de los compañeros, lo que cierra puertas a generar relaciones más ricas y profundas. En un grupo de trabajo hay que dar espacios para conocerse mejor y así saber qué es lo que el otro considera importante o lo que puede afectarle negativamente.
El crear actividades grupales lúdicas fuera del ambiente formal de la oficina es una buena idea, pero no basta con una sola jornada, sino de convertirlo en una costumbre que no tiene porque ser cara o elaborada.
Celebrar cumpleaños u ocasiones importantes, almuerzos de camaradería o incluso encuentros familiares, harán que este grupo de trabajadores pase a ser un equipo en que las personas se aprecian más allá de lo meramente profesional.
El mantener el equilibrio en un grupo de trabajo no es una tarea titánica, pero sí requiere esfuerzo y las ganas de salirse de lo tradicional para generar un equipo bien unido para beneficios no solo productivos, sino que personales.
Si quieres aprender más del tema, te recomendamos el Programa de Liderazgo y trabajo en equipo en grupos de mejora continua ofrecido por La Universidad Politécnica de Valencia.
Acerca del autor: Este articulo fue escrito por Influimos.
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