La situación de crisis económica ha sido la responsable de que muchos españoles hayan perdido su empleo en los últimos años. Pero también ha tenido como consecuencia que la gran mayoría de jóvenes recién licenciados y sobradamente preparados hayan salido al mercado laboral sin unas oportunidades dignas de trabajo.
La solución a esta situación ha sido, para muchos, establecerse por cuenta propia y crear su empresa. El problema es que sacar un negocio adelante en estos tiempos es una tarea muy complicada, todo un reto. Al igual que se han creado nuevas oportunidades, también se han acentuado problemas y enfermedades, como el estrés, por ejemplo.
Pero uno de los síndromes más están sufriendo tanto los empresarios que han tenido que hacer frente a la crisis y que han sobrevivido, mejor o peor a sus reveses, como los valientes que han decidido emprender, es el Síndrome de la Vida Ocupada.
Este padecimiento, reconocido por los investigadores del centro de investigación escocés CPS Research, consiste en la combinación de falta de concentración y una leve pérdida de memoria causada por la actividad laboral de personas que sufren estrés.
Según el estudio realizado por este centro de investigación, se trata de un síndrome que afecta especialmente a jóvenes emprendedores que dedican muchas horas al trabajo y que reciben un exceso de información cada día. Parece ser que, cuanto más joven es el empresario, mayor es el número de canales a través de los cuales recibe la información (televisión, radio, prensa, Internet, redes sociales…) y por eso son más propensos a padecer este síndrome.
Este padecimiento se refleja, como hemos citado, en pérdidas de memoria, pero se refiere a pequeños lapsus y descuidos como los relacionados con nombres de personas a las que conocemos, horarios de citas y reuniones y a recordar dónde has dejado determinados objetos como el móvil, las llaves, las gafas o la cartera.
No se trata de una enfermedad grave, pero sí de un envejecimiento prematuro del cerebro que debemos intentar combatir. Algunos consejos para hacerlo son los siguientes:
- Haz deporte: Elige una actividad física que te guste, con la que realmente disfrutes, y practícala al menos dos veces por semana. Relajarás tu mente y desconectarás de todo el estrés laboral.
- Desconecta: Cuando llegues a casa, olvídate del móvil y del ordenador y cámbialo por una película, una cena con tu familia o un rato de lectura. Estar conectado permanentemente te genera un estrés innecesario. Muy pocas cosas requieren tu atención las 24 horas al día.
- Haz anotaciones: Ten una agenda o utiliza blocs de notas (ver aquí) para apuntar todo lo que no sea necesario recordar: horarios de reuniones y citas, correo electrónicos o teléfonos de contacto… De esta forma liberarás a tu cerebro de información que puedes llevar contigo a todas partes sin necesidad de tener que recordarla.
- Distingue entre tu tiempo de trabajo y el de descanso. No pasa nada si tu actividad requiere que trabajes a la semana más horas de lo normal, incluso si no tienes un día entero de descanso. Eso sí, cuando tengas tiempo libre, aprovéchalo como tal y disfrútalo. No intentes compaginar trabajo y ocio porque al final no harás ni una cosa ni la otra y te frustrarás.
Acerca del autor:
Este articulo fue escrito por María García, periodista y escritora sobre temas de emprendimiento, empresas y negocios
1 comentarios:
Es muy cierto hace poco me paso toodo eso. Y no hay mejor cura q organizarse muy bien.
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