Por Jim Rohn
La gente me pregunta cómo me volví exitoso en un período de seis años en el que muchos otros no lo lograron. La respuesta es muy simple: Las cosas que a mí me parecían fáciles de hacer, a otros les parecía fácil no hacerlas. A mí me pareció fácil fijarme las metas que cambiaron mi vida. A los demás les pareció fácil no hacerlo. Me pareció fácil leer los libros que podían afectar mis pensamientos y mis ideas. A los otros les pareció igualmente fácil no leerlos. Me pareció fácil asistir a las clases y seminarios, y rodearme de gente exitosa. A los demás probablemente no les pareció importante. Si yo tuviera que hacer un resumen, diría que me pareció fácil hacerlo, a los demás también les pareció fácil no hacerlo. Seis años después, soy millonario y ellos todavía están culpando a la economía, al gobierno y a las políticas de las compañías, de esta manera ellos rechazaron hacer lo básico, las cosas fáciles.
De hecho, la razón principal por la que muchas personas no están logrando lo que ellos podrían y deberían lograr, puede resumirse en una solo palabra: dejadez.
No es la falta de dinero – los bancos están llenos de dinero. No es la falta de oportunidades – Norte América y gran parte del Mundo Libre, continua ofreciendo las más abundantes posibilidades de los últimos seiscientos años. No es la falta de libros – las bibliotecas están llenas de libros y son gratis! . Tenemos suficientes ministros, líderes, consejeros y asesores. Todo lo que se necesita para volverse rico, poderoso y sofisticado está a nuestro alcance. La principal razón de que muy pocos aprovechen todo esto es simplemente, dejadez.
La Dejadez es como una infección. Si no se elimina se expandirá por todo nuestro sistema de valores y eventualmente nos llevará a un completo fracaso de lo pudo haber sido una vida próspera y feliz.
No hacer las cosas que nosotros mismos sabemos que podemos hacer nos causa sentimientos de culpa y esa culpa nos conduce a una erosión de nuestra autoestima. Cuando disminuye nuestra autoestima, también lo hace nuestro nivel de actividad. Y cuando disminuye nuestro nivel de actividad, nuestros resultados inevitablemente disminuirán. Cuando se afectan nuestros resultados, nuestra actitud comienza a debilitarse. Cuando nuestra actitud comienza el lento cambio de positiva a negativa, nuestra autoestima y confianza en uno mismo disminuye aun más... y así poco a poco se extingue.
Por eso mi sugerencia es que cuando tengan que escoger entre “fácil de hacerlo” y “fácil de no hacerlo” no deje de hacer las actividades y disciplinas “simples”, “fáciles”, pero que potencialmente te pueden cambiar la vida.
Éxitos,
Jim Rohn
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