Existen muy buenas razones para convertirse en un emprendedor. Actualmente, no sólo se celebra el espíritu empresarial, sino que el entorno te dice constantemente que es posible y gratificante. Incluso aquellos que no han tomado la decisión, fantasean con dirigir un negocio propio, bien sea por que sienten que guardan un potencial creativo, buscan un sentimiento de autonomía o la oportunidad de seguir su pasión.
Sin embargo, también existen algunas razones "equivocadas" para convertirse en un emprendedor, y si estas son tu única motivación para enfrentar todo el reto que supone poner en marcha una empresa, es muy probable que termines insatisfecho con tu proyecto, te desgastes o fracases:
1. Para hacerte rico de la noche a la mañana
Gracias a la popularidad de los emprendedores atípicos que parecen convertirse en multimillonarios de la noche a la mañana, existe la falsa creencia de que el emprendimiento es la vía rápida para hacerse rico. Como propietario de tu negocio, tendrás derecho a por lo menos una parte de los beneficios que tu empresa hace (y potencialmente todo, si no hay otros propietarios).
Sin embargo, eso no garantiza que tu negocio sea rentable, o que tendrá éxito indefinidamente. Ciertamente, es posible vivir bien del negocio, pero no puedes contar con hacerte millonario de una, incluso con una buena idea.
Estar motivado sólo por el dinero interferirá con la capacidad para tomar decisiones en tu emprendimiento a largo plazo, y te dejará sintiéndote insatisfecho y estresado por no cumplir con las inalcanzables metas propuestas.
2. Para hacerte famoso
Es cierto que convertirse en un empresario tiene el potencial de aumentar la visibilidad personal, especialmente si la estrategia de marketing se basa en la exposición a los medios de comunicación.
Sin embargo, la búsqueda de la creación de empresas y la gestión, simplemente teniendo como único motivo ganar popularidad, es una mala idea. Perseguir incesantemente más oportunidades para tu marca personal te alejará de la oficina, donde tu presencia es necesaria. Además, la idea de emprendimiento exitoso se verá muy distorsionada por el deseo de relevancia.
3. Tener vacaciones ilimitadas
Sí, es cierto, como empresario conseguirás ser dueño de tu tiempo y hacer tu propio horario. Establecerás tus propias horas, trabajarás los días que desees y te puedes tomar un tiempo ilimitado de vacaciones, si así lo quieres.
Pero, recuerda, el éxito del negocio dependerá del esfuerzo que le pones, y la desafortunada realidad es que son muy altas las probabilidades de que tu primer negocio fracase.
Si estás ocupado viajando seis meses del año, no tendrás suficiente tiempo para invertir en el negocio y convertirlo en un éxito. En su lugar, lo más probable es que no tendrás mucho tiempo para días regulares de descanso por lo menos durante un año o dos.
4. Tratar de complacer a todo el mundo
Algunos empresarios comienzan negocios porque les gusta la idea de ser una fuerza positiva en el mundo. Ellos quieren construir un gran equipo, cuidar de sus empleados, hacer que los clientes sean felices y hacer del mundo un lugar mejor.
Sin embargo, esta mentalidad puede conducir a decisiones empresariales muy pobres. Por ejemplo, tendrás más probabilidades de seguir reteniendo a trabajadores improductivos, en lugar de tomar la difícil decisión de despedirlos, porque te has apegado a ellos. Mantendrás clientes no rentables porque se niegan a seguir adelante. Sacrificarás tu propia rentabilidad por otras causas.
Puedes estar dispuesto a hacer esos sacrificios, pero no le harás bien a nadie si terminas haciendo todas esas concesiones. Como propietario de un negocio, tu responsabilidad principal debe ser tomar las decisiones correctas para el mismo.
Esta posición te hará sentirte como un padre o madre, y al negocio como tu hijo. Depende de ti protegerlo y nutrirlo. Después de todo, si no lo haces tú, ¿quién lo hará?
"No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo." -Woody Allen
5. "¿Por qué no?"
Es posible que no tengas una motivación específica. Puede ser que apenas tienes una idea y la impresión de que cualquier persona puede convertirse en dueño de su propia empresa.
En ese momento, también podrías estar pensando: "¿Por qué no?" Y estar construyendo un negocio sin otra razón que el hecho de que lo puedes hacer. Este es un enfoque caprichoso que tiene posibilidad de éxito, pero es más probable que comiencen a surgir problemas que no tenías idea que existían.
¿Tienes un modelo financiero? ¿Sabes cuánto capital necesitas para comenzar o qué competidores están ahí afuera? ¿Eres lo suficientemente fuerte psicológicamente? Debes prepararte para saber cómo enfrentar los desafíos que se te puedan presentar.
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Este articulo fue escrito por Edith Gómez, editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
1 comentarios:
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